El presidente del BBVA, Francisco González, ha considerado "normal" que la decisión de la entidad de dejar de aplicar las cláusulas suelo sea una práctica extendida entre el resto del sector financiero español, después de la sentencia del Tribunal Supremo que declaró ilícita esta condición debido, fundamentalmente, a su falta de transparencia.
"La sentencia del Supremo sienta jurisprudencia y lo normal es que (la decisión de dejar de aplicar las cláusulas suelo') se vaya extendiendo hacia el resto de entidades", ha explicado González, quien ha asegurado que esto se producirá tras las oportunas decisiones de los juzgados.
En la jornada inaugural de los cursos organizados por la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie) y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), dedicada a ‘Competitividad y Marca España’, el presidente del 'banco azul' ha aclarado que el Alto Tribunal ha fijado una serie de condiciones que no existían hace cinco o diez años, un "cambio de condiciones" por parte del Supremo. González ha garantizado que las condiciones de las cláusulas suelo en los contratos hipotecarios del resto de las entidades podrán ser "iguales" a las del BBVA, "pero no mejores".
Montoro ve un punto de inflexión: "Se está tocando fondo"
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, también ha asistido a la jornada, donde ha avanzado que la recaudación del Estado, descontadas las devoluciones, podría haber crecido dos puntos porcentuales en de mayo respecto al mes anterior, lo que le ha valido para anticipar que "la evolución de la economía en términos intertrimestrales está tocando fondo", de forma que "el segundo trimestre puede ser un momento de clara inflexión de la economía".
Además, aunque ha admitido que "no se puede hablar de salida de la crisis hasta que no se deje de destruir empleo" -pese a que minutos antes había indicado que España "está saliendo de la crisis"-, ha señalado que "estamos cada vez más cerca en el tiempo de conseguirlo". Según Montoro, "hoy un discurso optimista es un discurso racionalizado sobre unas premisas y unas bases que se están dando en la actualidad". "España no es la misma que hace 15 ó 17 años", ha dicho.
Tras ello, ha indicado que para lograr este objetivo es preciso seguir abordando reformas estructurales como la de las administraciones públicas, que podría presentarse esta semana, o la del régimen local. En materia de impuestos, ha dicho que el Gobierno sigue sin tener intención de gravar más el consumo de hidrocarburos y en su lugar gravar más otros bienes y servicios con externalidades negativas.
Si bien, también ha puesto sobre la mesa las fortalezas de la economía española. Montoro ha hecho especial énfasis en defender que el ajuste fiscal en España en 2012 ha sido el mayor de la UE, sólo superado por Grecia, y en intentar dejar claro que dos tercios de este ajuste se ha producido por el lado de la reducción del gasto y no por la subida de impuestos. En este apartado ha asegurado que "no hay ningún descontrol" del déficit.
Además, ha dedicado gran parte de su intervención a poner en valor la corrección de la balanza por cuenta corriente, la mejora del acceso de las empresas españolas a los mercados internacionales y a la previsión de tasas de inflación bajas "desconocidas".