Cuando el pasado mes de noviembre el Consejo General de Colegios de Médicos -que agrupa a los 52 colegios de médicos de España- solicitó el cese de Fernando Simón "por su incapacidad manifiesta y prolongada a lo largo de la evolución de la pandemia", el Gobierno no tardó ni 24 horas en cerrar filas con el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y en expresarle públicamente su apoyo incondicional. Lo mismo ocurrió cuando el Colegio de Enfermería pidió su destitución por un chiste machista.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. La salida de Salvador Illa del Ministerio de Sanidad y la llegada de Carolina Darias en su lugar, unida a la sobreexposición mediática de Simón, sus pronósticos erróneos y su propio cansancio ("Tengo ganas de dejarlo", admitió el pasado 24 de mayo en rueda de prensa) han ido alejando y distanciado al director del CCAES y al Gobierno.
Ninguna de las dos partes es capaz ya de esconderlo, a pesar de la cada vez menor exposición pública del epidemiólogo. El Ejecutivo, a través de la ministra Darias, reprendía públicamente este jueves y dejaba solo a Fernando Simón tras sus polémicas declaraciones acusando a "grupos de presión" y medios de comunicación de ser los artífices de la "confusión" que ha llevado a que más del 90% de los vacunados con AstraZeneca opten por inyectarse la segunda dosis de la firma anglosueca y no la de Pfizer, como recomienda el Gobierno.
"Tendrá que explicarse y espero que se explique bien", indicaba en tono contundente Darias el jueves en una entrevista en Onda Cero. La ministra de Sanidad se desmarcaba así de Simón con rotundidad y queriendo dejar muy claro que las opiniones del epidemiógo eran suyas y no del Gobierno.
Atrás quedan ya los tiempos en los que el director del CCAES era defendido a capa y espada por el Gobierno.
Atrás quedan ya los tiempos en los que el director del CCAES era defendido a capa y espada por el Gobierno. La época en que llegó a ser considerado casi una estrella del rock, protagonizando portadas en moto y chupa de cuero en revistas y programas de televisión, aquellos tiempos en los que se llegaron a imprimir camisetas y tazas con su rostro.
Incluso desde sectores de la izquierda ya no se disimulan las críticas contra la gestión de Simón como portavoz durante la pandemia. Antes todo eran loas, incluso para justificar los pronósticos erróneos del director del CCAES durante toda la pandemia y, especialmente, en sus inicios.
“Como mucho habrá uno o dos casos de coronavirus en España”, dijo. Se equivocó. “Las mascarillas no son necesarias”; luego sí lo fueron. “Nos aproximamos al pico de la curva”, y el dichoso pico parecía no llegar nunca en la primera ola. Tras semanas de confinamiento, los muertos y contagios seguían creciendo a pasos agigantados. El propio Simón se contagió de covid, así como otros miembros del Consejo de Ministros. Pero el Gobierno siempre defendió sin fisuras a Simón. Hasta ahora.
Puntos de fricción
En las últimas semanas, tres han sido los puntos de fricción entre el Gobierno y Simón. Tras sus declaraciones admitiendo que tenía "ganas de dejarlo", el epidemiólogo, haciendo gala de la independencia que se le presuponía al inicio de la pandemia a un funcionario de carrera que había sido nombrado en el puesto por el Gobierno del PP de Mariano Rajoy y mantenido en el cargo por el Ejecutivo de PSOE y Podemos, ha manifestado públicamente opiniones distintas a las del Gobierno en tres asuntos que han dado mucho que hablar: mascarillas, turismo y AstraZeneca.
En primer lugar, dijo que sería posible que en cuestión de días el uso de la mascarilla en todos los espacios abiertos dejase ser obligatorio. Una medida que varias comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha o Galicia defendieron públicamente después, encontrándose con una negativa rotunda del Ministerio de Sanidad, que quiere mantener hasta otoño el uso obligatorio de la mascarilla.
Una semana después, Simón se mostró en contra de la apertura al turismo planificada por el Gobierno tras el estado de alarma, y que permitirá entrar en España desde este lunes prácticamente a cualquier turista que acredite estar vacunado. "Preferiría que se dieran gritos de que España está abierta al turismo dentro de 20 días, no ahora. Pero los expertos sanitarios no somos la única voz que escucha el Gobierno ahora”, dijo el director del CCAES el pasado 25 de mayo.
La reprimenda de Darias y el futuro de Simón
Esta misma semana llegaron las declaraciones por las que horas después recibiría una reprimenda pública de la ministra Darias. El portavoz aseguraba lo siguiente con respecto a la elección mayoritaria del fármaco de AstraZeneca como segunda dosis por parte de la población menor de 60 años a la que le han ofrecido esta opción para completar su pauta de vacunación: “El tema de la segunda dosis se ha utilizado de muchas maneras, por parte de los diferentes grupos políticos, de los lobbies que tienen intereses, de los medios de comunicación que tienen su propia línea editorial además de sus patrocinadores determinados...”.
Además de Darias, en tertulias donde antes todo eran loas hacia Simón arreciaron las críticas hacia el epidemiólogo, quien ha ido perdiendo protagonismo y visibilidad en los últimos meses en favor de Darias a medida que la situación epidemiológica de España y la vacunación han ido avanzando de forma favorable.
El Gobierno trabaja ya en una salida más que digna para Fernando Simón, favorito para capitanear el nuevo Centro Estatal de Salud Pública
Como adelantó Vozpópuli, el Gobierno trabaja ya en la creación de un nuevo Centro Estatal de Salud Pública y Fernando Simón es el favorito para dirigir este ente ideado para centralizar las políticas en materia de salud pública a nivel estatal.
Sería una salida más que digna y una manera de alejar de los focos a un Fernando Simón que el 24 de mayo afirmaba: "Si el que yo esté aquí ayuda, estaré mientras sea necesario, pero tengo ganas de dejarlo".