Aeropuertos, centros comerciales, estadios de fútbol... y algo más. Los atentados del pasado 22 de marzo en Bruselas no sólo han llevado al Ministerio del Interior a reforzar la presencia policial en lugares como grandes aglomeraciones de gente, como ya hizo tras las masacres del 13 de noviembre en París, sino que, a diferencia de entonces, también ha incrementado la seguridad en ciertas empresas. ¿En cuales? En aquellas que "claramente pudieran ser identificadas por los terroristas como emblemáticas o señeras de Estados que se hayan destacado en la lucha contra el yihadismo". Así consta en un documento interno remitido por el departamento que dirige 'en funciones' Jorge Fernández Díaz a las empresas de seguridad en las que pide a éstas ayuda hacer frente a la amenaza.
El escrito de Interior pretende informar a las empresas de seguridad de los objetivos que pueden resultan más "atractivos" para los terroristas
En dicho escrito, enviado a las principales firmas de seguridad a través del Programa Coopera Empresas de la Guardia Civil, fue elaborado el pasado 23 de marzo, sólo 24 horas después de los atentados de la capital belga y cuando ya se había celebrado la reunión de los máximos responsables de la lucha antiterrorista de España para decidir si se elevaba el nivel de alerta. De hecho, el texto arranca destacando que "tras las últimas reuniones de los órganos competentes de la Administración, se ha decidido mantener el nivel 4. No obstante, a continuación añade que el Gobierno también ha impartido "ciertas instrucciones que refuerzan las medidas de prevención" y que se han traducido en "decisiones de tipo organizativo, de disponibilidad de la Fuerza, de planificación de adquisición de inteligencia, de despliegue y específicas de protección de objetivos, lugares o eventos que precisen de atención preferente".
En este sentido, Interior destaca que tras "una eventual evaluación de lo sucedido en Bélgica y en otros países que recientemente también han sufrido acciones terroristas" ha impartido "instrucciones" para el refuerzo en tres ámbitos concretos "teniendo en cuenta especialmente el atractivo que para los terroristas pudiera tener actuar" en ellos. Así, los dos primeros se refieren a "puertos, aeropuertos e infraestructuras relevantes de transporte de viajeros" así como a "lugares donde se produzcan aglomeraciones importantes de personas de forma permanente o por la celebración de eventos". En este último punto detalla tanto "zonas de comercio o de ocio" como aquellos lugares donde se celebren espectáculos "deportivos, culturales, sociales..."
"Órdenes internas"
Es el tercer ámbito de posible actuación de los yihadistas, en el que el escrito que Interior ha hecho llegar a las empresas de seguridad presenta la principal novedad. Cuando se produjeron los atentados de noviembre en París, el Ministerio hizo llegar unas recomendaciones similares, pero entonces, además de las infraestructuras de transporte y los centros deportivos y comerciales, se apuntaba expresamente a un refuerzo de las medidas de protección de las empresas "francesas", ya que este país era el que había recibido el ataque yihadista. Ahora, sin embargo, la referencia va mucho más allá de las firmas de capital belga y lo amplía a "emblemáticas o señeras" de aquellos países que participan en la coalición contra el autodenominado Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés) en Siria e Iraq. Esto hace que, además de Francia y Bélgica, la medida se extienda a otras firmas asentadas en nuestro país vinculadas a EEUU, Reino Unido, Alemania y Rusia, entre otros.
Tras los atentados de noviembre en París, se reforzó la seguridad de las empresas francesas en España. Ahora, se ha extendido a las de los países de la coalición contra el ISIS
En el documento, se recuerda a las empresas de seguridad que dicho refuerzo son "órdenes internas" dirigidas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) y que, por tanto, "ni son instrucciones, órdenes ni recomendaciones directas" para dichas compañías. "No obstante -continúa el texto-, a nadie se le escapa que algunas empresas podrán verse directa o indirectamente afectadas por una mayor presencia policial, con algún requerimiento de mayo intercambio de información, etc. pero de modo directo y puntual". Además, y como "recomendación", pide a dichas compañías que "realicen una evaluación de sus propios riesgos y adopten las medidas organizativas y operativas que estimen más adecuadas" en aquellos tres ámbitos que se les señalan, incluido en la protección de aquellas empresas "emblemáticas" para las que trabajen.
Para ello, plantea que "pudiera ser de interés" que las compañías fomenten "los contactos en el nivel operativo" entre sus vigilantes y los agentes de Policía y Guardia Civil "para mejorar la planificación y coordinación de la seguridad de centros, edificios o instalaciones concretas cuando el Departamento de Seguridad correspondiente haya evaluado que pudiera haberse visto incrementado su nivel de amenaza". En este sentido, recuerda que "parece imprescindible agilizar y fomentar el intercambio de información" entre dichas compañías y las FCSE, por lo que pide que utilicen "los cauces operativos en el programa Coopera" del Ministerio del Interior para hacer llegar la información que puedan aportar sobre "personas o vehículos sospechosos o de interés por cualquier circunstancia". De hecho, en los últimos días Interior ya ha hecho llegar a las empresas de seguridad varias alertas concretas con fotografías de los supuestos autores de los atentados de Bruselas remitidas por las autoridades de este país y de Francia.
EL RIESGO DE LOS "IMITADORES"
La Guardia Civil, a través de su Centro de Análisis y Prospectivas (CAP), elaboró sólo 24 horas después de las masacres de Bruselas su primer informe sobre "implicaciones, riesgos y reflexiones" de los atentados, como adelantó Vozpópuli el pasado jueves. El documento, firmado por el director de dicho órgano de apoyo, José María Blanco, destacaba entre los segundos la posibilidad de que surgieran imitadores de los yihadistas que los han cometido ante "la aparente facilidad para atentar y aterrorizar a Europa". Una situación que ofrece, en su opinión, "un amplísimo panorama de escenarios indeseables". No es la única conclusión que extraía dicho experto. También apuntaba la posibilidad de un aumento de la islamofobia en el viejo continente, como ha quedado reflejado estos últimos días en la propia Bélgica; la constatación de que los terroristas prefieren los "objetivos blandos", en referencia a aquellos que cuentan con limitadas medidas de seguridad como aeropuertos, centros comerciales y estadios; y el convencimiento de que los estados de excepción no sólo no sirven para combatir este forma de violencia, sino que pueden llegar a ser contraproducentes.