Berlusconi ha mantenido siempre el misterio, con sus anuncios y desmentidos, sobre si se presentará de nuevo como candidato a las elecciones previstas para 2013. El primer ministro italiano desmintió además que exista un acuerdo con sus socios de la Liga Norte para adelantar las elecciones a 2012, como publican algunos medios de comunicación.
"Italia necesita estabilidad y convocar elecciones significaría ir contra los intereses del país (...). Forzar la caída del Gobierno y comenzar una campaña electoral con un agujero de gobernabilidad de seis meses sería un daño gravísimo para Italia y para los italianos", agregó Berlusconi.
Sobre la posibilidad de formar un gobierno de unidad nacional, Berlusconi afirmó que significaría "una parálisis política", cerrando así cualquier hipótesis de acuerdo con la oposición, que desde hace meses pide la dimisión de Berlusconi y aboga por la creación de un Ejecutivo técnico.
Respecto a la amenaza de los tres mayores sindicatos del país de convocar una huelga general si se aprueban normas para facilitar los despidos, Berlusconi subrayó que el objetivo es "incentivar las contrataciones y no los despidos".
El mandatario añadió que el Estado se compromete a incrementar las ayudas al desempleo para que los trabajadores "tengan la garantía de seguir siendo pagados mientras encuentran un nuevo trabajo".
La aprobación de medidas para facilitar los despidos a las empresas en crisis es uno de los puntos incluidos en la carta de intenciones que Berlusconi entregó a la Comisión Europea, que pedía a Italia reformas para combatir la crisis y limitar su endeudamiento.
Además, Berlusconi confirmó su intención de cambiar el nombre a su partido, Pueblo de la Libertad, porque no le gusta el acrónimo PDL, pero descartó la idea de llamarlo "Forza Silvio".
Durante la entrevista, Berlusconi volvió a pedir al italiano Lorenzo Bini Smaghi, miembro del directorio del Banco Central Europeo (BCE), que dimita.
Con el cambio en la presidencia del BCE a partir del 1 de noviembre, el también italiano Mario Draghi sucederá al francés Jean-Claude Trichet, lo que ha provocado el malhumor de Francia al quedarse sin representantes en este organismo, mientras Italia estará representada con dos personas.
"Nos habíamos comprometidos a que hubiese una representación francesa en la dirección del BCE. Por lo que se trata de una situación desagradable y esperamos que Bini Smaghi sienta la responsabilidad del Estado", agregó.
Bini Smaghi había sido uno de los nombres que circuló para sustituir a Draghi en el Banco de Italia, pero tras el nombramiento de Ignazio Visco en este cargo, no parece tener la intención de dejar su puesto en el BCE.