Cuatro países han emprendido la carrera hacia la vacuna y el tratamiento específico contra la Fiebre del Nilo. Uno de los coordinadores de este proyecto urgente atiende a Vozpópuli desde los laboratorios de Badalona del IrsiCaixa y confirma que pronto habrá vacuna y un tratamiento terapéutico para una dolencia que "con el tiempo irá a más".
El Virus del Nilo (VNO) es una pesadilla en Andalucía occidental este verano. Mientras se escriben estas líneas, siete personas han muerto por la picadura de un mosquito en la provincia de Sevilla. Pero este virus y la propagación del mosquito no son una cuestión local. Los contagios en personas están presentes en comunidades como Extremadura, Cantabria o Cataluña.
"Es un problema con el que tenemos que vivir. Es una amenaza global presente en todo el planeta menos en la Antártida", nos explica Jorge Carrillo. El biólogo cordobés coordina la investigación que en los próximos años debe dar a luz una vacuna y un tratamiento específico. Actualmente, no hay una respuesta contra esta dolencia sino contra sus síntomas.
El equipo de Carrillo desarrolla una vacuna específica para el VNO con el desarrollo de inmunógenos "con una clara vocación global, para que la vacuna pueda distribuirse tanto en África como en América, el Mediterráneo u otras localizaciones", con la premisa de que sea una vacuna segura, sobre todo, en personas mayores e individuos con un sistema inmunitario más comprometido.
El camino hacia la solución al VNO está aún en la fase de "diseño de los inmunógenos mediante la vía de proteínas recombinantes", siendo este un sistema de vacunación tradicional. No quiere decir que esta sea aún la fórmula final de la vacuna; ahora, "nos centramos en los antígenos" que la vacuna introducirá en el cuerpo humano para que las defensas reconozcan al patógeno y podamos responder a la enfermedad.
En un futuro, cuando se haya determinado qué antígenos lleva la vacuna, se decidirá cómo se presentan a nuestro cuerpo, ya sea en sistemas de proteínas recombinantes, usando la vía de vacunas de ARN o en función al tipo de respuesta viral se quiere propiciar, "la vacuna futura podrá usar distintas tecnologías".
Acortando plazos
La duración que la Unión Europea prevé para este proyecto es de cuatro años, pero Carrillo asume la necesidad y la posibilidad de acortar los periodos, dada la necesidad acuciante de solucionar un virus en expansión. Para ello, el prototipo debe estar definido y testado “lo antes que podamos”.
Además, se dedican en exclusiva desde diciembre de 2023 al llamado LWN Vivat que reúne a cuatro grupos de investigación en España en colaboración con Laboratorios IPRA (los desarrolladores de la vacuna del COVID española) y en coordinación con centros de investigación galos, alemanes y daneses.
“Cada miembro de este consorcio se especializa en distintos aspectos, con colaboración tendremos vacuna y nuevos anticuerpos monoclonales que servirán no solo de prevención, sino de tratamiento cuando la infección haya llegado”. ha asegurado que "queremos tener un prototipo listo para poder empezar todo lo que es el desarrollo clínico". Carrillo trabaja para acortar los ante la evidencia de que este virus estará más presente en un futuro inmediato.
La fiebre del Nilo occidental es una enfermedad de declaración obligatoria urgente en España. Definido por Carrillo como un “patógeno emergente”, el cambio climático relaciona esta dolencia con otras amenazas conocidas como han sido el virus del Zika en Latinoamérica o el Dengue en el sudeste asiático o la fiebre amarilla, entre otras.
La Unión Europea detectó tras la pandemia carencias en el sistema de respuesta a retos sanitarios. Ofreció fondos para que la ciencia médica rellenara esas deficiencias. Carrillo no pone fronteras a la ambición de la futura vacuna que está siendo diseñada para poder responder a variantes y dolencias en todo el mundo, algo muy relevante teniendo en cuenta que el origen del virus se registra en 1937 en Uganda.
La distribución global supone un reto, consultado si en África, al igual que el Mpox supone un factor de riesgo, el doctor Carrillo aclara que aún no hay datos para delimitar el efecto en el continente de la Fiebre del Nilo. Por un lado, “las fórmulas de seguimiento y control no son tan robustas en muchos de estos sistemas sanitarios”.
Por otro lado, el VNO se manifiesta con gravedad en personas mayores y en el 81% de los casos la infección es asintomática. Al ser la edad media en las sociedades africanas mucho menor, “es muy probable que esto, junto a una mayor seroprevalencia o inmunidad, provoquen que no haya aún una alerta significativa”, aventura el investigador andaluz.
Este año va camino de acumular récords en España. 2020 fue el año más crítico. Solo Andalucía registró 71 casos y 8 fallecidos. Este año Andalucía y Extremadura se llevan la peor parte, con más de 50 casos y 7 fallecidas, cuando aún quedan semanas de calor y posibles contagios. Este año también hay brotes, según el Centro Europeo de Control de Enfermedades en Italia, Grecia, Hungría, Albania, Croacia, Francia, Austria, Rumanía o Serbia.
dirbal
Deseo que no sea como el experto cientifico español y su equipo que certifico (eso aparecia en la prensa) que en 2022 lograria que el virus -o cualquier virus aereo- no entraria por la nariz al respirar, y que el cuerpo humano estaria blindado Pregunto: ¿qué hay de lo mio? o sólo fue propaganda barata del Psoe, partido gobernante.-