España

España ofrece a Ucrania dos bases más para adiestrar soldados

El lunes llegaron 19 militares ucranianos, que se encuentran ya en Zaragoza, para cumplir con el compromiso del Gobierno ante Kiev

España ha ofrecido a Ucrania dos bases más para adiestrar soldados que suman a la de Zaragoza. El ofrecimiento se circunscribe al compromiso que el Gobierno dio a Kiev de dar soporte militar en plena invasión rusa. Según fuentes gubernamentales, 19 militares ucranianos llegaron este lunes a España para ser entrenados por las fuerzas armadas con material de combate real. El mismo que emplearán contra el invasor.

Algunas de las contribuciones españolas decepcionaron a los asesores militares del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Y es que Ucrania se vio obligada a airear que España tenía intención de enviar blindados que la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, describió como "absolutamente lamentables", casi a punto de entrar en el desguace desde la base de Zaragoza en la que permanecían en desuso.

Uno de los últimos envíos realizados desde España estuvo compuesto por municiones y uniformes de invierno, algo que el Ejecutivo de Zelenski pidió de manera expresa al Gobierno. El envío de material armamentístico se lleva a cabo en coordinación con el resto de países aliados que apoyan a Ucrania. Es más, el primer envío de stock militar fue de 1.370 lanzagranadas y 700.000 cartuchos para fusiles y ametralladoras, según desveló la propia Robles en una entrevista.

Estados Unidos y Reino Unido marcan la diferencia

Estas mismas fuentes gubernamentales explican que Kiev tiene varios ofrecimientos de los países europeos. Aunque coinciden en señalar a Estados Unidos y al Reino Unido como los principales suministradores de ayuda. El nivel del armamento, así como las ayudas de inteligencia son las que están decantando la guerra hacia el lado ucraniano hasta el punto de que Moscú tuvo que anunciar la movilización de hasta 300.000 reservistas para combatir en el frente.

El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó a amagar en un discurso con la posibilidad de recurrir a su arsenal atómico para poner fin al conflicto cuanto antes. Ese es su principal objetivo en estos momentos. La escalada ha despertado inquietud en las principales capitales de la OTAN. El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió de que una guerra nuclear no se gana y que no debería producirse. Todo un aviso para contener la retórica catastrófica del mandatario ruso.

El objetivo que persigue la movilización parcial en Rusia es proteger la soberanía y la integridad del país, así como garantizar la seguridad de los ciudadanos de los territorios ucranianos ocupados. Los más de 300.000 reservistas que serán llamados a filas pueden ser legalmente desplegados en el Donbás y los territorios ocupados en el sur de Ucrania si el Kremlin acepta su anexión en Rusia tras los referéndums de integración que esos territorios celebrarán a partir del viernes, en medio de la exitosa contraofensiva ucraniana. El movimiento del Kremlin, no obstante, ha provocado ya una huida masiva de ciudadanos, que han agotado todos los vuelos para salir del país, según han publicado diversos medios.

El papel de China

El Gobierno teme que el presidente ruso, enrocado, recurra a soluciones desesperadas para concluir la guerra. El propio presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, mediador entre Moscú y Kiev, advirtió este martes de que su homólogo en el Kremlin quiere poner fin al conflicto lo antes posible. China, la gran aliada de Putin, también trasladó al Kremlin su preocupación por el devenir de la 'operación militar especial' emprendida por Rusia en Ucrania. Es más, este mismo miércoles, Pekín ha pedido "un alto al fuego" a todas las partes para encontrar una solución aceptable para la seguridad de todas las fuerzas.

Lo cierto es que el Gobierno descarta una intervención militar directa de China. Pekín, dentro del marco de cooperación y "sin límites" con Moscú, seguirá proporcionando asesoramiento militar. Pero no irá más allá. La certeza entre los aliados de la OTAN es que se están respetando al milímetro por parte de Rusia, pero también de la propia Alianza, las fronteras de cada bloque para evitar una situación irreversible que conduzca al planeta a un conflicto mundial. El alto mando aliado, no obstante, no entiende por qué Putin no ha hecho la guerra en Urania por aire.

Desde que estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania, Pekín mantiene una calculada distancia con el presidente ruso. El Gobierno chino no ha apoyado con material a Rusia. Es más, Pekín se ha saltado todas las sanciones occidentales para respaldar la economía rusa y ayudarla a continuar los enormes esfuerzos económicos que suponen la invasión para las arcas de Moscú. China tampoco ha condenado la invasión. Y ni tan siquiera se ha referido a ella como una guerra.

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