Galicia

Los microplásticos se extienden sin control por decenas de playas españolas y europeas, pero no son noticia

En la costa noroeste de Francia hablan de “pesadilla ambiental” y muchas localidades bañadas por el Mar del Norte padecen vertidos frecuentes

Si algo positivo puede traer consigo el vertido de pellets que lleva casi un mes inundando de bolitas de microplástico numerosas playas gallegas, y desde hace días también otras muchas radicadas en Asturias, Cantabria y el País Vasco, es que quizá este episodio, dada la gran repercusión mediática que está teniendo, anime por fin a las autoridades europeas a fijar con rapidez un protocolo normativo que regule de una forma rígida el transporte de estos materiales y sancione con rigor a quienes no cumplan lo establecido.

El comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, ya se refirió de forma explícita a este problema al analizar este miércoles la preocupante situación que padece la costa gallega a causa del vertido provocado por el carguero Toconao e incidía en la necesidad de reforzar la legislación de la UE con el objetivo de luchar de una forma más eficaz contra la contaminación derivada de los plásticos. De hecho, el Ejecutivo comunitario propuso el pasado octubre un reglamento para limitar este tipo de vertidos, con el que Bruselas aspira a reducir al menos en un 30% el volumen de microplásticos que actualmente se liberan al medioambiente debido, sobre todo, a accidentes tan habituales como el sufrido el pasado 8 de diciembre por el buque Toconao.

Esa norma, que previsiblemente será aprobada este año, supone un avance importante al imponer obligaciones más rígidas a las empresas productoras y de logística, pero numerosos colectivos ecologistas consideran que debería ser mucho más estricta desde el punto de vista sancionador y fijar más el foco en la prevención. Dichas asociaciones denuncian, en concreto, que la presión de la industria del plástico ha conseguido diluir el texto del reglamento y dejar fuera el transporte marítimo, así como eximir de auditorías a las compañías que produzcan menos de mil toneladas de pellets al año.

En todo caso, es evidente que el actual vertido en las costas gallegas, que ha sido destacado por numerosos medios de comunicación extranjeros, está sirviendo para reavivar el debate de los microplásticos a nivel europeo y ‘poner las pilas’ a quienes tienen poder para frenar la contaminación derivada de estos materiales. Y es que el problema que ha afectado ahora a Galicia no se trata, ni mucho menos, de un caso aislado. Una serie de circunstancias, como la próxima convocatoria electoral del 18 de febrero y la consiguiente utilización política que se está haciendo de la llamada ‘marea blanca’, ha otorgado a este suceso una notoriedad inusual, pero lo cierto es que otras comunidades españolas e infinidad de países sufren episodios similares con mucha frecuencia.

Tanto es así que la propia Comisión Europea reconoce que las pérdidas de pellets son la tercera fuente de contaminación por microplásticos de Europa. Cada año, según los datos de Bruselas, se pierden entre 52.140 y 184.290 toneladas en entornos naturales, una enormidad en comparación con las 26 toneladas que transportaba el contenedor perdido por el carguero Toconao en aguas de Portugal.

En España, la región más afectada es, de lejos, Cataluña, porque allí están asentadas la mayoría de las empresas fabricantes de plástico, cuyo volumen de producción supera el 70% del total a nivel nacional. Dentro de esa comunidad, la provincia de Tarragona se lleva la palma a mucha distancia de las demás, hasta el punto de que el ‘paisaje’ de bolitas blancas se ha convertido en habitual en varias de sus playas, especialmente la de La Pineda, que tiene el dudoso honor de ocupar el podio de honor de los arenales más contaminados de toda la UE a causa de los microplásticos.

Canarias es otro de los puntos más calientes de la Península. Alicia Herrera, investigadora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y experta en contaminación por microplásticos, explicaba recientemente a Efe que este tipo de vertidos son habituales en las islas y que los pellets del Toconao podrían tardar meses en llegar a las costas del archipiélago. Si es que acaban llegando, porque todo depende de las dinámicas de las corrientes. Sobre este particular, el Gobierno canario activó este miércoles la situación de prealerta ante la posible llegada de una llegada masiva de gránulos procedentes del buque Toconao tras detectarse la presencia de algunas bolitas en una playa de La Palma, pero los técnicos han descartado que procedan de la embarcación responsable del vertido en Galicia. Herrera, al respecto, señala que los pellets "nos llegan de forma continua, a veces en cantidades enormes, pero no es noticia".

Sobre la situación en Europa, en los últimos años se han detectado vertidos muy importantes en numerosos enclaves bañados por el Mar del Norte; en la Costa de Ópalo y en todo el noroeste de Francia, donde los alcaldes de numerosas localidades marítimas hablan de “pesadilla ambiental”, y en las rutas que llevan a Amberes y Rotterdam. ¿Es la marea blanca de Galicia un caso aislado? En absoluto, pero ciertos políticos se han empeñado en ‘desmadrarlo’. Las urnas se divisan en el horizonte y hay que sacar tajada de donde sea. 

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