La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio entregó la pasada semana los Premios Andalucía de Medio Ambiente, que en sus ocho modalidades reconocen a las empresas que demuestren apostar por el medio ambiente más allá de lo que exige la ley. Uno de los galardonados fue la Fundación Atlantic Copper por la labor que desarrolla en el Paraje Natural Marismas del Odiel. La Junta de Andalucía reconoce así su trabajo por "contribuir a la defensa, difusión, protección y conservación de los valores medioambientales" en Huelva, uno de los focos más graves de contaminación industrial de Europa. Sin embargo, el premio ha causado estupor entre colectivos ciudadanos y ecologistas, que acusan a la empresa de perjudicar gravemente la salud de los ciudadanos onubenses con sus actividades, causantes de emisiones de sustancias tóxicas y vertidos contaminantes.
La agrupación ciudadana Mesa de la Ría, que lleva años trabajando por la recuperación de la calidad ambiental de Huelva, mostró su indignación desde que se conoció que la empresa productora de cobre sería una de las galardonadas por la Junta. "No tiene sentido premiarla, sino todo lo contrario", comenta a este diario el secretario de la asociación, Juan Manuel Buendía. Mientras la Consejería aplaude la gestión ambiental de la compañía por el esfuerzo realizado “por el desarrollo humano, económico, social y cultural de la provincia de Huelva”, Mesa de la Ría recuerda que Atlantic Copper ha sido condenada en dos ocasiones por el Juzgado nº 2 de Huelva por gestión ilegal de residuos peligrosos de origen industrial.
Atlantic Cooper fue condenada por transportar y almacenar ilegalmente durante años residuos tóxicos en una balsa de la mina en la que hoy se acumulan otras sustancias
Una de las sentencias ratificó que la empresa obtuvo un beneficio fraudulento de cerca de 50 millones de euros con la gestión ilegal y depósito en la Mina de Riotinto de ácidos débiles durante catorce años, y condenó a su director Patricio Barrios a un año de cárcel y el pago de una multa de 5 millones de pesetas por haber transportado entre 40.000 y 50.000 toneladas de ceniza de pirita desde la fundición de cobre hasta una balsa de la mina, desde la que se produjo un vertido al río Tinto. Según denuncia Mesa de la Ría, los vertidos de millones de toneladas de residuos altamente tóxicos permanecen aún hoy. "Ha convertido la cuenca minera de Huelva en su vertedero tóxico". Otra sentencia contra Atlantic Copper está pendiente de ejecutar, lo que pone en evidencia la "inexplicable permisividad e inacción de la Junta de Andalucía", lamenta la agrupación ciudadana.
Recientemente, denunciaron ante la Consejería de Medio Ambiente que ese embalse al que fueron trasladados los ácidos arsenicales "almacena también lixiviados (líquidos fermentados) producidos a partir de otros residuos sólidos originarios también de la fundición de cobre Atlantic Copper que se encuentran ocultos y semidesenterrados por efecto de la erosión de borde en esa misma escombrera dentro de bolsas denominadas BIGBAG, en cantidad de varios miles de toneladas", hechos anteriormente denunciados por otras asociaciones.
De las más contaminantes
Los niveles de arsénico permitidos por la normativa europea son rebasados con frecuencia, según un estudio de la Universidad de Huelva
Ecologistas en Acción tampoco puede estar más en contra de la entrega de este premio a Atlantic Copper, cuando "todo el mundo en Huelva sabe lo que contamina". Citando datos publicados en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR-España), la agrupación conservacionista recalca que la fundición de cobre emite cada año a la atmósfera cantidades "brutales" de sustancias peligrosas como mercurio (65,8 kg) -prohibido actualmente por su alta toxicidad-, arsénico (553 kg) o cadmio (152 kg). "La empresa puede defender que se mueve dentro de los parámetros establecidos, pero va al límite y es un hecho que sea responsable de la emisión de este tipo de sustancias", explica a Vozpópuli un miembro de Ecologistas en Acción de Huelva. Los niveles de arsénico permitidos por la normativa europea son rebasados con frecuencia cuando se producen picos de emisión, según un estudio de la Universidad de Huelva.
Desde que en 2010 una sentencia de la Audiencia Nacional, ratificada por el Tribunal Supremo, condenó a Fertiberia a paralizar definitivamente los vertidos de fosfoyesos (residuos químicos muy contaminantes), se puede decir que Atlantic Copper es una de las compañías más contaminantes de la zona "sin ninguna duda". Desde la asociación ecologista ponen como ejemplo el parón del pasado año, cuando la factoría cesó su actividad unos meses para realizar obras de mejora y los datos de contaminación en Huelva mejoraron sensiblemente. Aunque haya disminuido sus niveles de emisión, "el aire de Huelva es mucho mejor cuando Atlantic Copper no funciona".
El premio reconoce los programas especiales en el Paraje Natural Marismas del Odiel que realiza la empresa, un lavado de imagen según los ecologistas que además le permite publicitarse
Con el premio Andalucía de Medio Ambiente, el Gobierno andaluz galardona a la empresa principalmente por la implicación en la divulgación, conservación y programas especiales en el Paraje Natural Marismas del Odiel, como la construcción del Observatorio y los talleres Escuela de exploradores y 'Mi marisma, mi escuela'. Según los ecologistas, con estas actividades de educación ambiental la empresa busca mejorar su imagen y a su vez lleva a cabo iniciativas que la Consejería no paga, lo que le supone un ahorro. De ahí -señalan- que los guías del Paraje Natural luzcan el escudo de Atlantic Copper y se publicite la empresa en el mirador de la zona. "Lo único bueno que aporta atlantic Copper a Huelva es que da empleo". Las asociaciones ciudadanas y ecologistas critican no solo que la Junta premie, sino que no persiga determinadas actuaciones de una empresa que además, ha recibido en torno a 11 millones en subvenciones públicas para competir con otras compañías europeas.
El día de la nube química sobre la ciudad
En octubre del pasado año, un apagón en la capital provocó la paralización de la factoría al fallar sus filtros, por lo que se vio obligada a lanzar al cielo de Huelva su "cóctel químico" para ventilar. La nube que produjo la fuga fue trasladada por el viento sur registrado ese día, llegando al centro de la ciudad. Los hechos fueron denunciados por Mesa de la Ría ante la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea y el expediente de infracción se está estudiando actualmente, según explican desde la agrupación ciudadana.