El Partido Popular ve más cerca el adelanto electoral en Andalucía tras la ruptura de la coalición con Ciudadanos en la ciudad de Granada y utilizará un eventual pacto entre la formación naranja y el PSOE en la capital nazarí en la lista de "agravios" que justifiquen, a su juicio, la convocatoria anticipada de elecciones tras el verano, según fuentes de Génova consultadas por Vozpópuli. Un escenario que la dirección andaluza del PP rehúye a toda costa.
En la dirección nacional de los 'populares' están convencidos de que habrá pacto entre Luis Salvador y el socialista y exalcalde de la ciudad Francisco Cuenca para gobernar Granada de aquí al final de la legislatura. Y que ambas partes lo anunciarán tras las primarias del PSOE andaluz, cuya primera vuelta es el próximo domingo. El propio alcalde juega con ese horizonte temporal pues en la rueda de prensa de este martes dio "una semana" de plazo al grupo municipal del PP para que "recapacite" sobre su decisión de dejarle solo -con otro edil únicamente- al frente de la Alcaldía tras la salida en bloque de los 'populares' y dos ediles naranjas.
"Hablaremos con todo el mundo, todos los grupos tienen que ser escuchados", dejó claro este martes Salvador en su comparecencia, en la que recalcó su pretensión de mantenerse como alcalde de Granada, por ahora, con el apoyo de un único concejal y a la espera de un movimiento externo. Un compromiso que en Génova fue interpretado como la confirmación de que Cs dejará entrar al PSOE en el gobierno municipal, cuya gobernanza requeriría también el apoyo externo de Podemos, al igual que sucedió en marzo en el Ayuntamiento de Murcia en la única moción de censura que salió adelante.
Un pacto con PSOE y Podemos
Sin una alternativa de gobierno en la que el PP pueda sumar, Salvador necesitará del sustento del PSOE y Podemos para garantizarse la estabilidad, ya que el alcalde ha perdido a dos de los cuatro ediles que tenía: Manuel Olivares y Lucía Garrido. El umbral de la mayoría absoluta está en 14 concejales, la cifra que cosechó el regidor naranja en 2019 al juntar los siete ediles del PP, los cuatro de Cs y los tres de Vox. Pero ahora se virará, a juicio de las fuentes 'populares', a un consistorio de centro-izquierda con 15 ediles: los diez del PSOE, los dos que le quedan a Cs (el propio Luis Salvador y José Antonio Huertas) y los tres de Podemos, que no entrarían en el equipo de gobierno por el veto naranja.
Incluso en ese supuesto, la continuidad de Luis Salvador como alcalde tampoco estaría garantizada, dado que con solo dos de los 27 concejales, no está en disposición de negociar el bastón de mando con los socialistas. Y si dimite, gobernará la lista más votada: el PSOE. Sabedor de sus posibilidades a pesar de estar inmerso en una causa judicial como investigado, Francisco Cuenca ha pedido al regidor de Ciudadanos que se eche a un lado en esta crisis política para él volver a ser el alcalde de la capital.
Oficialmente, no hay nada cerrado con los socialistas en Granada, pero a Génova le consta que Salvador ha tenido contactos en los últimos días con "importantes figuras del PSOE", partido al que perteneció durante muchos años -llegó a ser senador socialista y se presentó a las primarias provinciales- antes de afiliarse a la formación naranja.
Salvador ha tenido tiranteces con Susana Díaz en el pasado, en especial tras su ingreso en Cs, pero mantiene una buena relación con Juan Espadas de sus años de militancia socialista. De ahí que en Génova sospechen que Ferraz querrá vender el acuerdo del centro-izquierda en Granada como el primer éxito político del nuevo PSOE-A. Pero en el gobierno de la Junta de Andalucía no ven con buenos ojo el cambio por el riesgo que entraña para el gobierno autonómico de PP y Ciudadanos.
El PP andaluz rehúye la convocatoria
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, y su 'número dos', Elías Bendodo, guardan las apariencias y mantienen que la estabilidad de la Junta de Andalucía no corre peligro. “El pacto que alcanzamos goza de muy buena salud", subrayó el segundo. Lo cierto es que en el seno del gobierno autonómico preocupan los efectos colaterales de la crisis granadina a la continuidad del proyecto de PP y Ciudadanos si se traduce finalmente en una convocatoria anticipada de elecciones.
Fuentes del ejecutivo de la Junta consideran que el plantón del PP en Granada a Salvador puede ser "un desastre" de consecuencias insospechadas, especialmente para los 'populares'. El gobierno andaluz teme la celebración de comicios anticipados porque "pone en riesgo el primer gobierno no socialista después de 40 años", "sobre todo cuando se están haciendo las cosas bien" y a poco más de un año para terminar la legislatura. "O se cargan a Ciudadanos o se cargan a Juanma Moreno, pero en cualquier caso esto es grave", sostiene un alto cargo del gobierno autonómico, donde apuntan directamente a Teodoro García Egea y Fran Hervías.
Fuentes del gobierno de la Junta creen que una convocatoria de elecciones anticipadas "pone en riesgo" la finalización del primer mandato de PP y Cs tras casi cuatro décadas de hegemonía socialista en Andalucía
La dirección nacional asegura que ha dado "libertad" al PP de Granada para gestionar la partida de ajedrez político que empezó con el portazo hace quince días de su hasta entonces líder local, Sebastián Pérez. Pero las citadas fuentes hacen hincapié en que Génova hubiera parado la salida de los concejales 'populares' si no hubiera visto clara la jugada de este martes, que deja completamente aislado a Salvador en la minoría absoluta de un alcalde que solo cuenta con el apoyo de otro concejal de los 27 que conforman el pleno municipal.
Además, responsabilizan a Salvador de saltarse el pacto de Granada -acordado hace ahora dos años- para alternarse en el poder a mitad de legislatura. "No es que el PP haya roto el pacto de gobierno, sino que es Ciudadanos el que incumple con el 2+2", esgrimen en Génova, que ve un casus belli [motivo de guerra] en la negativa del alcalde de Ciudadanos a ceder el poder. Paradójicamente, el PP tampoco dispone de un candidato alternativo, pues el voto imprescindible de Pérez para reeditar la mayoría iría a Francisco Fuentes, único edil de su confianza, y nunca apoyaría a Luis González, el señalado oficialmente.
Los dos pactos de Granada
Esta situación deriva de los acuerdos alcanzados entre PP y Cs en las pasadas elecciones municipales. García Egea y Hervías pactaron en junio de 2019, en nombre del PP y Ciudadanos, que la formación naranja se quedase con la alcaldía de Granada toda la legislatura a cambio del apoyo de Cs al PP en la Diputación de Málaga, si bien nunca se ha conocido ese documento escrito sobre los cuatro años. Y Hervías ahora forma parte del PP, así que el partido de Pablo Casado no tiene ninguna intención de sacarlo a la luz.
Por otro lado, en las horas previas a la votación de investidura se cerró un pacto verbal entre Salvador y Pérez, por el cual el primero ocuparía el cargo durante los dos primeros años y el segundo se quedaría con el resto de la legislatura. Hay testigos de ambos partidos que confirman que hubo un apretón de manos entre Salvador y Pérez para sellar ese acuerdo, pero no hay pruebas de ello y ni alcalde de Cs ni su partido lo han reconocido públicamente. Así lo ha corroborado Vox, que prestó su apoyo sin entrar en el gobierno y ahora aguarda pacientemente su desenlace.
Hay testigos de ambos partidos que confirman que hubo un apretón de manos entre Salvador y Pérez para sellar ese acuerdo, pero no hay pruebas de ello y ni alcalde de Cs ni su partido lo han reconocido públicamente
El edil Olivares, uno de los dos que ha abandonado este martes a Salvador, se refirió implícitamente a ese acuerdo entre Salvador y Pérez en su carta en la que comunicó su marcha de Cs. "En Granada se está incumpliendo la palabra dada y los compromisos adquiridos con el objetivo manifiesto de anteponer la voluntad individual a la colectiva y de favorecer una ideología concreta. Ello supone perder el honor, la dignidad y muy especialmente la credibilidad", dijo sin citar a nadie en concreto, aunque en el PP entienden que se refiere al primer edil de Granada.
En opinión de Olivares, Ciudadanos ostenta la alcaldía de Granada "apuntalada en el incumplimiento expreso de una palabra dada y comprometida", una nueva referencia al pacto 2+2 que Salvador no asume como propio. "Este acuerdo que se incumple corrompe uno de los principios básicos del entendimiento como es la credibilidad y, en política, la palabra, el honor y el compromiso, debe ser un principio inquebrantable", concluyó.