La erupción que comenzó hace 16 días en Cumbre Vieja, en La Palma, no da tregua a la población de los municipios cercanos que intentan aceptar con la mayor normalidad que pueden los comportamientos de este volcán, que según los científicos, se ajustan a las pautas de una erupción estromboliana.
Tras unos días de relativa estabilidad en la actividad volcánica, pasadas las 19.00 horas del domingo una parte del cono se rompió, lo que produjo, además de una fase explosiva, la salida de abundante lava fluida que se fundió en una única colada.
Aunque estas roturas ya se han producido en varias ocasiones, esta vez la emisión de la lava fue mayor y aunque desde el inicio de este episodio, se informó que parecía que la lava transcurría por las rutas realizadas por anteriores coladas, los científicos y los dispositivos de seguridad se mantienen vigilantes por si hay algún cambio.
La superficie afectada por la erupción asciende a 413,38 hectáreas, 14,2 más que ayer, y el perímetro de la zona afectada es de 36,3 kilómetros aunque se confía en que no toda esta superficie esté arrasada por la lava.
La anchura de la colada en algunos tramos es de 1.250 metros, 300 metros más que ayer mientras que la fajana que se creado al caer la lava al mar tiene ya una superficie de 32,7 hectáreas.