España

Los ‘barones’ del PP y los nacionalistas vascos estrechan el margen a Rajoy para frenar la consulta en Cataluña a cambio de dinero

Si Mariano Rajoy decide abrir el melón de la financiación autonómica para contentar a Cataluña y desactivar la consulta soberanista, no solo tendrá enfrente a la mayoría de los ‘barones’ autonómicos del PP, sino también al PNV. Así se lo ha trasladado el lendakari Iñigo Urkullu al Gobierno, alarmado ante la posibilidad de que quede dañado el Concierto Económico vasco.

La única salida que Artur Mas le ha dejado a Mariano Rajoy para evitar la consulta soberanista en Cataluña es que haga más pronto que tarde un gesto económico lo suficientemente importante como para que le libere de las garras de Esquerra Republicana y, de paso, satisfaga al electorado nacionalista. Pero el margen que tiene el presidente para dar este paso es cada vez más estrecho, a la vista de las entrevistas que el propio Rajoy ha celebrado con varios presidentes autonómicos de su partido y de la reciente conversación que la dirección del PNV ha mantenido con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

El malestar por el reparto de la tarta presupuestaria y la proximidad de las elecciones ha llevado a los presidentes autonómicos del PP a advertir que no quieren gestos a favor de Cataluña

El mensaje que personalmente le han trasladado a Rajoy sus presidentes autonómicos es claro: si el Gobierno le da a Cataluña más dinero para frenar o retrasar la consulta independentista, ellos también exigirán un tratamiento singular para sus territorios, llevados por el amplio descontento que les ha generado el reparto de la tarta presupuestaria para 2014 y la temperatura electoral que empiezan a tomar en la carrera hasta las municipales y autonómicas de 2015.

Algunos de estos ‘barones’ regionales opinan que en el Gobierno solo se gestiona el cortoplacismo y falta una estrategia electoral de medio y largo plazo que tenga en cuenta, por ejemplo, el peso decisivo que tienen capitales como Madrid o Valencia en unas elecciones generales. Algunas voces han hecho llegar a La Moncloa, incluso, la gran oportunidad que se le abre al Gobierno para dejar que el PP rentabilice en el resto de España una posición de firmeza frente a Cataluña, siempre que se acierte a articular un gran discurso nacional como el que, salvando las distancias, reclaman en el PSOE personas como el expresidente del Congreso José Bono o la presidenta de la Junta andaluza, Susana Díaz.

Algunas voces dentro del PP ven la oportunidad para rentabilizar en el resto de España una posición de firmeza ante Artur Mas

El contencioso ha llegado también al País Vasco, donde el pasado martes parte de la dirección del PNV almorzó con la vicepresidenta del Gobierno y su equipo de confianza. Los nacionalistas le trasladaron el mismo mensaje que el lendakari, Iñigo Urkullu, le ha hecho llegar también en persona a Mariano Rajoy: si por culpa de las exigencias de Cataluña el Gobierno abre el melón de la financiación autonómica, el Concierto Económico no puede salir en ningún caso perjudicado.

Fuentes gubernamentales explican que ya se le han dado garantías al Gobierno vasco de que el régimen foral de financiación no saldrá dañado. No obstante, sigue sin despejarse la negociación sobre la ley del Cupo, revisable cada cinco años. Desde hace dos ejercicios, la Hacienda vasca y la central no se ponen de acuerdo sobre los servicios que la primera tiene que pagar y sobre el dinero que la segunda tiene que devolver. De esta forma, la ley lleva dos años prorrogada por un desencuentro que suma los 1.000 millones de euros anuales. El Gobierno tiene de momento la sartén por el mango porque el dinero que el País Vasco deja de ingresar en Madrid por los servicios que allí presta el Estado, Hacienda luego se lo descuenta. Y el ministro Cristóbal Montoro ha dejado claro que hasta que no se liquide el ejercicio de 2013, no avanzará la negociación.

El Gobierno mantiene abierto un contencioso con el PNV por la negociación del cupo vasco después de dos años de prórrogas

Rajoy tiene en este choque algo a su favor y es que ni siquiera el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero fue capaz de resolverlo cuando presidía el Gobierno alguien de su propio partido, el exlendakari Patxi López.

La actitud silente de los nacionalistas vascos hacia la apuesta soberanista de Artur Mas está escociendo tanto a Convergencia que es posible que en esta ocasión CiU y el PNV vayan en listas separadas a las elecciones europeas de mayo, al contrario de lo que hicieron en 2009 cuando sumaron fuerzas junto a Coalición Canaria en la denominada Coalición Europea.

Moncloa y la Generalitat siguen esperando a que los expertos de cada parte les pongan sobre la mesa posibles alternativas para alcanzar un acuerdo

El espacio tan pequeño del que dispone Mariano Rajoy para llegar a un acuerdo con Artur Mas que retrase la consulta a cambio de dinero es lo que explica, según fuentes nacionalistas, que el presidente siga en su estrategia de ganar tiempo hasta ver qué opciones le ponen sobre la mesa los dos grupos de expertos que trabajan por separado desde el Gobierno y desde la Generalitat para encontrar una salida al desconcertante callejón por el que continúa transitando la apuesta soberanista en Cataluña.

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