Septiembre de 2019. Alberto Fernández, recién elegido presidente de Argentina, viaja a España. Se reúne con Pedro Sánchez, con quien tiene interés en crear una fuerte relación bilateral. El exponente del kirchnerismo recibe la invitación de Pablo Iglesias, entonces interesado en escenificar su cercanía para que Fernández hable a favor de una coalición de gobierno. Fernández, sin embargo, se niega. Solo acude a un encuentro público en el que están miembros de la dirección de Podemos y prefiere hablar de "renuncias" que de coaliciones.
Ese rechazó sonó a ducha fría. Pero Iglesias vio en el viaje institucional a Bolivia de hace diez días para asistir a la toma de posición de Luis Arce una oportunidad para arreglar sus relaciones con el argentino. Durante su estancia en La Paz, Iglesias mantuvo tres encuentros con representantes del gobierno de Argentina. Dos con Fernández (un acto con el Rey y una cena a solas, que no ha agradado a la Zarzuela) y otro con el ministro de Interior de Argentina, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, uno de los fundadores del movimiento La Cámpora, vanguardia juvenil del kirchnerismo.
Iglesias, en realidad, tiene pocos contactos directos con ese segmento. Es por ello que, según varias fuentes de Podemos consultadas, el vicepresidente intentó aprovechar su cargo para crear en Bolivia nuevas conexiones. Y sobre todo alejar definitivamente a Íñigo Errejón del entorno de Fernández, quien “conoce a todo el mundo allí”, explican fuentes de Podemos.
De ahí que el viaje de Iglesias gane un sentido geopolítico inédito para entender los equilibrios internos de la izquierda española, a través de la búsqueda de conexiones con el nuevo Gobierno argentino.
Nos reunimos con @PabloIglesias, vicepresidente de España y líder de @PODEMOS para conversar sobre la agenda bilateral de ambos países.
Coincidimos en la necesidad de encauzar los debates de Iberoamérica en el marco de las reglas de la democracia y la construcción de consensos. pic.twitter.com/J13YZNNBrn
— Wado de Pedro ?? (@wadodecorrido) November 8, 2020
El fracaso de Rafa Mayoral
Antes de que Errejón diera el golpe y se sumara a la plataforma de Manuela Carmena, algunos dirigentes morados ya intentaron moverse en ese país. La secretaría internacional se puso en marcha para construir puentes con La Cámpora. Dirigentes como Rafa Mayoral y Noelia Vera viajaron hasta Argentina, pero ese traslado se quedó en algo anecdótico, aseguran fuentes internas de Podemos.
El problema para Podemos es que los miembros de la actual cúpula no gozan de buena imagen en el entorno de Fernández. Enrique Santiago, líder del PCE, tiene sobre todo contactos en Bolivia y Colombia. Juan Carlos Monedero “no está bien visto”, aseguran los morados. Y Mayoral y Juanma del Olmo prefieren moverse por Brasil. Los pocos políticos que tenían cierto peso en ese territorio fueron laminados por Iglesias durante la segunda purga de Podemos, que golpeó a los dirigentes pablistas que cuestionaban las líneas estratégicas del tándem Iglesias-Irene Montero.
Errejón, referente del kirchnerismo
Por ello, según explican en el partido, el viaje del 7 y 8 de noviembre sirvió a Iglesias para sustituir a Errejón como referente en España de la izquierda argentina. Aunque sostienen que los encuentros fijados por Fernández fueron pactados antes con Sánchez, quien sigue siendo el referente del presidente del país latinoamericano. Y que la relación directa de Fernández con Errejón es difícil de romper.
Hace tan solo tres semanas, por ejemplo, el Centro Cultural Kirchner invitó a Errejón a dar una charla por Internet para celebrar el evento Diez años sin Néstor. Teresa Parodi, Claudia Masin y Errejón compartieron su mirada sobre el expresidente argentino y el centro difundió la entrevista en sus redes.
El factor Gentili
Con su movimiento Iglesias busca la complicidad de Pablo Gentili. El sociólogo argentino es amigo íntimo de Fernández y entró en contacto con el círculo dirigente de Podemos durante su etapa como director de CLACSO. Gentili ejerció de asesor del gobierno de Dilma Rousseff hasta la victoria de Jair Bolsonaro. Entonces, Iglesias le fichó.
Durante su etapa en Podemos, Gentili trabajó activamente para perfilar la estrategia de la campaña electoral de 2019, aprovechando la investigación sobre el móvil de Dina Bousselham para apoyar la tesis de las cloacas y potenciar el llamado giro moderado de Iglesias en los comicios de abril. Aun así, sectores internos del partido liderados por Irene Montero desconfían de él, y Gentili regresó a su país un año después.
Ahora, sin embargo, todos aseguran que Gentili ayuda a Iglesias en facilitar su acceso al Gobierno de Argentina. Aunque la clave de los movimientos del vicepresidente atañe al cargo que desempeña. “A Fernández en realidad le da bastante igual Iglesias, prefiere tener una conexión directa con Sánchez. Pero no puede obviar que es vicepresidente, y que es un representante de peso del Gobierno de España”, señala un dirigente del partido morado.