El presunto cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, ha utilizado su última palabra en el juicio del caso Gürtel para ofrecer a la Fiscalía “de ahora en adelante, su total colaboración. Me gustaría ir por mis propios medios y no trasladado desde la cárcel”, ha asegurado el empresario, que ha lamentado que él y sus colaboradores, Pablo Crespo y Álvaro Pérez ‘el Bigotes’ estén en prisión bajo fianza antes de que haya sentencia.
Correa, que se enfrenta a una pena de 125 años de cárcel, ha reiterado su ofrecimientos de colaborar con la Fiscalía para “ahorrar dinero” a la Justicia española: “Me da igual 200 años que 300 años. Pero pido ir a la Fiscalía por mi propio pie. No me voy a fugar”.
“Somos los únicos que estamos en prisión preventiva y cuatro años, y no tengo una sentencia firme del Tribunal Supremo”, ha completado Correa, que aludió a otros casos de corrupción sin citarlos: “Todos están en libertad”, ha relatado el reo, que ha completado: “No hay nadie en prisión y no quiero nombrar las otras causas y las personas que están en libertad”.
En este sentido, Correa ha considerado que los imputados en la causa Gürtel han sido tratados “peor que a terroristas”.
Además, el presunto cabecilla de la trama sorprendió a todos los presentes exclamando el indulto del juez que inició la causa Gürtel, Baltasar Garzón, y que fue inhabilitado pro el Tribunal Supremo por ordenador unas grabaciones a los procesados en la cárcel: “Solicito el indulto del juez Garzón, no es normal que esté inhabilitado”.
Correa también reclamó al tribunal que no se deje influir “por las televisiones”, al mismo tiempo que defendió a sus colaboradores: “De las personas que están aquí, ninguno tiene antecedentes penales. Si fuese una organización criminal hubiera contratado a criminales”, ha concluido el reo.
Una vez finalizado el turno de Correa, el magistrado que preside la vista oral, que ha durado 13 meses y 125 sesiones, Ángel Hurtado, hadejado el juicio “visto para sentencia. Se levanta la sesión, definitivamente”, ha concluido.