Sin ser consciente, el exdirector general de los Mossos d’Esquadra Albert Batlle lanzó un balón envenenado a su sucesor, Pere Soler. Fue el pasado 30 de enero en su declaración como testigo ante el Tribunal Supremo, concretamente cuando le pidieron que explicase las funciones propias de su cargo como primer responsable político de la policía catalana. Según dijo, entre ellas está la de supervisar los dispositivos policiales. A pocos metros del alto tribunal, la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ya investigaba el papel de los responsables del Cuerpo en el despliegue de los Mossos el 1-O, unos hechos por los que Soler ha sido finalmente imputado.
“El diseño operativo lógicamente lo tienen que hacer los profesionales. Corresponde a la dirección política la supervisión de estos dispositivos. Había dispositivos de mayor complejidad y dispositivos de menor complejidad. En los dispositivos de mayor complejidad, por supuesto, se daba conocimiento al mando político”, dijo Batlle en su declaración a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
El director general de los Mossos es el puesto político inmediatamente por encima del cargo de máximo responsable operativo -que antes desempeñaba Trapero- y por debajo del conseller de Interior. Batlle cesó de su cargo el pasado mes de julio cuando llegó a la Conselleria Joaquim Forn, actualmente en prisión. En el Tribunal Supremo Batlle confesó que dimitió ante la impresión de que Forn querría hacer su propio equipo. No obvió sus entrevistas públicas en las que aseguraba que los Mossos facilitarían el referéndum. El lugar dejado por Batlle fue ocupado por Soler.
"Yo he estado presente en todos"
“Yo recuerdo que he estado presente en todos los centros de coordinación policial que ha habido en las grandes movilizaciones en Barcelona durante el tiempo que yo fui director general”, insistió Batlle en su declaración como testigo. El juez Pablo Llarena le había pedido que explicase “hasta dónde llega y dónde empieza la dirección política de los dispositivos de seguridad”.
Sobre el papel concreto de Soler en el 1-O también fue interrogado el propio Josep Lluis Trapero en la segunda declaración que prestó como investigado en la Audiencia Nacional el pasado 16 de octubre. El exmayor admitió que era su “superior inmediato de carácter político”, pero trato de exculparle de cualquier responsabilidad: “Sobre cuestiones de tipo técnico soy el máximo responsable”, dijo Trapero en su declaración a la que tuvo acceso este periódico.
“Tengo que informar, pero no recibo órdenes exceptuando cuando tiene que haber cargas policiales o el uso de determinado material como por ejemplo antes eran las pelotas de goma, eso requiere una autorización del órgano político”, precisó.
Pere Soler, imputado
Finalmente, este miércoles, la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela acordó citar en calidad de investigado para el próximo 9 de marzo a Soler. La juez accede parcialmente a la petición formulada por la Fiscalía que justificó en un escrito que la actuación de ambos fue "decisiva" en los hechos que se investigan, en referencia los incidentes ocurridos durante el registro de la Consejería de Economía de Barcelona en el mes de septiembre y la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre.
"Tanto Pere Soler, como su mayor, Josep Lluís Trapero, se vieron en la obligación de transmitir la sensación de que acatarían aquella orden cuando en realidad no tenían la más mínima intención de hacerlo, por el contrario su colaboración en la celebración del referéndum fue más allá de la inactividad y se convirtió en acción a favor de su consumación", dice el escrito de Fiscalía remitido el pasado 21 de febrero.