Cataluña

El PP catalán exige un "compromiso público de disolución" a Ciudadanos para integrarlos en sus listas

Fuentes del PP catalán no entienden "qué necesidad había de resucitar a CS" después de sacar 10 concejales en toda Cataluña el pasado 28 de mayo y no contar en las encuestas

  • Alejandro Fernández (PP) interpela a Carlos Carrizosa (CS) durante un debate electoral antes de las elecciones catalanas de febrero de 2021. -

El PP y Adrián Vázquez, eurodiputado y secretario general de lo que queda de Ciudadanos, llevan meses de negociación soterrada. Génova pretende absorber los últimos destellos de talento (y votos) de un partido reducido a cenizas. Hasta el pasado miércoles, el objetivo y punto de partida era fraguar un pacto para las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Sin embargo, el adelanto electoral en Cataluña, anunciado por Pere Aragonès para el próximo 12 de mayo, ha precipitado una negociación cuyo deadline, ahora, finaliza en días.

El acuerdo, además, no se limita a una mera negociación entre dos partidos. Alberto Núñez Feijóo tiene primero que limar asperezas de puertas hacia adentro con sus cuadros territoriales. No es ninguna revelación que Alejandro Fernández no es santo de la devoción del gallego. Desde la llegada de Feijóo al ala noble de Génova, hace más de dos años, el liderazgo del actual líder de los populares catalanes y portavoz en el Parlament ha pendido de un hilo. El estrecho margen de maniobra existente, no obstante, eleva más que nunca sus opciones de ser candidato.

"Un golpe de mano, a estas alturas, sería darnos un tiro en la sien", estima en conversación con Vozpópuli un dirigente del PP catalán. Como ha podido saber este periódico, Fernández y Feijóo no han hablado del melón sucesorio como sí lo ha hecho el líder del PP con otros activos del partido en Cataluña.

Las posiciones de uno y otro son muy diferentes en muchos aspectos; el primero en esta precampaña, cómo integrar a Ciudadanos en un pacto iniciado por Génova por su cuenta y riesgo, sin haber tenido en cuenta ni a Fernández, ni a ninguno de sus dirigentes más cercanos.

"Sumar siempre es positivo, pero en los pactos siempre hay que atender a la letra pequeña", indican otras fuentes del PP catalán cercanas a Fernández. "¿Quién nos garantiza que no abandonan el barco al día siguiente si las cosas no salen bien o si no sacan escaño?", se preguntan, en relación a una posible fórmula en la que se permita participar en las listas, pero manteniendo su afiliación, a políticos de Ciudadanos.

¿Una solución que a ojos del PP catalán garantizara la lealtad de las últimas incorporaciones? "Un compromiso público de disolución de Ciudadanos", zanjan las fuentes consultadas al más alto nivel de los populares catalanes. "Es lo que hay que hacer", insisten. "Y, por supuesto, con Alejandro como candidato", subrayan. Algo en lo que sí está de acuerdo Ciudadanos. Génova no quiere una coalición, sino que algunos perfiles de Ciudadanos se integren como independientes en su lista. Ciudadanos defiende teóricamente una coalición. Aunque fuentes consultadas por este diario sugieren que el partido naranja no opondrá demasiada resistencia para la fórmula.

Relación conflictiva en Cataluña

También hay que tener en cuenta que, a diferencia de las últimas elecciones de febrero de 2021, la posición de fuerza es la popular tras años de hegemonía constitucionalista de CS en Cataluña. Hace tres años, el partido naranja cosechó seis diputados en el Parlament; y el PP, tres. Además, Ciudadanos quedó borrado del mapa el 28-M y no ha concurrido ni a las generales del año pasado, ni a las gallegas de hace un mes. En las municipales del 2023, el PP obtuvo 196 concejales en Cataluña. Ciudadanos, sólo 10 tras perder casi el 96% de sus ediles.

Las fuentes consultadas por este periódico no entienden "qué necesidad había de resucitar a Ciudadanos, cuando estaban muertos y ahora copan titulares". El último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat de Cataluña, de noviembre deL año pasado, daba al PP catalán entre 12 y 17 escaños en la cámara autonómica y certificaba la desaparición de la formación que ganó las elecciones en diciembre de 2017 con 37 diputados.

Hay que apuntar que la desconfianza entre Ciudadanos y el PP en Cataluña viene de lejos. En primer lugar, por su origen. El partido naranja en esta comunidad es casi una escisión del PSC y sus cuadros en Cataluña han estado ideológicamente más alineados a la socialdemocracia que a la derecha. Los populares nunca vieron con buenos ojos al partido naranja porque, entre otras cosas, se atrevió a denunciar los pactos de Gobierno que José María Aznar o Mariano Rajoy ejecutaron con el nacionalismo catalán. El pico de este enfrentamiento tuvo lugar durante el procés, en 2017.

El desgaste de Rajoy en La Moncloa estuvo a punto de acabar con la marca PP en Cataluña en las elecciones que ganó Inés Arrimadas. Ciudadanos se negó a ceder diputados al PP para que tuviera grupo propio en el Parlament. Y tampoco prestó uno de sus escaños al Grupo Mixto –que formaban entonces la CUP y el PP– para que los populares pudieran participar en todas las comisiones del Parlament. Fue finalmente el PSC quien prestó ese diputado a los populares.

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