El Govern de Pere Aragonés ha iniciado una persecución en Cataluña y ya utiliza las denuncias de estudiantes universitarios contra profesores para obligarles a impartir clases en catalán.
Cuando comenzó este curso, el Gobierno regional ordenó a las universidades de la comunidad la elaboración de informes en los que se reflejaran las "incidencias lingüísticas" en sus campus.
Les exigió la lista de denuncias conta docentes que utilizasen el castellano en sus clases para obligarles a dejar de impartirlas en castellano, según 'El Mundo'.
Ahora, cuando han pasado seis meses desde el inicio del curso escolar, el Govern de Aragonès alardea de haber registrado 55 reclamaciones que, en todos los casos, según el mismo, han sido de estudiantes que habían escogido el catalán como lengua de docencia, recoge el rotativo.
El Ejecutivo autonómico, a través de la Consejería de Universidades, se cuelga la medalla de haber "restituido la lengua" en el 60% de los casos.
Así, tal y como indica el propio Govern, están empleando las denuncias de alumnos para obligar y forzar a los docentes castellanohablantes a cambiar la forma de impartir sus asignaturas.
El Govern demuestra que las denuncias solo buscan señalar a los docentes que optan por hablar en castellano.
Aragonès aseguró que con su iniciativa defendería la corrección de cualquier disfunción relacionada con la lengua en la que se imparten las clases.
Forzar a los profesores a dar clases en catalán
De esta manera, deberían detectar también a los profesores que deberían dar sus clases en castellano por requisitos en la matriculación.
Sin embargo, el Govern demuestra que las denuncias solo buscan señalar a los docentes que optan por hablar en castellano. Están impulsadas por sindicatos secesionistas como el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (SEPC), que instó a la Generalitat a iniciar esta campaña de persecución.