A diferencia de lo que ocurre en Cataluña, donde los jóvenes universitarios están en primera línea del movimiento y sentimiento independentista -en su caso, de ruptura con España-, en el Reino Unido los estudiantes recibieron como un jarro de agua fría aquel 52% del respaldo ciudadano a abandonar la Unión Europea, donde España es miembro y país soberano.
Entre los británicos de 18 a 24 años, un 64% votó a favor de permanecer en la UE, frente a un 24% en contra. En la franja de los 25 a 49 años, el porcentaje disminuyó, pero aún así, superó a quienes apoyaron el Brexit: 45% frente a un 39% que voto por la salida. Un 49% votó por el abandono entre la población con edades entre los 50 y 64 años, frente al 35% de 'remainers' y, hasta un 58% apostó por abandonar la UE entre los mayores de 65 años.
Por eso no es de extrañar que sea el sector universitario uno de los hervideros de iniciativas para frenar los indeseables, pero probables, efectos del Brexit en las comunidades educativas del país. La más defendida es #WeAreInternational, una campaña nacida en 2013 bajo el paraguas de los investigadores de la Universidad de Sheffield y de su sindicato de estudiantes y que actualmente cuenta con el respaldo de 160 universidades y organizaciones de todo Reino Unido.
Fuga de talento
El miedo a la fuga de talento internacional es patente. Nicholas Fry, de la organización internacional educativa King's Group, explicó recientemente en el Encuentro Complutense Brexit y Universidad, organizado por la UCM en colaboración con la Fundación Hispano Británica (FHB), que Reino Unido es el país con el más alto porcentaje de estudiantes internacionales, que alcanza el 19% del total de la población estudiantil. Y España, con 7.840 estudiantes en UK, es el séptimo país europeo en número de alumnos en dicho país.
En un principio, muchos de los que trabajamos en universidades en UK nos sentimos rechazados por un país en el que hemos establecido raíces y teníamos planes de futuro"
Además, Fry cree que mientras que ahora es muy sencillo estudiar allí, quizás en un futuro cercano haga falta un visado y los profesores extranjeros incluso necesitarán un permiso de trabajo. Unos efectos que aunque "no se saben" a ciencia cierta, sí que "serán indeseables, pero al mismo tiempo inevitables". Alfonso Valero, profesor español en Nottingham Trent University (NTU), considera que la consecuencia inmediata del referéndum sobre la salida de la Unión Europea fue que "muchos de los que trabajamos en universidades en Reino Unido, como profesores, investigadores y otros trabajadores del sector, nos sentimos, en mayor o menor medida, rechazados por un país en el que hemos establecido raíces y teníamos planes de futuro".
Futuro incierto
"Fue un momento similar a la ruptura de una relación: los planes de futuro se volvieron inciertos y hubo que reinterpretar el pasado. Poco después del referéndum, en lugar de rebajarse el tono antieuropeo por parte del gobierno británico, se incrementó", asegura el docente. Y recuerda que la ministra de interior, Amber Rudd, anunció una propuesta para que los empresarios publicasen una lista de personal no británico. "Hay que apuntar que en Reino Unido, aunque las universidades sean en su mayoría públicas, el funcionario como un trabajador que supera oposiciones y tiene un trabajo en propiedad aquí no existe. Por lo tanto las actividades encaminadas a restringir el número de trabajadores extranjeros afectaba a todos los comunitarios empleados en la universidad", explica.
Muchos profesores de origen comunitario o con familia de origen comunitario simplemente se fueron o empezaron a planear su salida"
Otra media que adoptó el gobierno de Theresa May, añade, fue rechazar informes presentados por el London School of Economics (LSE) que tuvieran entre sus investigadores personal comunitario. "Hay que decir que el LSE había estado proveyendo esos informes durante años. Así las cosas, el futuro inmediato no fue optimista. Muchos profesores de origen comunitario o con familia de origen comunitario simplemente se fueron o empezaron a planear su salida", asegura.
Sin embargo, asegura que en el momento actual la perspectiva del Brexit ha cambiado mucho. "Tanto conservadores como laboristas han cambiado su postura y son más fervientes defensores del acceso al mercado único (al Espacio Económico Europeo) de modo que parece que tratarán de negociar acceso a la Asociación Europea de Libre Comercio. Si tal cosa ocurriera, seguramente estaríamos hablando de mantenimiento de la libre circulación de personas", señala.
Ambiente hostil
No obstante, continúa, si bien la legalidad puede permanecer inamovible, hay que tener en cuenta que el ambiente hostil contra Europa tiene motivos para verse legitimado ahora y eso es lo realmente importante. Por ejemplo, hace pocos días el 'Daily Mail' se hacía eco de la petición del tory Chris Heaton-Harris, un acérrimo 'Brexiteer', a todos los vicerrectores del Reino Unido preguntando por los nombres de los académicos que enseñaban Brexit.
En 2013, cuando nació la iniciativa, Theresa May era ministra de Interior y su departamento colaboró para atraer talento de todo el mundo a UK
En este contexto, la campaña #WeAreInternational recobra fuerza para que la investigación "no conozca límites geográficos". "Los académicos de todo el continente y el mundo mejoran nuestra vida académica, el conocimiento y nuestro crecimiento económico y son vitales para la enseñanza de los estudiantes y la investigación en todo, desde el campo de la medicina hasta las ingenierías, pasando por las ciencias sociales, las artes y humanidades", celebran los impulsores de la iniciativa.
Curiosamente, la misma fue lanzada en 2013, cuando se establecieron cambios en la política migratoria y los estudiantes extranjeros, especialmente los procedentes de la India, veían con preocupación la cobertura informativa de algunos medios y las declaraciones negativas de algunos políticos sobre la inmigración en el Reino Unido. Entonces, Theresa May era ministra de Interior y su departamento colaboró con #WeAreInternational para ayudar a comprender a los estudiantes cómo aplicar para acceder a las principales universidades del Reino Unido y atraer talento de todo el mundo.