Prosigue el descalabro interno de ERC tras la dimisión de Pere Aragonés, que tuvo lugar este lunes después de que los republicanos perdieran 13 escaños en las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo. Desde el lunes el partido se encuentra inmerso en un proceso de reflexión que ha llevado a fuertes tensiones internas y que acabaron en la Ejecutiva de este miércoles con el anuncio de que Oriol Junqueras dejará la presidencia después de las europeas y que Marta Rovira no revalida como secretaria general en el Congreso extraordinario del 30 de noviembre. Un Congreso donde Junqueras espera presentarse de nuevo para tomar el mando del partido retejiendo la confianza: "No renuncio a nada", ha expresado.
En pleno descalabro, el aún presidente de ERC ha comparecido este jueves en la serie de Calabria este jueves para explicar con más detalles su visión de la situación: se marcha pero que no se va. Ha dado un paso atrás temporalmente para rearmarse y poder conseguir el aval de la militancia, que es lo que ha buscado en todo momento. "Desde el martes ha sido mi voluntad ayudar desde todos lados, y solo lo puedo hacer de manera eficaz con el aval explícito y renovado, quiero someterme al aval de la militancia, saber qué es lo que esperan de mi", ha declarado este jueves a primera hora.
Espera recuperar la confianza de las bases
El líder se distancia de la dirección interna y deja espacio al "proceso consensual" que se abre tras su marcha pero en el que espera volver a ganarse la confianza de las bases. "Tengo muchas ganas de escuchar y explicarme con esta libertad, decir que estoy aquí al lado de mi gente para tomar decisiones, ayer comuniqué mi voluntad de dimitir para ser efectivo", ha dicho. Sobre el proceso para buscar consensos en un partido roto que se abre en este tiempo, Junqueras ha expresado que era una realidad acordada y que solo era cuestión de fijar la fecha. "Hemos fechado el 30 de noviembre para hacer este proceso con calma y sin prisas", ha dicho.
En este 'mutis por el foro' temporal ha expresado que no se ha sentido presionado, sino más bien acompañado, aunque siguen prevaleciendo las voces críticas internas que reclaman un giro hacia retejer la unidad independentista del 1-O y otras de segunda fila que buscan un relevo generacional para dar un impulso al partido histórico de los ateneos republicanos que ha liderado la izquierda catalanista en Cataluña. Marta Rovira también se decanta por esta renovación directiva, tal y como ha avanzado Junqueras y ha expresado ella misma. Eso implicaría una retirada orgánica tanto de ella como de Junqueras en el partido.
El presidente del partido ha matizado así la comunicación que lanzo ERC tras la Ejecutiva de este miércoles donde se explicitó que Junqueras se centraba ahora en las elecciones europeas y que después del 9 de junio dejaría la Presidencia para abrir un proceso de reflexión y escucha activa antes de decidir su futuro. Por la comparecencia de hoy, el líder republicano, que sigue inhabilitado por el 1-O y está pendiente de la amnistía también para hacer cualquier movimiento, no ha cerrado la puerta a volver a primera línea si es el deseo de la militancia. Los frentes del partido buscarán el entendimiento de aquí a el 30 de noviembre, donde se concluirá la "nueva estrategia de la formación" para buscar "la mejor manera de recuperar la confianza del país" tras el 12-M.
Tiempo de descuento para el nuevo candidato a la Generalitat
Los republicanos se encuentran sumidos en este proceso interno mientras el tiempo de descuento para el arranque de la nueva legislatura en Cataluña ya ha empezado. Los partidos tienen hasta el 10 de junio para constituir el nuevo Parlament, que a su vez votará la nueva composición de la Mesa y su presidencia y que, a su vez, propondrá al nuevo presidente de la Generalitat. Los republicanos siguen sin tender la mano a la posibilidad de un tripartito con el PSC y apuestan por un lugar en la oposición mientras se rearman, mientras que tampoco han explicitado si darían un hipotético apoyo externo a un Govern de Illa en minoría. Por ahora, la posibilidad del tripartito parece cada vez más lejana y los comunes también han abierto la puerta a nuevas fórmulas que no pasarían por formar coalición aunque sí un pacto de izquierdas.