La Guardia Civil se ha trasladado de nuevo este martes al lugar en el que fue hallado el pasado sábado el cuerpo sin vida de Esther López, de 35 años, para buscar más pistas en esa zona de Traspinedo, en Valladolid, pueblo de residencia de la víctima. Los agentes permanecen trabajando en este área, que han despejado del paso de personas y vehículos para poder llevar a cabo su tarea a las afueras del pueblo, según han informado a EFE fuentes de la investigación.
Desde el domingo los forenses practican la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Valladolid para determinar si el fallecimiento de Esther puede tener un origen accidental o haber sido causado por terceras personas. Tras la necropsia, las muestras halladas por los forenses serán remitidas al Instituto Nacional de Toxicología, en Madrid, para su análisis y elaboración de las conclusiones definitivas.
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, confirmó el pasado domingo en su cuenta personal de Twitter, la muerte violenta de Esther.
Los investigadores, también con el apoyo de los datos que vayan conociendo de la autopsia, trabajan para conocer si el cuerpo de la mujer estuvo en el lugar en el que fue hallado desde su desaparición, el pasado 12 de enero, o fue llevado posteriormente hasta la zona. Ese día por la tarde sus allegados vieron por última vez a Esther, quien al parecer estuvo con algunos amigos en distintos momentos de la noche hasta la madrugada, tras lo que se le perdió la pista.
Veinticuatro días después, el pasado sábado, fue hallado el cadáver de la mujer por un senderista a pocos kilómetros del lugar en el que se supone que desapareció, a las afueras de Traspinedo, un área al que han regresado este martes los investigadores para continuar con su labor.