En un comunicado, el emisor japonés consideró que, pese a que por ahora "se mantiene" el "efecto adverso" de la ralentización en las economías extranjeras y de la fortaleza del yen, se espera que la economía "vuelva a la senda de una recuperación moderada". A juicio del BOJ, ello se producirá porque "el ritmo de recuperación de las economías en el exterior mejorará" y porque la demanda relacionada con la reconstrucción de las zonas arrasadas por el desastre de marzo se materializará "gradualmente".
No obstante, advirtió de que existe el riesgo de que las perspectivas económicas y los precios se deterioren en función de los acontecimientos en los mercados financieros globales y en las economías extranjeras, por lo que se mostró partidario de una mayor flexibilización monetaria.
Por eso decidió aumentar en 5 billones de yenes el programa de compra de activos puesto en marcha en octubre de 2010 con la idea de inyectar liquidez al sistema y estimular el crecimiento, y que con esta ampliación alcanza los 55 billones de yenes (517.690 millones de euros).
Los 5 billones de yenes suplementarios se destinarán a adquirir bonos del Gobierno japonés, indicó el BOJ, que recordó que la entidad ya adquiere regularmente bonos a un ritmo de 21,6 billones de yenes (203.300 millones de euros) al año para inyectar fondos de manera "estable".
La decisión del emisor nipón se produjo en medio de la preocupación de las empresas y el Gobierno japonés por el impacto de la crisis de deuda en la zona euro y la persistente fortaleza del yen, que esta semana marcó un récord frente al dólar al intercambiarse en 75,71 unidades, su máximo de posguerra.