Las elecciones y las 'fake news' se han convertido en un cóctel peligroso. De acuerdo al estudio global 'Trust in news' presentado a finales de octubre por Kantar, hasta un 69% de brasileños considera que los bulos influyeron en los resultados de las últimas elecciones de su país, en 2014, cuando Dilma Rousseff resultó reelegida la presidenta con el 51,64% de los votos. Menos convicción pero igual de llamativa es la de EEUU, donde un 47% de los participantes en el sondeo considera que las noticias falsas encumbraron, entre otros factores, a Donald Trump a la presidencia. El Brexit o la crisis por el auge del independentismo en Cataluña son ejemplos de que los bulos informativos también están llamados a marcar la política europea.
En tiempos de 'posverdad', los medios favoritos para recibir noticias sobre política y campañas electorales en las que poder creer destacan los diarios en papel y la televisión. A medio camino, los digitales, mientras que las redes sociales (Facebook, líder de uso) y las aplicaciones de mensajería instantánea (Whatsapp y Twitter, las más utilizadas) se llevan la peor parte: son menos fiables que los medios tradicionales para seis de cada 10 lectores de noticias entrevistados.
Fábricas de bulos
Pero, ¿cómo se combaten las denominadas 'fake news'? Italia cree que a través de la educación. Por ello, el Ministerio de Educación y la Cámara de los diputados italianos, presidida por Laura Boldrini, han puesto en marcha 'Basta Bufale', un proyecto de educación cívica digital para combatir la información falsa. La iniciativa está destinada a los estudiantes de Secundaria y universitarios, en total, pretende que 4,2 millones de alumnos se conviertan en una suerte de "detectives virtuales".
Han surgido nuevos fenómenos, como las fábricas de bulos informativos con fines comerciales, políticos y, en algún caso, periodístico cuando un medio sucumbe a la cultura del clic"
"Estar debidamente informado es un derecho. Estar desinformado es un peligro", afirma Boldrini, reputada periodista y política miembro de la coalición Izquierda, Ecología y Libertad. "He decidido lanzar este llamamiento porque creo que la web es una herramienta importante para el conocimiento y la democracia. Pero, a menudo, también es un lugar de falta de escrúpulos que facilita la tendencia de las personas a preferir solo la información que confirma sus mismas ideas. Han surgido nuevos fenómenos, como las fábricas de bulos informativos con fines comerciales, políticos y, en algún caso, periodísticos, cuando un medio sucumbe a la cultura del clic y está más interesado en aumentar el número de lectores que en conservar la fiabilidad de las fuentes", explica la presidenta de la Cámara en la web del proyecto.
Y advierte que las noticias falsas crean confusión, siembran temor y odio y contaminan irremediablemente el debate. "No son inofensivas, pueden causar daños reales a las personas, como se ha visto en las vacunas pediátricas, las terapias médicas improvisadas o las estafas en línea", añade. "Este es el momento de la responsabilidad. Necesitamos movilizarnos, cada uno de nosotros debe hacer algo para contrarrestar la desinformación y ayudar a proteger la libertad de la web y la dignidad de quienes usan este espacio que ofrece tremendas oportunidades culturales, relacionales y económicas. No se trata de censurar, sino de reaccionar y abordar un problema que nos afecta a todos", opina Boldrini.
Centros educativos
En esa línea, el Ministerio de Educación, con la colaboración de la Rai, la federación de editores de diarios, así como las plataformas donde principalmente circulan las noticias falsas, como Facebook y Google, ha elaborado un decálogo que impartirá a los estudiantes italianos. Compartir sólo noticias que ha verificado, consultar las fuentes o pedir ayuda a personas con experiencia o cuerpos competentes son algunos de los puntos incluidos en estos diez "mandamientos".
Como la desinformación contamina el debate democrático es necesario que las instituciones intervengan para un uso responsable y consciente de la red"
"La escuela y la universidad, son el primer motor para crear los anticuerpos necesarios para combatir la información errónea y deben convertirse en protagonistas del uso consciente de la Internet. Enseñar a usar herramientas lógicas e informáticas para distinguir entre fuentes fiables y no fiables debe ser una prioridad del sistema educativo, con el objetivo de desarrollar un sentido crítico y una cultura de verificación", advierten los impulsores de 'Basta Bufale'.
"Como la desinformación contamina el debate democrático es necesario que las instituciones intervengan para un uso responsable y consciente de la red", dijo Boldrini, que recientemente ha sido víctima en varias ocasiones de las mentiras en la red. Primero, se compartió una fotografía de su supuesta hermana, asegurando que se encargaba de gestionar hasta 340 cooperativas para inmigrantes, pero quien aparecía en la instantánea era una actriz y su verdadera hermana murió hace años. Después, un senador de la Liga Norte publicó en las redes sociales que Boldrini había colocado a su hermano en una administración pública con un sueldo de 47.000 euros mensuales. La foto y la noticia eran falsas.