Tras las turbulencias de los últimos años, el 'president' Salvador Illa ha hecho de la 'normalidad' una de sus principales consignas de gobierno. Sin embargo, el separatismo no parece dispuesto a ponérselo fácil. Y es que el líder socialista, conocido por su extremada corrección en las formas, ha sido puesto en la picota por los partidos secesionistas por una aparentemente inocente visita a una feria de promoción del aceite de Jaén que tuvo lugar en Sabadell el pasado domingo. Allí, alabó la "vinculación entre Cataluña y Andalucía" y animó a deshacer "tópicos" territoriales. Pero lo que desató la caja de los truenos fueron sus alabanzas al aceite andaluz, que los independentistas consideraron una afrenta gravísima al aceite catalán.
Tal ha sido el escándalo que Illa se ha visto obligado a ofrecer explicaciones urgentes y salvar el buen nombre del aceite de oliva catalán, que ha asegurado ahora que es "el mejor del mundo". Asimismo, ha aclarado que no promocionó el "aceite de Jaén", sino que se limitó a atender "una invitación". "Jugar a confrontar territorios no lleva a ningún lugar. Trato a la gente, cuando vienen aquí, como me gustaría que nos traten cuando vamos fuera", ha alegado en su defensa.
Pero el "daño", según los secesionistas, ya está hecho. Para el 'expresident' Carles Puigdemont —que, como es sabido, permanece huido en el extranjero por sus delitos contra el orden constitucional— la falta de Illa es "muy grave". "Es una ofensa a las familias que se esfuerzan por mantener su actividad y asegurarse el relevo generacional", según Puigdemont. Además de una prueba más de la "agenda españolizadora" del PSC. Por su parte, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha acusado al líder socialista de estar "más preocupado por gustar a España y al PSOE que por defender a Cataluña". Mientras, el alcalde de Gerona, Lluch Salellas, ha denunciado que Illa "dé apoyo al aceite de Jaén antes que a las cooperativas catalanas que resisten a la globalización y a la desregulación".
