España

Un año de los atentados de Cataluña: las 113 horas que estremecieron a España

Los Mossos y los terroristas emprendieron tras la explosión la noche del 16 de agosto de 2017 del chalé de Alcanar una disputa a contrarreloj que no finalizó hasta la muerte del conductor de la furgoneta de La Rambla el 21 de agosto a las 16:11 horas

  • Un año después del atentado de Barcelona

A las 16:45 horas del 17 de agosto de 2017 tuvo lugar el primer acto terrorista, ocurrido en La Rambla de Barcelona. Younes Abouyaaqoub, un joven marroquí que vivía en Ripoll (Gerona), entró circulando con una furgoneta Fiat Talento a gran velocidad por el inicio de zona peatonal de la Rambla de Barcelona, a la altura de Plaza de Cataluña, en dirección a la estatua de Colón.

El macabro trayecto efectuado por la furgoneta en dirección al puerto barcelonés finalizó a la altura del mercado de La Boquería, justo al lado del mural de Joan Miró.

Younes no pudo continuar con la furgoneta ante la imposibilidad de continuar la marcha debido a la gran cantidad de personas atrapadas en los bajos del vehículo que habían sido atropelladas, según indican los informes de los Mossos d'Esquadra enviados al magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que se encarga de la investigación judicial de los atentados, cuyo aniversario se cumple este viernes.

Las imágenes que recopilaron en días posteriores los Mossos constatan la clara intención del autor del atentado de proseguir la marcha de la furgoneta, ya que Younes llegó a dar marcha atrás para tratar de superar a los cuerpos, aunque tras este intento tuvo que desistir de seguir en el vehículo "al ver que no podía desembarazarse posiblemente por avería en el vehículo utilizado como arma homicida".

"¡Bomba... bomba!"

Fue entonces cuando el autor material del atentado, viéndose atrapado en su furgoneta, aprovechó para salir del vehículo y se encontró con la presencia de una persona dirigiéndose hacia él. Pero en ese momento Younes Abouyaaqoub levantó la mano y gritó "bomba... bomba", ante lo que las personas presentes se apartaron.

Younes Abouyaaqoub en el chalé de Alcanar (Tarragona)

Este forma de actuar, según los Mossos, fue una evidente amenaza de que llevaba un chaleco con explosivos adosado a su cuerpo para ser explosionado: "Abandonó el lugar de los hechos corriendo dirección de La Rambla hacia Plaza Cataluña por la calzada izquierda y posteriormente cambió a la acera derecha", explican los agentes en un atestado.

En su huida Abouyaakoub agredió a una mujer que estaba en su coche, que logró escapar con vida del ataque. Minutos después este terrorista acabó con la vida del joven Pau Pérez, al que robó el coche con el que se desplazó a las cercanías de Sant Sadurní d'Anoia, localidad en la que acabó perdiendo la vida. El cadáver de este joven presentaba una herida de arma blanca en la parte derecha del pecho.

Sin embargo, pese a ser el atropello de La Rambla el primer acto terrorista, con 14 fallecidos, la investigación de la Policía autonómica catalana y del juez Andreu trasladan el inicio de los atentados en la explosión de una vivienda a las 23:15 horas del 16 de agosto en Alcanar (Tarragona), vivienda en la que la célula yihadista encabezada por el imán Abdelbaki Es Satty, preparaba los explosivos para atentar contra zonas turísticas como la Sagrada Familia.

Younes Abouyaaqoub (i) en el chalé de Alcanar (Tarragona) 

La explosión fue muy virulenta, llegando incluso a provocar una gran nube de humo visible a varios kilómetros de distancia. Desde este suceso, que tuvo lugar a las 23:15 horas del 16 de agosto y hasta el 21 de agosto a las 16:11 horas, momento en el que Younes Abouyaaqoub fue abatido por dos Mossos en la localidad de Sant Sadurní d'Anoia, pasaron 113 horas que estremecieron a Cataluña y al resto de España.

'Emir' Es Satty

El inesperado estallido del arsenal del chalé de Alcanar dio inicio a un doble recorrido a contrarreloj. El primero el de los jóvenes yihadistas, que tras la muerte de su 'emir' Es Satty emprendieron una alocada carrera para atentar de forma desesperada contra "los cruzados", como así denominan a los españoles no musulmanes; y el segundo el de los Mossos d'Esquadra, que pese a las dudas de la juez de Tarragona que se encargó de investigar la explosión tardó varias horas en determinar que se trataba de una célula yihadista.

En el chalé también se halló un centenar de bombonas de gas, clavos para ser utilizados como metralla y componentes químicos, en concreto 500 litros de acetona, para fabricar triperóxido de triacetona (TATP), conocido como 'la madre de Satán', un explosivo utilizado de forma frecuente por la organización terrorista del Daesh.

El hallazgo que permitió vincular ambos sucesos, la explosión de Alcanar y el atropello masivo de La Rambla, se obtuvo después de que los agentes inspeccionaran el interior de la furgoneta conducida por Abouyaaqoub.

Entre la documentación abandonada estaba el pasaporte de Mohamed Houli Chemlal, un melillense que al resultar herido en la explosión del chalé había sido trasladado al hospital de Tortosa, en el que fue arrestado a las 19:20 horas del 17 de agosto, poco más de dos horas después del atentado de La Rambla.

A la desesperada

Pero esa misma noche, cinco integrantes de la célula yihadista acudieron en un coche marca Audi A3 al paseo marítimo de Cambrils (Tarragona). Y la investigación policial muestra la actuación a la desesperada de los jóvenes integrantes de la célula, que tras la muerte de Es Satty comenzaron a actuar.

En una masía abandonada de Riudecanyes (Tarragona) los Mossos descubrieron, entre los restos de una pequeña hoguera, el pasaporte y el carnet de conducir de Mohamed Hichamy, uno de los terroristas, y el pasaporte de Younes. Dichos documentos estaban quemados parcialmente, pero la policía catalana pudo determinar sin ninguna duda la titularidad de los mismos.

Mohamed Hichamy y Younes Abouyaakoub

También había diversos comprobantes de compras, que permitieron establecer de manera clara las intenciones de los terroristas. De este modo, se determina que los días 1 y 2 de agosto de 2017, compraron una ingente cantidad de acetona (unos 500 litros), así como el material necesario para la confección de artefactos explosivos.

El día 16 de agosto de 2017, a las 20:25 horas, compraron en Sant Carles de la Rápita (Tarragona), 15 fundas de almohada y bridas para, muy probablemente, contener los artefactos explosivos en su interior y listos para ser utilizados.

Atropellar y acuchillar

Otros tickets de la compra demostraron que los cinco terroristas que fueron abatidos en el paseo marítimo de Cambrils tuvieron la sangre fría de comprar, apenas unas horas antes de atropellar y acuchillar a varias personas a la 1:15 de la madrugada del 18, en concreto a las 21:26 horas del 17, cuatro cuchillos y un hacha en un local comercial cercano.

Uno de los abatidos, Mohamed Hichamy, que era el 'experto' que se encargó junto a Younes Abouyaaqoub de montar las bombas tuvo unas horas antes de fallecer en Cambrils por los disparos de los agentes que trataban de evitar las agresiones en el paseo marítimo, zona en la que murió una mujer, un accidente con una furgoneta en la autopista AP-7 punto kilométrico 265 (a la altura de Cambrils, Tarragona).

El vehículo fue abandonado, y en el interior de la misma se encontró una tarjeta de crédito a nombre de Said Aallá, hermano de Mohamed Aallá, el cual era el titular del Audi A3 con el que se perpetró el ataque en paseo marítimo de Cambrils. Con estos indicios, los Mossos arrestaron a las 09:30 horas del 18 de agosto de 2017, en la población de Ripoll (Girona), a Mohamed Aallá.

El magistrado de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu

Y el día 21 de agosto, a las 16:11 horas, la carrera entre los yihadistas y la investigación policial juntaron sus caminos con la muerte de Younes Abouyaaqoub. El sumario muestra que un ciudadano moldavo detectó al terrorista en una zona de viñedos de Sant Sadurdí d'Anoia. Y como iba vestido de una forma muy extraña, sospechó de él, al que acabó reconociendo después de que los Mossos distribuyeran a los medios de comunicación las imágenes del fugado.

"Parecían metálicos"

Al lugar acudió una pareja de Mossos, que dieron el alto a Younes, y el sospechoso hizo un gesto de levantarse las gafas y se tiró hacia unos matorrales, y se apartó un momento del campo de visión de los agentes, tras lo que volvió a aparecer levantándose la camisa de forma que los agentes pudieron ver una especie de cilindros, que les parecieron metálicos de unos veinte centímetros de largo, colocados verticalmente alrededor del abdomen, del tamaño de una botella de agua pequeña. Y "parecían metálicos", ya que el sol se reflejaba en ellos.

Los policías autonómicos tuvieron la impresión de que podía tratarse de un chaleco explosivo, al mismo tiempo que Yones comenzó a gritar "Allahu akbar" y se dirigió corriendo hacia los agentes, motivo por el cual volvieron a darle el alto, "con voz alta y clara: "¡Alto Policía! ¡Alto Policía! ¡Quieto, quieto, quieto!".

Pero el terrorista no se paró y los dos agentes vaciaron los cargadores de sus pistolas contra el terrorista. Y al reincorporarse Younes uno de los policías gritó de nuevo: "¡Atrás! ¡Atrás!" pero al ver que no obedecía a las indicaciones disparó su segundo cargador, tras lo que el yihadista cayó al suelo inerte. Abouyaakoub llevaba encima tres cuchillos. La carrera entre Mossos y la célula terrorista finalizaba de esta forma tan abrupta, y con el fallecimiento de ocho terroristas: cinco en Cambrils, dos en Alcanar y Younes Abouyaakoub en Sant Sadurní d'Anoia.

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