Los detectives privados españoles no consideran a José Manuel Villarejo uno de los suyos, pero el comisario jubilado siempre ha normalizado su relación con algunas empresas del sector. Una de ellas, la agencia Mira, ha saltado a la palestra por ser la elegida por fontaneros del Partido Popular para espiar, presuntamente, a la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. La firma, que declinó la oferta, es una vieja conocida en el PP madrileño porque también se le atribuye el espionaje a Ignacio González durante un viaje a Colombia en 2008. Este turbio episodio le une a Villarejo, ya que el comisario atesoró muy buena información del asunto y así lo reflejó en sus agendas.
El propio expresidente madrileño confirmaba este viernes que el detective al que habría recurrido el PP de Pablo Casado fue el mismo que le vigiló en Sudamérica. El grupo que dirige Julio Gutiez le siguió en su periplo colombiano ante las sospechas de que acudía acompañado de altos cargos del Canal de Isabel II a blanquear posible dinero ilícito. El que fuera delfín de Esperanza Aguirre siempre negó estos hechos pero las imágenes, grabadas cuando todavía era presidente de la Comunidad de Madrid, supusieron el inicio del fin de su carrera política.
Este viernes González confirmaba que el detective que ha tanteado el PP para espiar a Ayuso por posible tráfico de influencias, es el mismo que siguió sus pasos en Colombia. Pero esta agencia no es la única que tuvo información privilegiada del asunto. José Manuel Villarejo también atesoró datos clave del viaje. La prueba irrefutable de ello son sus agendas. Tan solo cinco meses después de aquel episodio, el comisario jubilado, protagonista de una de las principales causas de corrupción que se siguen en la Audiencia Nacional, ya escribió referencias en sus cuadernos privados a Ignacio González, en pie de guerra entonces con el también exconsejero Francisco Granados.
El PP y Villarejo
Así, por ejemplo, ya en julio de 2011, consta un manuscrito sobre el viaje a Colombia de "Nacho", al que vincula al cobro de mordidas de constructores. A lo largo de esos meses anotó muchas referencias sobre los seguimientos a González y las vinculó a figuras como Granados o Javier López Madrid, yerno de Juan Miguel Villar Mir. Se da la circunstancia de que el expresidente de OHL fue uno de los señalados por estar detrás del encargo de espionaje del viaje a Colombia. El otro fue el extesorero del PP Álvaro Lapuerta. El empresario, por su parte, siempre lo negó.
Aunque no consta ningún vínculo oficial entre el entramado empresarial de Villarejo y el Grupo Mira, fuentes del entorno del PP madrileño consultadas por Vozpópuli apuntan a una clara conexión entre la firma de detectives de Julio Gutiez y el comisario jubilado en los diferentes episodios de espionaje en el Partido Popular. Cabe recordar que Villarejo nunca ha negado relaciones con políticos de uno y otro bando. De hecho, uno de los encargos de espionaje por el que se le investiga es el que se impulsó contra Luis Bárcenas bajo la presidencia de Mariano Rajoy.
Esta trama, impulsada mucho después del episodio de Colombia, tuvo en el foco al extesorero del PP. En este caso se le espió para hacerse con unos documentos que probarían la existencia de la caja B en el partido. Los hechos se remontan a 2013. Dos años después, se zanjó el asunto. Desde entonces no se había producido ningún otro capítulo que hiciera recordar el famoso caso espías o la trama Kitchen de Villarejo. Hasta ahora. La noticia conocida esta pasada semana sobre un posible espionaje a Díaz Ayuso por los negocios de su hermano con un contrato de suministro de mascarilla volvía a desatar la guerra interna en la formación.
"Rechacé un tema ilegal"
El propio Gutiez confirmaba en un mensaje de audio mandado a un chat privado de WhatsApp que recibió la proposición de espiar unos datos privados del hermano de la presidenta madrileña y que lo rechazó de plano. Preguntado por este diario, el detective insiste en que no hubo encargo de ninguna clase. "Yo rechacé un tema ilegal. Cuando se propuso el asunto lo rechacé directamente", explica. El motivo residiría en que los 'fontaneros' del partido que le solicitaron el encargo -y entre los que se encontraría el ya excoordinador general de la Alcaldía del Ayuntamiento Ángel Carromero- le pidieron acceder a datos confidenciales de Tomás Ayuso.
El hermano de la presidenta madrileña estaba en el foco de este asunto por haber cobrado una comisión 280.000 euros por mediar para que una empresa cercana se hiciera con la concesión de una adjudicación de la Comunidad de Madrid para la compra de mascarillas en abril de 2020, al inicio de la pandemia. La filtración de la información en prensa desató una guerra interna sin precedentes entre Ayuso y el presidente del partido, Pablo Casado, pero también recordó, irremediablemente, a otros capítulos de espionaje vividos en el seno de partido detrás de los cuáles suena ya el nombre de Gutiez, así como el de José Manuel Villarejo.
El mensaje de voz que envió el jefe de Detectives Mira para dejar claro que se negó a llevar a cabo este encargo desencadenó, en paralelo a la crisis política, un fuerte choque entre los detectives que lo recibieron. Según ha podido averiguar este medio, los grupos de canales compartidos echaron chispas a lo largo de la tarde del jueves y en la mañana del viernes de la pasada semana. El tema enfrentó a los defensores de Gutiez, que respaldan su actuación, y los críticos, que le señalan como la persona que habría contactado con el entorno de Ayuso para comunicarle las intenciones del partido. Muchos de ellos no tardaron en recordarle sus anteriores trabajos de espionaje para el Partido Popular que, 14 años después, vuelven a ser noticia.
