España

La ambigüedad del PSOE alimenta las ansias "pancatalanistas" de Mas tras reunirse con Puig

Fuentes cercanas a la candidatura independentista aseguran que el presidente catalán se siente "cómodo" al tratar con el líder socialista temas como la secesión. La condescendencia del partido de Pedro Sánchez preocupa al PP: "Es una seria advertencia de lo que puede ocurrir tras las generales".

  • Los presidentes valenciano y catalán, Ximo Puig y Artur Mas.

Artur Mas puede tener un nuevo aliado inesperado de cara a mantener su pulso soberanista con el Gobierno central. Y no es otro que el PSOE que, en su deriva hacia posiciones radicales y tras haber incrementado su poder territorial en las pasadas elecciones con el apoyo de Podemos, no duda ahora en prestarse a debatir con Mas acerca de sus planes secesionistas. Ha sido este fin de semana y casi en secreto cuando el presidente catalán y su homólogo valenciano, Ximo Puig, se han reunido en Mahón, Menorca, donde ambos pasan sus vacaciones.

El acercamiento de Puig a Mas se oberva con preocupación desde el PP catalán, que ve un "riesgo" de que el president "extienda su pancatalanismo aprovechando el pacto del PSOE con nacionalistas y la extrema izquierda". Es más, creen que la "idea anticuada e irreal de una nación catalana que se extienda por el sur de Francia, Valencia, Aragón y Baleares [en referencia a unas polémicas declaraciones emitidas este fin de semana por el conseller de Justicia de la Generalitat, Germà Gordó] es una seria advertencia de lo que puede ocurrir si el PSOE alcanza el poder en las próximas generales o si los independentistas ganan en las autonómicas catalanas de septiembre", según fuentes del partido consultadas por este diario.

Mas se siente "más cómodo al tratar asuntos" como una eventual independencia de Cataluña con Puig, admiten fuentes próximas a la lista de Junts pel Sí

No es extraño que Mas se sienta "más cómodo al tratar estos asuntos con Ximo Puig", comentan fuentes nacionalistas próximas a la lista electoral Junts pel Sí, aprovechando la pérdida de poder del PP en feudos tradicionales como Valencia o Islas Baleares, actualmente gobernados por pactos de izquierdas, nacionalistas, independentistas, la izquierda radical y el PSOE. 

El presidente catalán ha compatibilizado sus vacaciones idílicas en la isla de Menorca combinando las mariscadas y pescados con reuniones políticas para extender su visión de "una nación catalana que extienda sus fronteras incluyendo a la Comunidad Valenciana y a las Islas Baleares". Con esa intención se reunió con Puig, al que le trasladó sus planes para "lograr la libertad y la soberanía plenas a las que aspira el pueblo catalán y que también podrían unirse tanto los territorios catalanes de Valencia como los de las Islas Baleares", según las citadas fuentes, que añaden que Mas "le trasladó [al presidente valenciano] los planes que tiene la candidatura si los partidos favorables a la independencia ganan con mayoría absoluta las elecciones catalanas".

Puig, "preocupado por guardar las formas"

"Parece más preocupado por guardar las formas ante Cataluña que por defender a los valencianos", criticó el domingo la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig. Por su parte, el propio Puig se limitó esta mañana a calificar de "personal" y "de carácter discreto" la reunión, en la que "cada uno expuso lo que pensamos del momento".

En la reunión, Puig se habría ofrecido a Mas para estudiar el encaje de Cataluña en una posible reforma constitucional tras las elecciones del próximo 27 de septiembre. El presidente valenciano considera que desde su posición puede ayudar a crear un consenso que permita reconducir el denominado "proceso" independentista catalán que impulsan Mas y Oriol Junqueras.

Mas y Puig coincidieron "en la necesidad de mejorar las relaciones entre Cataluña y Valencia", sin detallar cómo. También abordaron temas como el sistema de financiación vigente que, según ambos mandatarios, causa un déficit fiscal "inasumible para ambos gobiernos". Eso sí: en la reunión, el presidente catalán no mencionó la deuda que acumula Cataluña de 64.000 millones de euros, ni tampoco los 40.000 millones que el Gobierno del PP le ha otorgado en los últimos tres años para pagar las nóminas de los funcionarios catalanes o a los proveedores.

Según fuentes próximas a Puig, fue un desayuno, a instancias del valenciano, en un hotel de Mahón en el que el segundo pasa sus vacaciones. Desde el PSOE se piensa en Puig como posible intermediario entre Cataluña y un futuro Gobierno de España más dialogante y parece que el presidente valenciano ha asumido sin problemas ese papel de hombre de Estado. 

Sin embargo, fuentes conocedoras de la reunión aseguran que la posición de Mas no habría variado ni un ápice, dispuesto a llevar "hasta las últimas consecuencias" el proceso soberanista. La intransigencia del ejecutivo central del PP es la excusa para una posición que parece enervar tanto al Govern de la Generalitat como a buena parte de la opinión pública catalana.

Mas, ¿Ausente de la diada?

La coincidencia de la Diada con el inicio de la campaña electoral del 27S no responde a una "voluntad" del president Artur Mas de "patrimonializar" la fiesta nacional de Cataluña, según ha asegurado este lunes la vicepresidenta del ejecutivo catalán, la convergente Neus Munté. "No hay ningún intento, sería absurdo, de patrimonializar una Diada de todos –ha dicho, a pesar de que desde 2012 está controlada por entidades independentistas con el apoyo del gobierno catalán-, de los que se sienten catalanes y de aquellos que no se sienten tanto. Es una coincidencia pero no buscada con esta voluntad de patrimonializar", ha destacado Munté.

La consellera, que se declara abiertamente independentista, ha insistido en que la concentración a favor de la separación convocada para el 11-S, que este año se situará en la avenida Meridiana de Barcelona, está organizada por "un amplio espectro de la sociedad civil" y no por los partidos o el gobierno catalán, a pesar de que ya se pueden ver anuncios institucionales en las marquesinas de los autobuses de Cataluña invitando a una "masiva participación". Por este motivo, ha añadido, el Govern considera que no puede considerarse como un acto electoral y que no puede ser prohibida por la Junta Electoral.

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