Los gobiernos de los ayuntamientos de Valencia y Castellón tendrán participación de Vox en próximas fechas. La dirección nacional del PP ha asumido que no se puede evitar la entrada de la formación que lidera Santiago Abascal si no tienen más ediles que los que suman las formaciones de izquierda.
Esta circunstancia sólo se da en el Ayuntamiento de Alicante con Luis Barcala a la cabeza. El PP en la capital alicantina obtuvo 14 concejales, frente a los 8 del PSOE, los 2 de Compromís y 1 de Podemos.
El PP suma más que todos los partidos de la izquierda local juntos y los 4 concejales de Vox no han sido necesarios para la investidura y apenas lo serán para algún asunto que requiera de la mayoría absoluta, pero el grueso de la gestión la podrá llevar el alcalde, Luis Barcala, en solitario con un gobierno íntegro del PP.
Las otras dos capitales de provincia, Valencia y Castellón no van a correr la misma suerte. Los números son diferentes a los de Alicante y el PP no suma más que la suma de los ediles de la izquierda. Tras Barcala, quien más 'legitimidad' tendría para formar un gobierno en solitario es Begoña Carrasco.
La alcaldesa de Castellón obtuvo 11 ediles para el PP y sólo es superado en 1 por la suma de los 9 del PSOE y los 3 de Compromís. Mientras, Vox alcanzó los 4 concejales. Esta circunstancia hace que la gestión sea mucho más complicada de llevar adelante en solitario y todo apunta a que finalmente Carrasco aceptará la entrada de Vox en el consistorio castellonense.
Apoyo topónimo bilingüe en Castellón
La persona que está negociando ese pacto por parte de Vox es la presidenta de las Cortes Valencianas, Llanos Massó, y ya habido algún gesto por parte de la formación de derecha populista como la de apoyar la iniciativa de recuperar el topónimo de la ciudad en bilingüe.
El PP ha permitido la entrada de Vox en los lugares en los que su voto afirmativo era imprescindible para lograr la investidura, y defenderemos nuestra legitimidad para gobernar en solitario, donde somos la fuerza más votada y tenemos más escaños que toda la izquierda juntaComunicado PP nacional
Génova considera "lógica" esta integración de Vox en los gobiernos locales y defiende la siguiente postura: "El PP ha permitido la entrada de Vox en los lugares en los que su voto afirmativo era imprescindible para lograr la investidura, y defenderemos nuestra legitimidad para gobernar en solitario, donde somos la fuerza más votada y tenemos más escaños que toda la izquierda junta".
La réplica en los gobiernos autonómicos
Esta directriz empieza a imponerse en todos los pactos autonómicos, como es el caso de la Comunidad Valenciana donde Carlos Mazón no tiene más votos que PSOE y Compromís juntos y ha tenido que plegarse a la entrada de Vox en el Gobierno.
En Baleares, Marga Prohens sí suma más que toda la izquierda junta y Vox no entrará en el Gobierno autonómico, pero condicionará desde fuera alguna de las políticas del PP merced a un pacto de estabilidad de la legislatura. El mismo camino lleva el inminente pacto en Aragón.
El guión en Extremadura se ha alterado mínimamente y María Guardiola gobernará con un gabinete del PP y una sola cartera para Vox que dirigirá las políticas destinadas al mundo rural.
Y en Murcia, donde el PP suma más que toda la izquierda, las negociaciones están siendo duras y el presidente autonómico, Fernando López Miras, está dispuesto a repetir las elecciones si no le dejan gobernar en solitario.
Catalá necesitará a Vox
Por eso, María José Catalá, la alcaldesa de Valencia también tiene interiorizado que será difícil evitar la entrada de Vox en el Gobierno municipal. El PP obtuvo 13 concejales, mientras que Compromís sumó 9 y el PSOE alcanzó los 7. Los 4 ediles que sacó Vox son pues clave para Catalá. No lo fueron en la investidura donde no eran necesarios, pero sí en la gestión diaria.
Medidas simbólicas como el cambio de nombre del puente de las Flores a puente Rita Barberá, ya necesitan del apoyo de Vox. Las mayorías exigidas en el hemiciclo municipal van a condicionar el gobierno de Catalá que necesitará a Vox de manera bastante asidua y no solo para los presupuestos.
Hasta que pase el 23-J
La forma de la entrada de Vox en el gobierno está por determinar. Vox quiere departamentos de peso, pero eso no pasará. Áreas como las pedanías, empleo y políticas familiares están sobre el tapete de las exigencias de Vox. Por el momento, en la reunión de la semana pasada sólo se habló de los sueldos de concejales, asesores y distribución de los espacios municipales para los diferentes grupos.
La fecha en la que se negociará la entrada de Vox en los ayuntamientos de Castellón y Valencia aún no está fijada pero en Génova han trasladado su preferencia de que se haga después de las elecciones del 23 de julio para evitar tensiones en las semanas previas a las votaciones. Además, Feijóo quiere guardarse algún as con los gobiernos municipales para ofrecer a Abascal a la hora de negociar después de la cita con las urnas.
Y así parece que será: la entrada de Vox en los gobiernos locales de Valencia y Castellón podría posponerse hasta septiembre, aunque no está descartado en el caso de Castellón, que pudiera ser antes.
También se ha evitado publicitar estos 'acuerdos' con Vox en la semana del Orgullo, donde los encontronazos del PP y Vox han sido numerosos a la hora de colgar banderas del colectivo LGTBI en los edificios consistoriales. El presidente nacional del PP estaba en plena ronda por los medios de comunicación y no quería unir su imagen a Vox en cuestiones sociales que suscitan tanta controversia.
Elche fue el primero por obligación
El camino para Catalá y Carrasco ya lo ha mostrado Pablo Ruz, el alcalde de Elche, aunque por motivos diferentes. Ruz tuvo que pactar con Vox al no ser la fuerza más votada. El PP consiguió 11 ediles y junto a los 3 de Vox alcanzaron el gobierno municipal al superar los 12 del PSOE y el único representante de Compromís.
Elche fue la primera gran ciudad donde PP y Vox llegaron a un pacto después de que el PSOE se negara a recoger el guante de Feijóo de permitir que gobernara la lista más votada. A Vox se le cedieron por parte del PP las concejalías de Familia y Mayores, así como la de Promoción Económica y Formación; y la de Pedanías, Camp d'Elx y Vertebración territorial.
Eso sí, María José Catalá y Begoña Carrasco proyectan una participación mucho menor de Vox en sus gobiernos con áreas que no tengan un gran peso presupuestario e incluso pueden ser departamentos desgajados de otras macroconcejalías que controle el PP.
calimatias
En Valencia es una excelente noticia que VOX entre en el ayuntamiento ya que María José Catalá está muy poco comprometida con los cambios que requiere la ciudad. En su día como consejera de educación pretendió que el catalán fuera un requisito y un mérito para la promoción docente.