Alrededor de 7.000 inmigrantes permanecen en Canarias a la espera de que se decida su futuro más inmediato. Fuentes del Gobierno señalan que "la mayoría de ellos" no cumplen con los requisitos para integrarse en el sistema de acogida -diseñado para perfiles de protección internacional- y se descarta su reubicación en otros puntos de la Península. El Ejecutivo busca una salida rumbo a sus países de origen, principalmente Marruecos, Mauritania y Senegal; sus fronteras, no obstante, están cerradas por culpa de la pandemia y no facilitan el retorno de sus ciudadanos.
La diplomacia española trata de desbloquear los acuerdos de retorno que ya están firmados con estos tres países, de donde parte la mayoría de inmigrantes que llegan a Canarias por vía irregular. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viajó el pasado 20 de noviembre a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí. Poco antes lo hizo a Mauritania. Arancha González Laya, titular de Exteriores, también visitó Senegal. El Gobierno informó, no obstante, del aplazamiento de la cumbre de alto nivel que iba a mantener con Marruecos tras alegar motivos sanitarios.
El objetivo principal de estas visitas es desbloquear los acuerdos de devolución bilaterales firmados con cada uno de los países africanos. Las mismas fuentes consultadas por este diario señalan que en los últimos meses se han dejado de aplicar estos convenios, después de que los países de origen de los inmigrantes blindasen sus fronteras a causa del coronavirus.
El colapso se mantiene
Pero pasan las semanas y, de momento, Canarias mantiene su colapso. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones paga el alojamiento en hoteles, con un elevado coste para sus arcas. También se han acondicionado viejos cuarteles militares para ubicar a los inmigrantes.
Sin aplicarse los convenios de retorno, el número de cayucos que alcanzan las costas canarias se ha multiplicado en las últimas semanas, saturando los recursos y los centros de acogida. Actualmente hay cerca de 7.000 personas en las islas y "la mayoría de ellas" no cumplen con los perfiles de protección marcados por el Gobierno y por la Unión Europea. Por tanto, deberían volver a sus países de origen. Más de 5.000 proceden de Marruecos, Senegal y Mauritania, afirman estas fuentes.
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, afirmó en una entrevista reciente en Catalunya Radio que "el grueso de las personas que están llegando a Canarias son retornables, tiene sentido el mantenerlos allí en la expectativa que empieza poco a poco a materializarse con los países de origen de que vayan retornando".
Caso aparte suponen los inmigrantes que llegan a Andalucía Oriental, Murcia o Comunidad Valenciana por el mar de Alborán. También a través de la ruta que se ha abierto con destino a Baleares. En estos casos, la mayoría de ciudadanos son argelinos.
2.000 reubicaciones en España en este año
En la citada visita a Rabat, Fernando Grande-Marlaska negó la posibilidad de reubicar a inmigrantes desde Canarias a otros puntos de la Península para aliviar la presión que se vive en las islas. El ministro del Interior sólo abrió las puertas a aquellos que cumpliesen con esos "perfiles de protección internacional" o perteneciesen a "colectivos vulnerables". En lo que va de año se han llevado a cabo 2.000 reubicaciones bajo estos términos.
Pero la presión migratoria que se vive en Canarias se traduce en la explotación de otras vías ilegales para intentar llegar a la Península. Como contó Vozpópuli, la Policía montó un despliegue específico en el aeropuerto de Manises (Valencia) el pasado día 4 para recibir siete aviones procedentes de Canarias ante la sospecha de que a bordo viajasen personas de un modo irregular; un operativo que se saldó con la detención de 16 inmigrantes, dos de ellos contagiados de coronavirus.
Un dispositivo similar al que se ha montado en el aeropuerto de Granada. Una nota interna de la Policía revela la desarticulación de una organización criminal que facilitaba a los inmigrantes su salida de Canarias y posterior empadronamiento en la ciudad andaluza. Por eso se montó un despliegue específico para controlar todos los vuelos procedentes de las islas.