Pablo Cabanelas, Universidade de Vigo
La economía global se caracteriza por el elevado grado de libertad en el movimiento de bienes, servicios personas, habilidades o ideas, más allá de las fronteras geográficas de cada país.
La globalización ha favorecido la reducción de las barreras artificiales al comercio, como pueden ser los aranceles y otras trabas burocráticas, pero también ha propiciado un entorno competitivo más complejo. Los responsables de las empresas deben saber gestionar la aparición de nuevos competidores en el mercado doméstico y también tienen que impulsar la internacionalización de sus organizaciones hacia nuevos mercados. Unos mercados que van a ser desconocidos, tanto desde el punto de vista operativo, como económico, administrativo y cultural, y que, además, están distantes geográficamente. Por tanto, han de enfrentarse a distancias, no sólo en términos de kilómetros, sino que también existirá, en mayor o menor medida, una distancia cultural, administrativa y económica.
Vecinos y socios
En este contexto se han visto fortalecidas las relaciones comerciales entre España y Marruecos, lo que ha convertido a Marruecos en el primer socio comercial de España fuera de la Unión Europea (noveno mercado de destino absoluto) y a España en el primer país cliente de Marruecos. Estos números se entienden si consideramos en perspectiva las distancias expuestas previamente.
Desde una perspectiva geográfica, con la simple observación de un mapa, queda patente la proximidad espacial entre ambos países. Pero el análisis detallado del tipo de comercio entre ambos países también arroja una importante complementariedad económica.
Además, en los últimos años se han establecido múltiples acuerdos bilaterales que han permitido reducir las barreras administrativas.
Por último, desde un punto de vista cultural, y pese a las claras diferencias existentes, las relaciones y los flujos migratorios han favorecido una mayor comprensión de la realidad en ambas naciones.
Sinergias comerciales
Un análisis detallado del comercio bilateral muestra que, desde 2013, España ha sido el principal socio comercial de Marruecos, superando a Francia. Como se puede observar en el gráfico, este crecimiento ha sido sostenido en los últimos 5 años, con la salvedad de 2020, año de incidencia de la pandemia.
En este sentido, y atendiendo a los datos manejados por la Office des Changes marroquí, España contribuyó al 15,7 % de las importaciones de Marruecos y despachó el 21,5 % de sus exportaciones. Entre las principales partidas exportadas desde España hacia el país alauita destacan petróleo refinado, bienes de equipo (componentes de automoción, tejidos o plásticos) y alambre de cobre.
En sentido inverso, España es receptora de bienes como cables, productos agroalimentarios y pesqueros, automóviles y componentes de automoción y ropa.
Todas ellas son categorías de productos muy complementarias, lo que muestra importantes sinergias en la relación económica entre ambios países.
En esta relación, España tiene superávit: vende más de lo que compra. Si a esta ecuación se le añaden los servicios, la balanza sigue siendo positiva para España, con el turismo como sector más destacado para ambos países, al que se le debe añadir el transporte y los servicios a empresas.
Relación comercial y cooperación
El impulso de las relaciones comerciales entre España y Marruecos ha estado favorecido por la firma de múltiples acuerdos, como son el Memorando de cooperación financiera (2023), el Convenio de doble imposición (1985) o el Acuerdo de promoción y protección recíproca de inversiones (1997), entre otros. Esto otorga un marco jurídico adecuado para fomentar las relaciones comerciales y reducir la distancia administrativa.
Si a esto se le une que en Marruecos hay 674 empresas españolas con al menos un 10 % de capital marroquí y 529 empresas marroquíes que son filiales de empresas españolas, se asientan las bases para fomentar una cooperación abajo-arriba que promueva las experiencias en el mercado marroquí y las buenas prácticas. Esto es fundamental para reducir la distancia cultural y lograr una mejor comprensión de la realidad local.
Puente a África
Pese a que recientes desencuentros políticos han afectado a la relación comercial entre ambos países, esta tiene un alto potencial de crecimiento. El comercio entre España y Marruecos permite aprovechar las ventajas comparativas de cada uno y utilizar de forma eficaz los recursos que poseen.
Su relación comercial tiene fundamentos sólidos, lo que permite mitigar algunas de las trabas asociadas a la internacionalización, y se sustenta en múltiples acuerdos de cooperación, a los que se unen los incentivos fiscales, sectoriales y regionales existentes en Marruecos. Por último, aunque en el apartado de inversión en Marruecos la brecha existente con Francia es muy amplia, España puede aprovechar la oportunidad que ofrece Marruecos para entrar en otros mercados africanos.
Pablo Cabanelas, Economía de la Empresa, Universidade de Vigo
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.