España

El héroe militar en la lucha contra el coronavirus se jubila

El general López del Pozo, cerebro de la 'Operación Balmis', fue convocado este lunes en el Ministerio de Defensa para despedirse de Margarita Robles. Su nombre sonó para dirigir el Ejército de Tierra pero ahora pasa a la reserva

Sin grandes estridencias y alejado del foco mediático, el general Fernando José López del Pozo, jefe del Mando de Operaciones, se despidió este lunes de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Ha vestido el uniforme del Ejército de Tierra durante 45 años y su nombre sonó para asumir la jefatura de este cuerpo militar.

Su última misión fue coordinar durante la primavera el despliegue -el mayor en número de efectivos en la historia de España- en la lucha contra el coronavirus. En esa visita discreta al Ministerio, López del Pozo dijo "adiós" tras cumplir la edad para pasar a la reserva. El Consejo de Ministros tendrá que nombrar un sustituto en el cargo.

López del Pozo recibió a Vozpópuli el pasado mes de mayo e hizo balance del despliegue contra el coronavirus, bautizado con el nombre de Operación Balmis. Sin tapujos, destacó la necesidad de un mayor entendimiento entre las administraciones para hacer frente a la pandemia: "Necesitamos la coordinación del Estado, del país, para poder ganar a esta amenaza". Han pasado cuatro meses de aquellas declaraciones y hay organismos que comienzan a escenificar ese acercamiento: el encuentro entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso son prueba de ello.

Bajo su mando, las Fuerzas Armadas asumieron algunas de las funciones más complejas durante la pandemia. El traslado de cadáveres supuso un desgaste psicológico entre los militares implicados. También se desinfectaron espacios críticos -como residencias de ancianos-, se proporcionó apoyo sanitario en centros o regiones desbordados y se cumplieron labores de vigilancia en vías públicas e infraestructuras. "Las Fuerzas Armadas hemos sido la punta de lanza, los primeros que salimos, pero si nos dejan solos no vamos a ganar. Seguro", aseveraba López del Pozo.

Era difícil prever que el jefe del Mando de Operaciones afrontaría un reto de esta envergadura poco antes de su jubilación. Asumió el cargo el 28 de abril de 2017, apenas una semana más tarde de ser ascendido a teniente general. Desde entonces ha sido el máximo responsable de las misiones españolas desplegadas en el exterior: desde el Sahel africano hasta Oriente Medio; de los países Bálticos a la lucha contra la piratería en el Índico. También de las operaciones permanentes en territorio nacional en defensa de la seguridad del país.

En las quinielas para dirigir el Ejército

Su nombre sonó para asumir la jefatura del Ejército de Tierra. No en vano, asumió algunos de los principales puestos de responsabilidad en el cuerpo. Cabe recordar que la ministra Robles heredó la cúpula militar de su predecesora, María Dolores de Cospedal. Rompiendo una norma no escrita, Robles optó por dar continuidad a los respectivos jefes de Estado Mayor para no sacudir en exceso las estructuras castrenses. Sólo sustituyó al Jefe del Estado Mayor de la Defensa en enero de 2020, nombrando en el cargo al general del Aire Miguel Ángel Villarroya.

Según fuentes consultadas por Vozpópuli, Robles tiene la posibilidad de repescar al general López del Pozo para ocupar algún cargo en el Ministerio de Defensa, pero su pase a la reserva le imposibilita -por ley- para asumir el puesto de Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME) en sustitución del general Francisco Javier Varela.

El currículum del general López del Pozo cuenta con un extenso historial de condecoraciones y ha participado en tres misiones en el exterior: Bosnia, Irak y Líbano. Casado y con tres hijas, el hasta ahora Jefe del Mando de Operaciones se despide tras haber coordinado la lucha militar contra el coronavirus. Ahora, Defensa y el Consejo de Ministros deben buscarle sustituto.

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