Afirma un dicho que lo que se infla deprisa corre el riesgo de explotar, como un globo de feria. Y todo indica que el armazón que envuelve a Yolanda Díaz podría sufrir el mismo resultado después de ser sometido a un proceso de inflado tan veloz como peligroso. De momento, la estructura todavía no ha reventado del todo, pero muchos indicios señalan con claridad que está perdiendo aire por todos los costados, como si una ‘meiga’ maligna de su tierra natal, Galicia, estuviese clavando alfileres de forma constante en una coraza cada vez más frágil. Lo cierto es que la buena estrella que hasta hace muy poco tiempo acompañó a la vicepresidenta segunda del Gobierno, que durante una larga temporada fue presentada como la ministra más popular, apreciada y ‘riquiña’ del Ejecutivo de Pedro Sánchez, parece haberse desintegrado en algún punto muy lejano del universo político y que la antigua luz que emanaba la abogada ferrolana tiene ya menos fuerza que una bombilla de bajo consumo.
Dentro de muy pocos días, el próximo domingo, será un momento crucial para analizar hasta dónde ha llegado el proceso de desinflado de Yolanda Díaz y comprobar si el ‘globo’ de Sumar está solo pinchado o ha explotado del todo. En todo caso, los pronósticos no pintan bien de cara a las elecciones vascas, en las que el partido fundado por Díaz corre el peligro de meterse un batacazo similar al que se dio en Galicia hace apenas un par de meses. De momento, las encuestas apuntan a que Sumar podría obtener hasta dos representantes en el Parlamento vasco, pero los pronósticos menos optimistas indican también que podría irse totalmente de vacío. De hecho, algunos sondeos indican ya con claridad que Sumar se quedará fuera de la cámara vasca al obtener solo un 2,2 por ciento de los votos. El panorama es muy similar a lo que ocurrió en Galicia durante la campaña del 18-F, en la que el optimismo inicial de Yolanda y de sus afines se fue diluyendo poco a poco hasta que la realidad, en forma de urnas, se encargó de darles el ‘sopapo’ definitivo. Así, los dos diputados que esperaban conseguir se quedaron finalmente muy lejos de las puertas de la Cámara gallega al cosechar menos de 30.000 votos en el conjunto de las cuatro provincias.
El naufragio en aguas gallegas pesa demasiado
Poco podía esperar Yolanda Díaz que la suerte le sonreiría tan poco en los últimos meses. Cuando Alfonso Rueda convocó las elecciones gallegas, la abogada ferrolana desembarcó en su tierra con la intención de crear una gran plataforma de izquierdas que, bajo el paraguas de Sumar y de su propio liderazgo, fuese decisiva para descabalgar al Partido Popular de la Xunta tras quince largos años de mayorías absolutas. Pero muy pronto tuvo ocasión de comprobar que sus ‘paisanos’ no mostraban ningún interés en aliarse con ella, entre otras cosas porque muchos jamás le perdonaron que traicionase al histórico líder del nacionalismo gallego, Xosé Manuel Beiras, para prosperar en Madrid de la mano de Pablo Iglesias, que en aquel momento estaba en plena cresta de la ola. Así, la gran plataforma soñada jamás prosperó tras toparse Díaz con el rechazo tanto de Podemos, que acudió en solitario a las elecciones, como de Anova.
El resultado es de sobra conocido: Sumar no consiguió ni un solo escaño y Podemos naufragó de tal forma que hasta el partido animalista Pacma cosechó más votos pese a su endeble infraestructura.
En Euskadi, la ‘música’ está sonando muy parecida a la que inundó las tierras gallegas en el periodo previo al 18 de febrero. Allí, también Sumar y Podemos van cada uno a su aire y ambos partidos corren el riesgo de quedar sumidos en la total irrelevancia si el naufragio en aguas vascas es de similar calado al registrado en el Galicia. Las encuestas tampoco pintan bien para la formación morada, que podría perder los seis diputados actuales.
Además de lidiar con los reveses electorales, Yolanda Díaz lleva meses transitando por una senda en la que cada vez surgen más enemigos inesperados a los que creía tener de su lado. Ella, la ‘traidora’ de Beiras e Iglesias, está ahora sufriendo en sus carnes el rechazo de quienes ya no la ven como la gran líder de la izquierda ‘alternativa’, de ahí los problemas que ha tenido, en las negociaciones relacionadas con las elecciones europeas, con Compromís, Comunes, Más Madrid e Izquierda Unida. ¿Acabará estallando el ‘globo’ de Yolanda Díaz tras haberse inflado demasiado deprisa? Muchos acontecimientos próximos ofrecerán la respuesta.