"Cualquier residuo se puede transformar en dinero. La chatarra no te cuesta nada, la introduces en una cadena de transporte y después te da la materia prima", explica a Vozpópuli Carlos Astrain, comandante de la Guardia Civil. Este agente es uno de los principales expertos que sigue el rastro que dejan las mafias que buscan hacerse de oro traficando con la basura de España. En su última operación, la red desarticulada llegó a transportar 10.000 toneladas de chatarra digital.
Astrain es el encargado de dirigir el Grupo de Contaminación de la Unidad Central Operativa Medioambiental (UCOMA) del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA). Su equipo ha conseguido esta semana desmantelar una red dedicada al traslado ilícito a África de chatarra electrónica. Habían conseguido unos 4 millones de euros con estos envios.
"De todas las actuaciones que hemos tenido, ésta es la vez que hemos visto una organización criminal más estructurada", explica. Astrain lamenta que las personas no tienen incentivos por llevar los residuos a puntos limpios, algo que es aprovechado por estas mafias que acumulan todo tipo de basura.
Todas estas redes tienen una pauta. Los plásticos y el textil se traslada a los países asiáticos mientras que los productos eléctricos y electrónicos se mueven al norte de África. En esta ocasión, los agentes del Seprona localizaron varias parcelas valladas en las afueras de Vitoria en las que se acumulaban grandes cantidades de todo tipo de residuos en distintos grados de conservación. Ese fue el comienzo de la operación Hozkailu, que es frigorífico en euskera.
Dos camiones con basura a la semana
Según las estimaciones de los investigadores, esta organización llevaba actuando unos nueve años. Tenían diferentes cadenas dentro de la red. Desde el hombre que recogía en un camión la chatarra hasta agentes de aduanas africanos a los que pagaban para que hicieran la vista gorda. Sacaban de España dos camiones a la semana repletos de estos dispositivos, que no recibían tratamiento en nuestro país.
En las parcelas de la organización se encontraron, entre otros materiales, neumáticos al final de su vida útil, vehículos a motor, bombonas de gas, y aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). De este último tipo de residuo, que es muy contaminante, se han contabilizado 500.000 kilogramos transportados ilegalmente.
Todos estos elementos eran introducidos en grandes contenedores de transporte marítimo y conducidos por carretera en camiones hasta el puerto de Bilbao para ser llevados hasta Nigeria, Ghana y Guinea Ecuatorial fundamentalmente. De manera paralela tramitaban las autorizaciones de salida a través de la Aduana de Almería, donde eran declarados como artículos de segundo mano para poder eludir los controles aduaneros y poder así ser transportados a África como chatarra electrónica.
Esta descentralización en las operaciones aduaneras dificultaba en gran medida que la mercancía fuese fiscalizada, saliendo sistemáticamente todas las semanas desde Bilbao sin ser inspeccionados los contenedores.
Niños trabajando en África
Ya en el país africano la imagen era incluso más desoladora. "La mano de obra es mucho más barata y tiene peores condiciones laborales", explica el comandante. Se sospecha que había niños trabajando para esta red pegando fuego al cobre o destruyendo los residuos a martillazos. "Esto genera mucho dinero", advierte el responsable de la operación.
Astrain aún recuerda que cuando estaban registrando una de las fincas tuvieron un momento de peligro. "Una bombona de butano se rompió y empezó a emitir gas. Tuvimos que llamar a los bomberos", asegura.
Tras años de seguir las pistas de esta red, la Guardia Civil consiguió detener e investigar a 18 personas en Euskadi. A los implicados se les acusa de traslado ilícito de residuos, contrabando, pertenencia a grupo criminal, apropiación indebida y blanqueo de capitales, entre otros. Los investigador han detectado el envío de más de 10.000 toneladas de residuos.
Plástico con destino Asia
Se da la circunstancia de que los agentes de Seprona realizaron otra gran operación contra estas prácticas hace pocos meses, en diciembre de 2021. En ese caso la organización se dedicaba al transporte ilegal de residuos plásticos hacia Asia. Se ha investigado a 27 personas como responsables de traslados de residuos ilícitos al sudeste asiático
La Guardia Civil determinó que los miembros de esta red habían movido más de 16.000 toneladas de residuos plásticos. El comercio ilícito de plástico habría generado beneficios por más de 15 millones desde el 2018
En la operación 'PINDAAN' sus integrantes trasladaban el plástico español hacia países como Malasia, Camboya o Tailandia. Todo comenzó porque el gobierno malayo devolvió a España 5 contenedores de transporte de mercancías cargados con residuos plásticos contaminados con productos tóxicos provenientes de la agricultura intensiva.
Flujo constante de residuos
"Hay un flujo continuo y constante de todo los tipos de residuos", explica el comandante del instituto armado. Hay países que demandan materia prima y para los productores es más fácil buscarla en otros continentes. Antes China gestionaba el 60% de los residuos plásticos de todo el mundo ahora ya han cambiado su política y no aceptan basura de otros países.
A pesar de todas las complicaciones que se encuentran, los agentes del Seprona siempre dan con la 'tecla' y descabezan estas organizaciones que solo buscan sus beneficios. "Sacan dinero de algo que a ellos les ha costado 0 euros", advierte Astrain.
Este problema no es solo de salida de residuos ya que, según las últimas cifras, España recibió en 2019 más de 900.000 toneladas de basura debido a la multitud de vertederos que hay en nuestro país y los precios competitivos que ponen.