España

De las insinuaciones de Puente a las acusaciones de Milei: la intrahistoria de la ruptura entre España y Argentina

La mala relación entre los gobiernos de Javier Milei y Pedro Sánchez es un hecho desde que el argentino llegase a la Casa Rosada

España y Argentina viven la crisis institucional más grave jamás vista en las últimas décadas. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha decidido retirar a la embajadora española en Buenos Aires y llamarla a consultas después de que Javier Milei haya llamado "corrupta" a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, en la convención Viva 24, organizada en Madrid por Vox.

En concreto, Javier Milei ha denunciado "lo destructivo que puede ser el socialismo" y "qué calaña atornilla al poder y qué niveles de abuso puede generar, aún cuando tiene a la mujer corrupta, se ensucia y se toma cinco días para pensarlo". Unas palabras que no suponen el primer choque verbal entre los gobiernos de España y Argentina.

Fue el propio Pedro Sánchez quien rehusó utilizar la diplomacia el pasado noviembre, cuando Javier Milei llegó a la Casa Rosada. Mientras felicitó a Lula da Silva cuando llegó al poder en Brasil o a Gabriel Boric cuando hizo lo propio en Chile, el presidente español no escribió al líder argentino. La única comunicación pública por parte del Gobierno de España llegó desde el Ministerio de Asuntos exteriores, que emitió un breve comunicado deseando "éxito a Argentina".

Después, Pedro Sánchez utilizó la llegada de Javier Milei al poder en diversos mítines para meter miedo a la "ola reaccionaria" de la ultraderecha. De hecho, en el acto que organizó el PSOE en Ifema por su investidura, erigió a Ferraz como el bastión del socialismo en Europa: "No va a haber un Trump, un Milei, un Feijóo o un Abascal", dijo en aquel mitin porque España es una nación "abierta, tolerante, amante de la paz, feminista y ecologista".

Este tipo de declaraciones han sido comunes en mítines del PSOE, con Sánchez calificando a Milei como "el del a motosierra" con cierta sorna. Pero el ataque más grave fue cuando Óscar Puente insinuó que el presidente argentino ingiere "sustancias" en un acto público. Unas palabras que fueron contestadas por la Oficina del Presidente de Argentina a través de un duro comunicado contra Sánchez y su Gobierno.

"El Gobierno de Pedro Sánchez tiene problemas más importantes de los que ocuparse", señaló el escrito, que además pidió que la justicia "actúe con celeridad" para resolver el escándalo de corrupción que "afecta directamente a la estabilidad", refiriéndose a las acusaciones que recaen sobre la esposa del presidente, Begoña Gómez.

Tal y como recogió este periódico, ningún miembro del Gobierno salió a defender o censurar a Óscar Puente tras sus graves acusaciones. De hecho, el ministro de Transportes, lejos de rectificar sus palabras, atacó a Alberto Núñez Feijóo por no defender al Gobierno frente a Javier Milei y su equipo. La única reacción que hubo por parte del Gobierno de España fue para exculpar a Sánchez de las acusaciones vertidas en el texto.

Fue el primero momento de alta tensión entre los gobiernos de Argentina y España. Lejos de rebajar el tono, el Gobierno de España no rebajó el tono frente a Javier Milei. Diana Morant, el pasado jueves, acusó al presidente argentino de representar un "modelo negacionista" que "atenta contra la propia democracia". Una mala relación que ha terminado explotando este domingo, con Albares llamando a consultas a la embajadora española en Buenos Aires.

Hasta ahora, la única vez que el Gobierno de Pedro Sánchez había recurrido a este instrumento fue en agosto de 2021, con Albares recién llegado al Ministerio. Entonces, se llamó a consultas a la embajadora en Nicaragua tras un comunicado de la Cancillería nicaragüense en el que se denunciaba injerencia por parte de España y se recurría a los GAL o a Cataluña para criticar al Gobierno.

Cuando el Gobierno quiso enviarla de vuelta en marzo de 2022, el régimen de Daniel Ortega no le dio autorización y, tras una advertencia de reciprocidad por parte de Exteriores, optó por retirar a su vez a su embajador en Madrid. Finalmente, en julio de ese año, el Ejecutivo envió una nueva embajadora que terminaría presentando sus cartas credenciales al presidente en febrero de 2023, dando así por superada la crisis diplomática.

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