Josep Sánchez Llibre, flamante presidente de la patronal catalana ejerció de anfitrión y se apunto el tanto de reunir al presidente del Gobierno, el presiente de la Generalitat y a la alcaldesa de Barcelona tras años de desencuentros y líos protocolarios en este evento que tuvieron su punto culminante en 2013 cuando Artur Mas no asistió a los mismos porque presidía la cena la entonces vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría.
La sala formada por mas de 500 empresarios que suponen mas del 70% del PIB catalán recibió con expectación a los dos protagonistas. Entre los asistentes el expresidente de la Generalitat, José Montilla, el Presidente de CEOE, Antonio Garamendi, el expresidente de CEOE y Fomento, Joan Rosell, el exalcalde Xavier Trias, Salvador Gabarro, Carlos Tusquets, el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, la presidenta de FEPIME, María Helena de Felipe, y un largo etcétera.
Tomó primero la palabra Quim Torra, que hizo énfasis en que se acababa de celebrar una reunión “entre el Gobierno de Cataluña y el Gobierno de España”. El presidente de la Generalitat manifestó su satisfacción por la emisión de un comunicado conjunto que “apuesta por el diálogo y una solución democrática”. Quiso Torra que al auditorio le quedara claro que en la reunión con el presidente del Gobierno de España “se había hablado de todo”. Torra, sin andarse con rodeos, ha dicho que “en Cataluña hay consenso a favor de la república y de un referéndum de autodeterminación y contra la monarquía”. Ante estas palabras ha recibido una leve reprobación del auditorio.
En Cataluña hay consenso a favor de la república, del referéndum y contra la monarquía"
Asimismo, Torra ha pedido un Pacto de Estado para desfranquizar el Estado español, aislar a la extrema derecha y por la celebración de un referéndum. El presidente de la Generalitat ha repasado datos de la economía catalana que según él desmienten “las previsiones erróneas y apocalípticas”. El discurso reivindicativo de Torra ha seguido en su segunda parte por derroteros aparentemente económicos pero cargados de intención política. Torra ha señalado cuatro amenazas al crecimiento de la economía catalana, todos ellos atribuibles al Gobierno de España: la no inversión de Estado en Cataluña, el retraso del Corredor Mediterráneo, el decreto que facilita la movilidad de empresas y los efectos económicos de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Torra ha remachado esta serie de agravios afirmando que “el relato de inestabilidad económica de Cataluña lesiona nuestra imagen internacional”. A lo largo de su intervención no ha cedido ni un milímetro frente a Sánchez ni ha dado señal alguna de que los diputados del PDeCat en el Congreso fueran a apoyar las cuentas para 2019.
El cierre de su intervención ha sorprendido a la sala dado que Torra ha anunciado que no se quedaba a la entrega de premios, donde se galardonaba entre otros, a Francisco Reynes de Naturgy, dado que tenía que acudir a una lectura de textos en recuerdo de los exiliados de 1939.
Necesidad de aprobar un Presupuesto
A posteriori, ha tomado la palabra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el cual no ha realizado referencia alguna a la reunión previa con Torra. El inquilino de la Moncloa ha dicho que su política económica se basa en cuatro principios: estabilidad, diálogo, transformación y autocrítica.
Sánchez, que ha agradecido al Gobierno de la Generalitat su predisposición al diálogo, ha anunciado que el próximo mes de enero, junto a los Presupuestos, presentará una Agenda para el cambio sostenible de la economía en la que la ministra de economía lleva meses trabajando. Entre los aspectos clave de esta agenda ha citado: mejorar la supervisión para evitar nuevas crisis financieras, gastar mejor, defender el orden multilateral y aplicar eficazmente las directivas.
Sánchez ha defendido la necesidad de aprobar los Presupuestos como método para luchar contra la deuda y el déficit, mostrando así sintonía con las directrices de Bruselas y buscando congraciarse con un auditorio frente al que debutaba. Entre los asistentes planeaba la sensación de que algo más de lo que se había escuchado en los discursos había sucedido en la reunión entre Torra y Sánchez así como la sensación de que Torra más que a un gobierno autonómico solo se representa a sí mismo, aunque eso es quizás más una esperanza de los asistentes que una realidad.
El hecho es que una vez Torra abandonó el Hotel donde se celebraba la entrega de premios, Sánchez y Aragonés (ERC) han mantenido una animada conversación alentada por la petición pública de Sánchez Llibre de que la aprobación del techo de gasto sea solo el primer paso hacía el Presupuesto.