Cataluña es una de las comunidades más afectadas por la segunda oleada de covid-19 que ya se está produciendo en diversos rincones de España. Solo este pasado martes, las cuatro provincias catalanas sumaron 1.055 nuevos casos y 22 muertos por el coronavirus en las últimas 24 horas; cifras que evidencian la incidencia de esa segunda oleada, de la cual ya alertaron las propias autoridades sanitarias de la Generalitat, que hace poco más de un mes advirtieron al presidente Quim Torra de la necesidad de contratar más rastreadores precisamente para minimizar el riesgo. Sin embargo, el número de rastreadores contratados ha demostrado ser insuficiente.
La prestigiosa Agencia de Calidad y Evolución Sanitaria emitió el pasado mes un informe titulado "Riesgo de un segunda ola por el SARS-CoV-2" y en el que avisaba al Govern de la importancia de "considerar el impacto de una segunda ola en nuestro sistema, teniendo en cuenta que aún se desconocen muchos aspecto del SARS-CoV-2, en concreto cuál será su comportamiento y si seguirá un patrón similar al de otras pandemias", según ha informado el diario El Mundo.
Por tal motivo, el informe consideraba esencial "tener en cuenta que, si la detección de nuevos casos y la implementación nuevamente de medidas de mitigación no se realiza a tiempo, tanto la población como los servicios sanitarios y sociales podrían estar expuestos al potencias riesgo que supone la llegada de una segunda oleada de SARS-CoV-2 y sus consecuencias negativas".
"Es importante que los países trabajen para reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica", aseveraba el informe de la Agencia de Calidad y Evolución Sanitaria, una de las organizaciones autonómicas más reputadas en su ámbito: "Sin una detección precoz de los casos y un rastreo y seguimiento exhaustivo de sus contactos, no será posible controlar la evolución de la pandemia".
120 rastreadores para Cataluña
En estos términos fue avisado el Govern que preside Quim Torra, cuyo Departamento de Salud presentó este pasado martes un plan precisamente para impedir una segunda ola de la pandemia en Cataluña: una estrategia que llega en pleno despunte epidémico, más de un mes después del fin de el estado de alarma y sin la cantidad suficiente de rastreadores para poder localizar a los contactos de los positivos en coronavirus. De hecho, dos ayuntamientos, los de los municipios de Alcarràs y Aitona, han tenido que contratar a sus propios rastreadores dado que la Generalitat únicamente ha previsto 120.
La contratación de esos 120 rastreadores se ha demostrado insuficiente para poder prevenir un rebrote como el que está produciéndose y cumplir así con el mandato realizado en junio por la Agencia de Calidad y Evolución Sanitaria, que pedía que las medidas adoptadas se mantuviesen en el tiempo "para poder prevenir una saturación de los servicios sanitarios y sociales en el caso de una posible segunda oleada de contagios" que iría "en función del grado de relajación de las diferentes medidas de mitigación, que son claves en estos momentos".
Esos 120 rastreadores contratados por la Generalitat hasta la fecha representan prácticamente uno por cada 62.500 catalanes: una ratio ostensiblemente inferior a la recomendada por expertos, que rebajan la proporción a un rastreador por cada 4.000 habitantes. Estas cifras revelan la ausencia de control sobre lo ocurrido en una comunidad que presenta una de las tasas de contagio más altas de Europa.