El Gobierno de Asturias ha comunicado este lunes al Ministerio para la Transición Ecológica su decisión de pasar a la situación 1 de alerta, el más bajo, por el vertido de pellets al estimar que los medios del Principado son suficientes para afrontar las labores de vigilancia y recogida de residuos en todo el litoral.
Eso supone que el Principado, al reducir la alerta del nivel 2 al 1, pone en conocimiento del Ministerio que ya no necesita medios del Estado para limpiar los pellets de microplástico tras ser la comunidad que el Gobierno central puso como 'ejemplo' por la rapidez con la que pidió refuerzos al Estado para luchar de forma coordinada contra la 'marea blanca' mientras Galicia, según el Ejecutivo de Pedro Sánchez, rechazaba cualquier tipo de ayuda pese al supuesto desastre medioambiental que sufrían sus playas.
De hecho, la Xunta de Galicia decidió subir el nivel de alerta de 1 a 2 poco después de que lo hiciese el Principado, con el socialista Adrián Barbón al frente, al verse presionada por el Gobierno central, que exigía ese requisito para desplazar medios de ayuda a los arenales gallegos.
La conselleira autonómica de Medio Ambiente siempre consideró que el nivel de alerta adecuado era el 1, al tratarse de un episodio de contaminación de escasa gravedad, pero la coacción ejercida tanto por el Ejecutivo central como por los partidos de la oposición llevó a la Xunta a reconsiderar su decisión con el único fin de que el Gobierno ayudase en la recogida de residuos mar adentro, donde la Administración Autonómica no tiene competencias.
Situación controlada
En Galicia, al igual que en Asturias, la situación está perfectamente controlada gracias a los más de 300 de operarios que la Xunta desplegó por los arenales más afectados por el vertido y a la ayuda prestada por cientos de voluntarios. El último parte hacía mención a que ya se habían recogido de las playas más de 3,5 toneladas de pellets y casi diez de otros materiales plásticos.
El vertido de microplásticos fue provocado por el buque Toconao al perder un contenedor de 26 toneladas cuando navegaba, el 8 de diciembre, por aguas portuguesas, a la altura de Viana do Castelo, Las bolitas blancas empezaron a llegar a la costa gallega cinco días después.