Greenpeace ha instalado un dragón gigante en la zona de San Juan de Gaztelugatxe (Vizcaya) donde se rodó 'Juego de Tronos' para denunciar la avalancha de residuos de plástico que se arrojan al mar. Con esta acción, la organización ecologista ha iniciado un tour de intervenciones titulado 'Maldito Plástico' con el que recorrerá distintos puntos del Estado para concienciar sobre "la insostenibilidad del consumo de usar y tirar.
El dragón ha sido colocado la noche pasada en el entorno donde se simuló el escenario Rocadragón y la organización exige que las marcas comerciales procedan a eliminar y reducir el plástico de sus envases, según ha denunciado la asociación ecologista en un comunicado.
Los activistas han desplegado una pancarta en la que se leía 'Plastic is still coming' para instar a que "las marcas más contaminantes dejen de "escupir" sus envases de un solo uso" y abandonen la avalancha plástica porque "la última temporada que queremos estrenar es la del usar y tirar".
Una docena de personas han sido necesarias para instalar este enorme dragón de más de 4 metros, que simboliza a las marcas productoras de envases. Según informes de Greenpeace, la producción de plásticos se acercará en 2020 a los 350 millones de toneladas (un 900% más que en 1980) y la gran mayoría de ellos "provienen de grandes empresas que venden productos de consumo rápido".
Estas marcas, ha denunciado Greenpeace, "obtienen miles de millones de euros de beneficios cada año con los plásticos que comercializan y los productos que estos contienen, mientras que la ciudadanía tiene que pagar y gestionar los impactos derivados de su producción y uso".
Los sistemas de gestión de residuos y los ecosistemas de todo el mundo están ahogándose bajo la producción masiva anual de estos envases"
Los ecologistas acusan a esas grandes marcas de "realmente no tener objetivos claros para reducir la cantidad de artículos de plástico de un solo uso que producen, ni comparten sus datos ni compromisos, lo que socava su credibilidad".
Medidas ineficientes
Greenpeace considera que las soluciones que estas grandes marcas exploran, "se basan principalmente en la reciclabilidad y el reciclaje, cuando por sí solos estos métodos son absolutamente insuficientes".
En España, la realidad "está muy por debajo de lo que dicen las cifras oficiales y casi el 80% de los envases acaban en vertederos, incinerados o arrojados al medio ambiente".
A juicio de la organización, "los sistemas de gestión de residuos y los ecosistemas de todo el mundo están ahogándose bajo la producción masiva anual de estos envases, que sigue en aumento. Solo en 2015 se produjeron 161 millones de toneladas de envases de plástico alrededor del mundo que se usaron durante menos de 6 meses antes de ser desechados".
Greenpeace va a desarrollar durante todo el mes de marzo distintas acciones de sensibilización en el marco del tour Maldito Plástico', que incluyen la presentación de un informe el jueves 7 en Madrid, al que seguirán talleres experienciales para conocer el impacto real del plástico y los microplásticos.
"No queremos que las marcas se sigan escondiendo detrás del reciclaje, ni que se sigan haciendo lavados de cara limpiando playas, ni que sustituyan el plástico por cualquier otro material que también sea de un solo uso. Queremos que verdaderamente se responsabilicen eliminando sus envases de usar y tirar e invirtiendo en nuevos modelos que nos permitan adoptar un sistema de envases reutilizables, rellenables, o retornables" ha declarado la responsable de la campaña de plásticos en Greenpeace España, Alba García.
Los gobiernos no están haciendo todo lo que está en su mano para exigirles responsabilidades a estas empresas"
Greenpeace pide a los gobiernos y a la sociedad civil que "apoyen la transición hacia un futuro sin plásticos y que tomen medidas inmediatas para facilitar la total transformación de nuestro actual y único sistema de envasado".
Según ha indicado Alba García, "los gobiernos no están haciendo todo lo que está en su mano para exigirles responsabilidades a estas empresas, y hasta que esto no cambie, las empresas seguirán eludiendo su responsabilidad en los productos que venden, y la desplazarán a las personas consumidoras, que apenas tienen alternativas reales".