El exceso de mortalidad se cebó con los ancianos que vivían en residencias durante la primavera. La concentración de centenares de personas vulnerables en el mismo lugar más la falta de personal, información y recursos convirtieron a estos centros en la zona cero del Sars-CoV-2.
La situación ha mejorado desde marzo. Pero el aumento de los dependientes fallecidos continúa disparado con respecto a años anteriores. Además, durante la segunda ola, el drama también se ha trasladado a quienes ya han visto reconocido su derecho a recibir apoyo en su domicilio.
Según el 'MoMo' del sistema de atención a la dependencia elaborado por el Imserso, España acumula ya 15.948 muertes más de las esperadas entre las personas que eran beneficiarias con prestación en sus casas.
En total, el país ha registrado 167.289 personas con solicitud de dependencia de marzo a octubre. Lo que se traduce en 28 defunciones por hora y un exceso de mortalidad de 42.961 personas. Entre ellas, 117.094 eran beneficiarias con prestación. Esto significa que, teniendo una solicitud, ya habían sido valoradas, se les había reconocido una situación de dependencia y contaban con -al menos- una prestación reconocida.
Atendiendo al lugar de la prestación, 51.204 eran personas con prestación en residencia, 21.513 más de lo esperado. Mientras tanto, 65.890 fallecidos eran beneficiarios con apoyo en el domicilio: 15.948 más de lo esperado. De esta forma, el exceso de mortalidad fue mayor en residencias en el periodo marzo a octubre de 2020.
Giro durante la segunda ola
Sin embargo, los nuevos datos reflejan un cambio de comportamiento a medida que avanza el año. Si en los meses de febrero a mayo el exceso de defunciones de las personas con prestación en residencias fue notablemente mayor al relativo a los domicilios, durante el periodo de junio a septiembre el exceso ha sido similar independientemente del lugar de la prestación.
En octubre se produce un giro y España registra un exceso de de mortandad mayor en personas con prestación de apoyo en su casa (49,4%) que en la residencia (12,4%).
Estos son solo algunos de los datos que se desprenden del último informe del Sistema de Monitorización de la Mortalidad mensual (MoMo) de las personas ligadas al Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) y que se encarga de elaborar el Imserso cruzando datos con el INE y el Ministerio de Justicia.
La citada monitorización se puso en marcha este mismo año, en medio de la pandemia, e incluye las defunciones de todas las personas que constan como solicitantes de dependencia.
Según destaca el Imserso, dependiente del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que dirige Pablo Iglesias, "el exceso de fallecimientos se deberá a diversas causas y no necesariamente, en este caso, y de forma directa a la covid-19". Un argumento en el que también hacen hincapié desde el Ministerio de Sanidad cuando se trata de hacer balance del exceso de mortalidad general.
381.115 personas en lista de espera
Desde la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, en cambio, denuncian que el impacto de la covid -19 en el Sistema de atención a la Dependencia: "Ha sido catastrófico, retrocediendo en los indicadores importantes y generando mucho dolor, sufrimiento y muerte a miles de personas en situación de dependencia y sus familias".
"Se está abandonando sin atenciones a las 381.115 personas están a la espera de la ley de dependencia. En noviembre fallecieron 4.339 en lista de espera y ya son 51.540 fallecidos en lo que va de año. Cada nueve minutos fallece una persona en el laberinto burocrático de la ley", denuncian desde la organización.
Además señalan que las tasas de variación a 30 de noviembre de 2020 respecto a los datos de antes del estado de alarma, son todas negativas. "Solamente en nueve comunidades autónomas ha crecido el número de personas beneficiarias con prestación respecto a noviembre de 2019", advierten.
"Sería imperdonable que, dado lo dramático de las cifras, los electoralismos cortoplacistas y tacticismos de
todo tipo y color que, por desgracia, caracterizan a la política española en los últimos años, se antepusieran
a la solución de la auténtica emergencia humanitaria que están viviendo las personas dependientes", zanjan desde la asociación.
