Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el 'Pequeño Nicolás', ya tiene un nuevo frente judicial abierto. El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, Arturo Zamarriego, quien dirige la investigación sobre sus andanzas, ha dictado un auto por el que ordena la apertura de una nueva pieza separada para investigar otro de los episodios protagonizados por el joven. En concreto, el llamado 'viaje a Ribadeo', con el que éste supuestamente intentó estafar al presidente del Grupo Alsa, Jorge Cosmen, tras hacerse pasar por un "enlace comercial" del Gobierno y la Casa Real y montar un despliegue para impresionar al empresario que incluyó vehículos de alta gama con sirenas.
El magistrado considera que de aquel suceso, ocurrido el 14 de agosto de 2014, se deriva "la posible existencia de una infracción penal". En concreto, malversación, usurpación de funciones públicas, cohecho, falsedad documental y estafa. Con esta, serán ya cuatro las causas en las que se investiga al 'Pequeño Nicolás', ya que se suma a la pieza principal en la que se instruye el presunto engaño al empresario Javier Martínez de la Hidalga, y dos piezas separadas, una sobre sus relaciones con Arturo Fernández y otra más por revelación de secretos.
El magistrado abre la nueva pieza tras recibir un informe policial de 500 páginas con todos los detalles del viaje del 'Pequeño Nicolás' a Ribadeo (Lugo) como "enlace comercial de Vicepresidencia y Casa Real"
El nuevo auto del juez Zamarriego, fechado el pasado 19 de enero y notificado recientemente a las partes, se produce después de que se haya recibido en el Juzgado un informe policial de cerca de 500 páginas en el que se recogen todos los detalles del célebre 'viaje a Ribadeo'. El juez pretende con la nueva pieza separada determinar "la naturaleza y circunstancia de tales hechos" así como "las personas que en ellos han intervenido". Para ello, ordena que a las nuevas diligencias previas se incorporen "todos los documentos originales" presentes en la pieza principal "que guarden relación" con aquel desplazamiento. También reclama "testimonio de cuantos documentos y resoluciones sean necesarios" para la misma, entre ellos, precisamente, la declaración que la principal víctima de aquel engaño, el presidente del Grupo Alsa, prestó ante la Policía el pasado mes de agosto.
Llamada sospechosa
En su declaración, Jorge Cosmen reconoció que comió con el 'Pequeño Nicolás' en el restaurante San Miguel, de la localidad lucense, y que en un primer momento fue engañado por el joven. El empresario aseguró que éste se presentó ante él como un "enlace comercial entre Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real". Para convencerle, en un momento de su encuentro una de las personas que acompañaban a Gómez Iglesias como supuesto integrante de su equipo de seguridad le pasó un teléfono móvil a través del cual el joven simuló mantener una conversación con la 'número 2' del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Aquella llamada hizo desconfiar al empresario, a quien el exagerado dispositivo de personas y vehículos, sirenas incluidas, que acompañaban al joven ya le habían provocado sospechas. Por ello, telefoneó a la jefa del Gabinete de la vicepresidenta, María Pico, y al jefe de Comunicación de la Casa Real, Javier Ayuso. Tras confirmarles éstos que Francisco Nicolás no trabajaba para ellos, asegura que se decidió a denunciar.
Además del testimonio de Cosmen, se incorporarán a la causa los de otras personas que fueron testigos de aquel rocambolesco suceso. Entre ellos, el del propio alcalde de Ribadeo, Fernándo Suárez Barcía, quien cuando se enteró de la llegada del joven a la localidad solicitó ir a saludarle. También el del jefe de la Policía Local, que puso a disposición de Francisco Nicolás agentes para reforzar el dispositivo de seguridad. Y el del presidente del Club Náutico de Ribadeo, Ramón Acuña González, quien admitió haberle gestionado plazas de aparcamiento para los cuatro automóviles de alta gama que traía la comitiva desde Madrid y le obsequió con un bote de cerámica de la Ría de Ribadeo que habitualmente sólo entrega “a personas de gran relevancia".
También comparecieron ante la comisión judicial el cocinero y una camarera del restaurante donde comieron, y que también admitieron haber caído en el engaño de Francisco Nicolás. Sólo el jefe del puesto de la Guardia Civil de la localidad no cayó en la farsa, al rechazar prestar vehículos y efectivos cuando se lo pidió su compañero de la Policía Local porque no se había hecho la petición "por el conducto reglamentario".