"Yo no voy a permitir más subordinación, ni más trato con desdén hacia Andalucía". Contundente reacción del presidente de la Junta, Juanma Moreno, a la hora de responder, este jueves, desde el Parlamento andaluz al Gobierno de Sánchez y, más concretamente, a la vicepresidenta Ribera. Todo ello en relación con la proposición de ley de PP y Vox, aprobada este miércoles, que reordena suelos para la ampliación de regadíos en el entorno del parque nacional de Doñana.
La también ministra de Transición Ecológica tildó este miércoles de "señorito" al gobernante andaluz y llegó a hablar de Andalucía como "un rinconcito", algo que ha molestado especialmente a Moreno Bonilla. Fuentes del PSOE andaluz reconocen que fue "un error" y "una equivocación" de Ribera hablar en tales términos.
El presidente andaluz ha reivindicado la "autonomía" de su comunidad frente al Ejecutivo central: "No va a venir nadie a decirnos a los andaluces, desde un ático del paseo de La Castellana, lo que podemos hacer con un mando a distancia", ha respondido en alusión a la ubicación madrileña donde se encuentra la citada sede ministerial.
"A mí me molesta muchísimo esa superioridad con la que nos trata el Gobierno de España, como esos pobres andaluces... qué sabrán, esa esquinita que es Andalucía, qué sabrán ellos..." ha recriminado Moreno a Sánchez y sus ministros. El inquilino de Moncloa fue tajante este miércoles desde Burgos: "Doñana no se toca", zanjó.
Las palabras del gobernante centrista han tenido lugar durante la sesión de control parlamentario, a la que se somete cada quince días. Como era de esperar Doñana ha sido el asunto estrella de la jornada y Moreno se ha reservado cualquier palabra al respecto antes de comparecer: "voy a hablar dentro", decía ante una nube de periodistas minutos antes de entrar en el salón de plenos de la Cámara autonómica.
El líder de la oposición, el socialista Juan Espadas, le ha mostrado a Moreno "la portada del Washington Post" para referirse a una información del diario norteamericano publicada este 12 de abril, firmada por un corresponsal en Barcelona de la agencia Associated Press. Andalucía considera más riego cerca de los humedales españoles, sería la traducción del titular. Esto ofrece una idea de la dimensión internacional que tiene todo lo que afecta al emblemático parque natural andaluz.
“Vamos a sacar el agua de la ley de Sánchez del trasvase de aguas superficiales”, le ha respondido Moreno al sucesor de Susana Díaz al frente de un partido del que "se echa en falta su autonomismo, ¿dónde está?", se ha preguntado en voz alta.
"Le pido que, de una vez por todas, le pida al Gobierno de España, a su jefe [Pedro Sánchez], que cumpla con lo que él aprobó, que es el túnel de San Silvestre, en lugar de pinchar el subsuelo y secar Doñana, porque el PSOE miró para otro lado durante muchos años", ha solicitado Moreno a Espadas en relación con una infraestructura hidráulica pendiente.
En esta cuestión tan delicada, que ha motivado el rechazo de la Unión Europea, con anuncio de sanciones incluidas, y la oposición frontal de una veintena de comunidades científicas, además del anuncio de recursos desde el Gobierno, ante el Constitucional –si se aprueba finalmente la propuesta de PP y Vox– Moreno Bonilla cuenta con el firme respaldo de Feijóo.
Respaldo de Feijóo
El líder nacional del PP, que desde que llegó a Génova optó por no inmiscuirse para nada en los territorios de sus barones, al contrario que Casado, argumenta que Moreno "quiere buscar soluciones para cientos de familias afectadas", señala sobre los agricultores de la corona norte de Doñana, regantes de frutos rojos como la fresa, "preservando la joya del parque natural y por supuesto garantizando los acuíferos".
Desde las filas populares se insiste en subrayar que la zona afectada por la "reordenación de suelos" está a unos 30 kilómetros del parque natural de Doñana y "quedó fuera de la ordenación hecha por el PSOE en 2014". Algo, aseguran, que se corregiría con esta ley andaluza en tramitación, en la que dichos suelos, unas 800 hectáreas, pasarían a ser agrícolas de regadío, sin tocar el acuífero existente.
La Junta de Andalucía se escuda, a la hora de defender su postura, en que ésta podría llevarse a cabo mediante "derechos de agua" que reconocería la propia administración autonómica en base a la futura ejecución del trasvase de los ríos onubenses Odiel,Tinto y Piedras al Guadalquivir. Una actuación competencia del Gobierno central para la que no hay una partida aprobada, a pesar del compromiso de Sánchez en 2018, recuerdan.
Fuentes próximas a Moreno Bonilla aseguran a Vozpópuli haber "calculado los riesgos" de esta proposición de ley, junto a Vox, que ha suscitado tanta polémica y creen ser capaces de "contrarrestar" las informaciones en medios internacionales "instigadas" dicen, desde el Gobierno de Sánchez.
De hecho, consideran que el Ejecutivo central "azuza" a Bruselas contra la Junta de Andalucía, dada la interlocución directa que tienen, "unidireccional" con el "reino de España", y no con la administración autonómica. Sostienen, además, que "esto se podía haber arreglado con un poco de cintura de Sánchez", zanjan.
Para el 3 de mayo está prevista una reunión, en Bruselas, entre representantes de la Junta de Andalucía y el gabinete del comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea.
Espadas insiste en hablar de "engaño" de Moreno
Juan Espada ha insistido sobre el proyecto de Moreno en que "es un engaño, porque pretende resolver el problema con un nuevo trasvase y habla de zonas regables para cuando haya agua".
Sostiene que se dan "unas expectativas a unas personas para que rieguen legalmente en el futuro con unas aguas de la Ley del Trasvase", de 19,99 hectómetros cúbicos de la cuenca del Tinto-Odiel-Piedras a la del Guadalquivir, aprobada en 2018, que Moreno "sabe que ya están distribuidas en la propia ley a zonas regables con concesión", por lo que "no puede ir ni un solo hectómetro a esas nuevas zonas regables que quiere crear", le ha reprochado al presidente.
Para el líder del PSOE andaluz la postura del PP, junto a Vox, es contradictoria, porque se produce en pleno decreto de sequía de la Junta de Andalucía, con un recorte del 25% de regadíos precisamente en la cuenca Odiel-Piedras.
Los socialistas andaluces recuerdan, además, que "hubo consenso entre PP y PSOE" desde 2014 (gobernaba Rajoy) cuando se aprobó el citado Plan de Doñana sobre regadíos, con representantes populares en la mesa del parque natural. Añaden, además, que se llevó a Las Cortes una proposición desde el Parlamento andaluz, para el trasvase que luego aprobó Sánchez, en 2018, pendiente de ejecución.
Otro dato que subrayan desde el grupo parlamentario que lidera Espadas es que "hay 32 millones de euros sin ejecutar", por parte de la Junta de Andalucía, en el llamado "sifón" del río Odiel, en el marco de las competencias que le corresponden a la administración autonómica.
Los socialistas han presentado en la tarde de este jueves una proposición no de ley, debatida en el Parlamento, en la que soliciten que se aborde "caso a caso" la problemática de cada agricultor sujeto a estos futuros regadíos. Reclaman también una "comisión bilateral" entre Gobierno central y Junta de Andalucía. Este es el único punto de la misma aprobado por el PP.
El PSOE, que ha hecho bandera de las políticas medioambientales en su programa electoral, lanza de forma paralela una ofensiva desde el Parlamento Europeo a través de sus diputados.
"Desde el Parlamento europeo y desde el grupo de socialistas y demócratas, vamos a actuar con contundencia. Vamos a organizar una visita de eurodiputados a Doñana para que conozcan la realidad de lo que está ocurriendo". Lo ha anunciado Iratxe Garcia Perez, la presidenta de este grupo político, después de que la Comisión Europea insistiera este jueves en que exigirá a España la protección del Parque "si es necesario".