Una fiesta de la alta sociedad en Córdoba en honor al príncipe Joaquín de Bélgica, recién llegado de su país y positivo por coronavirus pocos días después de reunirse con 29 personas en la ciudad andaluza, ha puesto de manifiesto los escasos o nulos controles que se están llevando a cabo para hacer cumplir la cuarentena que el Gobierno impuso como obligatoria a todas aquellas personas que llegan a España procedentes del extranjero.
Una cuarentena que entró en vigor el pasado 15 de mayo, causando un importante choque diplomático con Francia y mandando al traste todo el mes de junio para el sector turístico, y que, sin embargo, no está siendo supervisada a rajatabla. Ni las Delegaciones del Gobierno ni el propio Ministerio de Sanidad han sabido precisar a este diario cuántos casos activos de cuarentena hay en España ni si han abierto sanciones por incumplirla.
"No me han llamado ni una sola vez en 14 días para comprobar si estaba en casa", indica José Luis Agrelo, un español que llegó en un vuelo procedente de La Habana el 15 de junio. Como él, otros cuatro ciudadanos consultados por Vozpópuli, afirman no haber recibido ni una llamada telefónica ni una sola visita de las autoridades para corroborar que están en sus domicilios u hoteles cumpliendo la cuarentena.
De Madrid a otras provincias
Algunos, incluso, han viajado a otras provincias en coche particular o en transporte público después de aterrizar en Madrid. Es el caso de Paula López. Procedente de Buenos Aires el pasado 24 de mayo, pasó la primera noche en un hotel de la capital tras llegar a Barajas y al día siguiente tomó un AVE en Atocha para ir hasta Valencia y pasar la cuarentena en casa de sus padres.
"Por responsabilidad social no he salido ni un sólo día, ni he podido darles un abrazo a mis padres, pero no me han llamado ningún día ni me han venido a visitar", asegura esta joven valenciana que el próximo lunes acabará el periodo de cuarentena.
Por el contrario, otras de las personas consultadas reconocen que no cumplieron en sus casas los 14 días. "Al tercer día, pagué 140 euros para hacerme una PCR en un laboratorio privado y, como salió negativo, empecé a quedar con mis amigos y a ir a terrazas sin miedo a que me llamaran para controlar la cuarentena", afirma Agrelo.
Un formulario, un termómetro y el caos
En la orden SND/403/2020, publicada en el BOE, el Ministerio de Sanidad decretó como obligatoria una cuarentena de 14 días en sus hogares u hoteles a todas las personas que llegaran desde el extranjero a partir del 15 de mayo. En la práctica, los afectados están obligados a limitar sus desplazamientos únicamente para comprar alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad; asistir a centros sanitarios; y por causas de fuerza mayor o situación de necesidad.
A través de la Agencia Española de Seguridad Aérea, el Gobierno hizo entrega a las aerolíneas de un formulario o declaración jurada que todos los pasajeros deben entregar en los aeropuertos españoles tras ser sometidos a un control de temperatura corporal y en la que deben plasmar sus datos e identificar el lugar en el que van a realizar la cuarentena.
"Después de pasar los controles policiales y de aduanas, y la cinta para recoger las maletas, teníamos que hacer cola para llegar a una mesa donde había dos funcionarios", afirma Covadonga, una joven de 25 años que llegó el 3 de junio a Barajas desde Australia y que hoy pasa la cuarentena en Asturias.
"Uno de ellos iba vestido con un EPI y era quien te tomaba la temperatura. El otro es al que le entregabas el formulario que nos dieron en el avión", añade Paula López.
Esos funcionarios son médicos de Sanidad Exterior, un centenario y poco conocido servicio de funcionarios que se encarga de velar por el cumplimiento de las medidas sanitarias en aeropuertos y puertos marítimos.
Ni multas ni cifras del número de casos en cuarentena
Tanto en la orden de Sanidad como a la hora de entregar la declaración jurada en los aeropuertos, a los recién llegados se les advierte que "las autoridades sanitarias podrán contactar con las personas en cuarentena para realizar su seguimiento". Pero no se establecen multas concretas a quien incumpla la orden.
Ese seguimiento correspondería a Sanidad Exterior, dependiente de las delegaciones del Gobierno. Sin embargo, consultada la Delegación del Gobierno de Madrid, se remite directamente al Ministerio de Sanidad. Este, por su parte, ha declinado ofrecer cualquier tipo de dato acerca de cuántos viajeros han llegado desde el 15 de mayo; cuántas llamadas se han realizado desde entonces; cuántos casos positivos se han detectado; y si tiene constancia de que alguno de los viajeros no ha cumplido la cuarentena.
Desde la Delegación del Gobierno en Asturias afirman no tener ni una sola persona en su territorio en cuarentena, cuando Vozpópuli ha podido hablar con una joven que llegó el pasado 3 de junio desde Australia tras aterrizar en Madrid y que en sus primeros tres días de cuarentena en Asturias no ha recibido ninguna llamada de las autoridades.
"A nosotros no nos han avisado desde Madrid ni desde Sanidad que haya llegado algún caso. Si ha llegado desde el aeropuerto de Madrid, se debería canalizar a través de Sanidad Exterior, que depende de nosotros, o a través de la Consejería de Salud. Pero insisto en que aquí no tenemos ningún caso notificado desde Madrid", afirman las fuentes oficiales consultadas.
En cambio, desde la Delegación del Gobierno en las islas Baleares, aseguran estar controlando telefónicamente "a todos" los pasajeros que han accedido al territorio insular. Fuentes oficiales consultadas sostienen que dos médicos de Sanidad Exterior realizan llamadas cada dos o tres días a los viajeros. Destacan la "actitud colaborativa" por parte de estos. Aseguran no haber detectado ningún positivo desde que se impuso la cuarentena y no haber tramitado ningún expediente sancionador por parte de las autoridades.
Sanciones en el extranjero
Mientras el caos y el descontrol son la norma en la cuarentena en España, otros países que decidieron aplicar una medida similar para controlar la llegada de personas desde el extranjero están imponiendo importantes sanciones.
En Reino Unido, el Gobierno de Boris Johnson estableció una multa de 1.100 euros a quienes la incumplieran. En Argentina, el Ejecutivo de Alberto Fernández ha decretado la expulsión de al menos 270 extranjeros que se negaron a seguir la cuarentena. Y en la Rusia de Vladimir Putin se establecieron penas de hasta cinco años de cárcel a los extranjeros que no siguieran la cuarentena domiciliaria.