Quebranto de los protocolos, manchas, e incluso bichos. Los trabajadores de la Lavandería Central Hospitalaria de Madrid, en huelga indefinida desde el pasado 6 de diciembre para protestar contra las nuevas -y pésimas- condiciones laborales impuestas por la empresa concesionaria del servicio, denuncian las condiciones en las que se está procesando la ropa procedente de los centros hospitalarios. Según descubrieron los propios empleados y atestiguan las imágenes captadas este mismo lunes, Flisa (filial de Fundación ONCE), que gestiona desde el pasado 1 de diciembre la lavandería de 19 hospitales de la región, estaría utilizando una nave industrial de venta de fruta como centro logístico para trasladar y recoger ropa de quirófano, dotación de cama y todo tipo de prendas de hospital sin ajustarse a las medidas de calidad e higiene exigidas. A dicho almacén, situado junto a un centro de venta de coches, llegan camiones con ropa tanto limpia como sucia, que se acumula en carros metálicos al aire libre. Pero éstas no serían las únicas irregularidades perpetradas.
Según los trabajadores, la ropa hospitalaria se amontona al aire libre o en los camiones de Flisa durante el supuesto proceso de recepción y salida, en contra de las exigencias del Ministerio de Sanidad
El presidente de la Asociación de Empleados de Lavandería Hospitalaria, Francisco Ronco, explica a Vozpópuli la importancia de que la ropa hospitalaria se procese como es debido porque en este caso "puede suponer un perjuicio tanto para el consumidor de esos productos como del paciente". Según cuenta Ronco, testigo directo de la situación, un almacén de frutas no es el lugar idóneo para almacenar ropa hospitalaria con residuos que pueden dar lugar a infecciones. Las cámaras de LaSexta grabaron como ésta se amontona en camiones abiertos y en carros, en contra de lo que exige el Ministerio de Sanidad, que sobre el aspecto del almacenamiento especifica que "las bolsas o sacos de ropa sucia, una vez llenos y cerrados, se almacenarán en un local de la planta o servicio destinado exclusivamente para ello, el cual deberá contar con ventilación natural, y preferentemente con comunicación directa por ascensor o montacargas (de uso exclusivopara el transporte de ropa sucia), con el área de acceso a la zona de recepción-clasificación de la lavandería del centro o del local de expedición hacia la lavandería externa".
Los empleados hablan de que la ropa llega a los centros hospitalarios con manchas y, a veces, con alguna otra sorpresa. La foto que un trabajador del Hospital 12 de Octubre ha compartido en Twitter así lo denuncia. Pero no es el único centro que ha detectado este tipo de negligencias. Un anestesista del Hospital de Getafe también ha trasladado al portavoz de la Lavandería Central que "la ropa no llega en buen estado".
Dos demandas contra Flisa acusan a la empresa de crear un problema de salud pública y de sucontratar a otro personal para derivar la ropa de los hospitales madrileños a otras plantas de España durante la huelga
El problema de salud pública es el motivo en torno al cual gira la primera de las dos demandas contra Flisa. La segunda, según el portavoz de los empleados de la planta central de Mejorada del Campo, es por el "esquirolaje". CCOO denunció ante la Inspección de Trabajo que se está subcontratando a personal autónomo para realizar las funciones de los trabajadores que han secundado la huelga y que varios camiones frigoríficos estaban transportando ropa a la lavandería, según una información del diario elmundo.es. Por su parte, Flisa ha negado que se utilicen este tipo de vehículos para el traslado de ropa y, según un portavoz, los protocolos de desinfección de la empresa son "especialmente rigurosos" en el transporte y se efectúan antes y después de la recepción y, en todo caso, el utilizar vehículos frigoríficos sería un "valor añadido".
Apenas llega ropa a la lavandería central
Ahora, en plena huelga, los trabajadores se quejan de que la empresa está llevando la ropa de los hospitales públicos madrileños a otras plantas de lavado de otros puntos de la geografía española, incumpliendo en muchos casos los mínimos sanitarios con el ir y venir de camiones. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández Lasquetty, en un intento de normalizar la situación, negó este martes que se derive la ropa a otros centros, pero su versión no concuerda con la de la propia Flisa, que sí reconoció que además de lavar en la lavandería central de Mejorada, también lo hace en "otras lavanderías" de su grupo porque el contrato suscrito con la Comunidad de Madrid contempla esa posibilidad para cumplir con los servicios mínimos de asistencia. Y eso que Lasquetty asegura haberlo "comprobado" con la empresa.
Ronco, como portavoz del conjunto de los empleados, asegura que lo que está ocurriendo no hace más que evidenciar que Flisa no puede hacerse cargo de este servicio y sostiene que apenas llega ropa a la planta de Mejorada del Campo. "Antes llegaban 35.000 kilos de ropa cada día, pero incluso antes de la huelga apenas recibíamos 10.000 kg, pese a que el contrato con la Comunidad de Madrid es de 50.000". Los trabajadores de los servicios mínimos -advierte- no tienen trabajo. "¿Dónde está la ropa?".
640 euros brutos es muy poco que perder
"Privatizar la lavandería más grande de España por 550.000 euros al año es un regalo a la empresa. Si hay que privatizar que se haga bien y que se pague lo que realmente cuesta"
"La huelga es de carácter indefinido". Los trabajadores, tal y como argumenta Ronco, tienen mucho que ganar y poco que perder, concretamente 640 euros (brutos), que es el sueldo que pasaron a tener los interinos o eventuales desde que Flisa y Lavandería Industrial Laundry Center se hicieran con la gestión de la lavandería central hospitalaria el pasado 1 de diciembre. "La gente está muy concienciada. Queremos procesar la ropa bien, como se ha venido haciendo desde 1973", pero también reivindican que la empresa rectifique esa brutal rebaja salarial. Y no solo arremete contra la privatización del otrora servicio público, sino también contra su precio. "Privatizar la lavandería más grande de España por 550.000 euros al año es un regalo a la empresa. Si hay que privatizar que se haga bien y que se pague lo que realmente cuesta esta valiosísima maquinaria y estas instalaciones", sentencia Ronco, que recuerda que el Ayuntamiento de Mejorada cedió los terrenos en los que se ubica la planta para un servicio público.
Desde que el personal de la Lavandería Central tuvo conocimiento de las consecuencias que traería la externalización, la huelga se convirtió en su única arma con la que luchar. La convocatoria para el 28 de noviembre solicitada por la Asociación de Empleados de la Lavandería Central fue denegada por no cursarse con los 10 días de antelación requeridos, pero no desistieron. De los 190 empleados eventuales o interinos, 117 firmaron el contrato con Flisa, pero con esa rúbrica aceptaban las nuevas condiciones de la empresa. La otra alternativa era perder su trabajo. El resto, 123 trabajadores fijos estatutarios, se han acogido al proceso de reordenación de la Consejería de Sanidad y se les ha otorgado un nuevo destino, en muchos casos un lugar de trabajo muy alejado de Mejorada del Campo, para donde obtuvieron su plaza.