Íñigo Errejón, el líder de Más País, intenta ocupar el hueco dejado libre por Unidas Podemos en el ámbito migratorio. Mientras Podemos se ha puesto de facto de perfil, según fuentes internas del partido posiblemente por una orden de Yolanda Díaz, Errejón ha recuperado uno de los argumentos esgrimidos por los morados a lo largo de crisis anteriores y que apuntaba a pedir sanciones a la fortuna económica del monarca marroquí Mohamed VI como arma de presión en plena crisis en Ceuta y Melilla.
"Ni un chantaje más. Se tiene que cumplir las resoluciones de la ONU en lo relativo al Sahara y a Marruecos cabe exigirle que celebra elecciones democráticas. Y, a lo mejor, Europa debe de tomar medidas relativas a las posibles cuentas bancarias del rey Mohamed VI en Europa". Errejón ha pasado así al ataque este martes en el asunto migratorio considerado estratégico para Unidas Podemos, que por su parte se limita a explicar que la implicación personal de Pedro Sánchez en este asunto aconseja mantener la cautela.
Se calcula que el rey de Marruecos goza de una fortuna económica que asciende a 2.300 millones de euros. Es el séptimo monarca más rico del mundo, según la revista Forbes, y dueño de varios inmuebles en importantes ciudades europeas. Hace tan solo un año, adquirió un palacio en el distrito número siete de París: una mansión con jardín a pocos metros de la icónica torre Eiffel, que vale unos 80 millones.
Silencio por la implicación de Sánchez
Fuentes del partido morado revelan su sorpresa por el perfil bajo mantenido a lo largo de todo el pasado martes por parte de los principales dirigentes de la formación. Podemos suele defender la causa saharaui y ha criticado duramente en el pasado las llamadas devoluciones en caliente. Sin embargo, después de criticar a Israel, invadiendo las competencias de Exteriores de la ministra Arancha González Laya, esta vez han preferido apostar por la cautela.
Algunos en el partido ya ven en esa cautela una imposición de Yolanda Díaz, quien pidió la semana pasada bajar la intensidad de la crítica dentro del Ejecutivo. "Están siguiendo los dictados de Sánchez", comentan en la coalición para referirse a los ministros morados. Otras fuentes de Podemos afirman que el presidente del Gobierno está implicado en primera persona, y en ausencia de Iglesias nadie tiene la capacidad de cuestionar al líder del Ejecutivo.
En la mañana del martes, de hecho, tan solo habló la portavoz Isa Serra. “Personas que huyen del hambre y de la violencia son utilizadas por el gobierno marroquí para su chantaje diplomático y por la ultraderecha para difundir su odio racista y clasista”, declaró la dirigente madrileña. “La mejor respuesta política es la única respuesta humanitaria: garantizar los derechos humanos”, añadió. Por la tarde y horas después de las palabras Errejón, el portavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, ratificó el apoyo a Sánchez, aunque dijo "esperar" que el Gobierno otorgue prioridad a la "dignidad" de los migrantes.
Devoluciones en caliente
Otros miembros del gobierno como Enrique Santiago, Secretario de Estado de la Agenda 2030, que hace pocos días denunciaron los bombardeos de Israel, han evitado hacer declaraciones públicas. Ni siquiera se pronunció Podemos Ceuta, en cuyos perfiles en redes sociales dominó el silencio, a pesar de que hace tan solo tres semanas atacó al ministro Marlaska por las "devoluciones en caliente". Los ministros morados tampoco han criticado el empleo del Ejército para contener a los migrantes, una decisión que el ultraderechista italiano Matteo Salvini ha elogiado.
La sorpresa entre las filas moradas ha sido mayúscula porque algunos consideran la cuestión migratoria un eje de su política. Se trata de un sector muy relevante con importantes subvenciones públicas y presencia en la sociedad civil, en el que Podemos está muy activo. Santiago y la propia Ione Belarra, por ejemplo, están vinculados a la ONG Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear) que se ocupa de ayudar a los migrantes y los que piden asilo.
Cear, a diferencia de los políticos de Podemos, ha denunciado en un comunicado las 4.000 devoluciones en caliente (la mitad de migrantes que han entrado en Ceuta) ejecutadas en tan solo un día. "Recordamos que 'las expulsiones colectivas o en caliente no están permitidas por ley y que debe de individualizarse cualquier tipo de medida', como establecieron las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos el 13 de febrero de 2020 y el Tribunal Constitucional el 19 de noviembre de 2020", destacó en su comunicado.
Orfandad tras la salida de Iglesias
La sensación de orfandad tras la salida de Iglesias, en definitiva, empieza a notarse con fuerza, aunque en Podemos llaman a la calma y a esperar que se resuelva el nuevo liderazgo de Ione Belarra en el próximo congreso del 14 de junio. Belarra e Irene Montero ya están moviendo ficha para cerrar el capítulo de las alianzas territoriales y frenar la OPA hostil de Más País.
Pero frente al perfil bajo de Podemos, Errejón ha buscado protagonismo. El líder de Más País ha convocado una rueda de prensa en el Congreso para acusar a Marruecos de utilizar a "miles de seres humanos como arma arrojadiza contra España". También ha defendido abiertamente la acogida por parte de España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que se encuentra ingresado en un hospital de Logroño. Ghali salió de Marruecos meses después del fin de la tregua con Marruecos y el servicio secreto marroquí descubrió que se había refugiado en España. Errejón, no obstante, defendió esa acogida y habló de "asistencia médica a un saharaui enfermo terminal".
Con este movimiento, el líder de Más País intenta ganar espacio a Podemos en la política de migración. Errejón, como ha desvelado este diario, cuenta con el apoyo de la Moncloa en la operación de sustitución por la vía de los hechos de Unidas Podemos. Su propuesta pasa por importar el modelo del partido verde alemán, que aboga por una política más moderada pero anclada a valores como el ecologismo, la revolución digital, la regeneración y los derechos humanos. Y su acción llega después de que en Más País recibieron con ilusión los datos del CIS, que vaticinan una subida demoscópica tras las elecciones madrileñas.