La reforma del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cerrada y sellada por Ruiz Gallardón, todavía trae cola. Los jueces decanos, reunidos estos días en Sevilla, cerraron sus jornadas con un documento muy duro contra el ministro de Justicia y, por ende, contra el Gobierno. No es la primera vez que este colectivo se manifiesta en unos términos tan firmes contra la actuación del departamento pero en esta ocasión se advierte que el nivel de la indignación ha subido algunos enteros.
Los jueces consideran que el Consejo nace "herido de muerte" habida cuenta del sistema de elección pactado entre el PP y el PSOE, con el apoyo del resto de las fuerzas de la oposición salvo UPyD, que no colocaron una sola pieza en la mesa. Cuotas pactadas, reparto de vocalías, nombramientos apalabrados... Los decanos se muestran sumamente irritados con el cambalache de Gallardón y dedican dos folios de sus conclusiones a mostrar el alto grado de su irritación, no exenta de impotencia.
Confianza ciudadana
Así, por ejemplo, señalan que con semejantes usos y comportamientos resulta imposible pensar en que vaya a conseguirse recuperar la confianza de los ciudadanos en la Justicia y, además, ese sistema de elección del CGPJ contamina la acción diaria de los jueces y magistrados que trabajan cotidianamente "con absoluta honradez y libertad de criterio". También ponen a buen recaudo la honorabilidad de sus compañeros ahora en el Consejo, a quienes no responsabilizan de ese manoseo de las instituciones. La culpa la tienen el ministro y el Ejecutivo.
La pataleta de los jueces decanos tiene algo que ver con que finalmente Gallardón no tomara en consideración los planteamientos de las asociaciones judiciales a la hora de conformar el nuevo Consejo. El ministro optó por ningunear a los jueces, ignorar sus promesas, hacer caso omiso del programa del PP y continuar con el procedimiento de pactar con los partidos la designación de los vocales.
Denuncian que el sistema de elección del CGPJ contamina la acción diaria de los jueces y magistrados que trabajan cotidianamente "con absoluta honradez y libertad de criterio"
Así se ha abierto el camino de regreso al sistema judicial existente en España en el siglo XIX, en el que la carrera era un mero cuerpo de funcionarios, se duelen los decanos, que no tienen reparo en asegurar que el CGPJ se ha convertido en "un mero apéndice del ministerio de Justicia" y, por ende, del Ejecutivo.
Los jueces reclaman asimismo que la petición de indulto no suspenda las penas de corrupción (para evitar sucedidos como el de Jaume Matas, suspendido por este motivo su ingreso en prisión) y también mencionan el tradicional rosario de necesidades básicas profesionales, tanto en los juzgados como el ámbito profesional de los propios jueces. La situación del estado de la Justicia española que describen los decanos españoles resulta estremecedora.
Lamentablemente, como aseguraba uno de los jueces reunidos en el cónclave de Sevilla, "el efecto de nuestros documentos y nuestras reclamaciones es prácticamente nulo, su impacto es mínimo por no decir inexistente en la cúpula del Ministerio". "Gallardón no escucha, ha sacado adelante su reforma, ha incumplido sus promesas y eso es lo que hay", aseguraba esta fuente.