España

Bronca del juez al exjefe de la Policía por minimizar la Kitchen: “¡De retales, nada!”

"Parece que no estuviéramos ante el director adjunto operativo", se quejó el fiscal ante las erráticas explicaciones de Eugenio Pino, quien dijo haber buscado cuentas en Suiza de Bárcenas, Arenas y Cascos.

  • El ex número dos de la Policía Eugenio Pino, a su salida de la Audiencia Nacional.

El director adjunto operativo de la Policía Eugenio Pino llevaba 32 minutos declarando por el caso Kitchen cuando al juez se le agotó la paciencia. Había soportado más de media hora de explicaciones entre erráticas y contradictorias en las que el mando ya jubilado decía no haber tenido apenas conocimiento del presunto espionaje al extesorero del PP, Luis Bárcenas, que llegó a tildar de “retales”. En ese momento terció el magistrado para mostrar su escepticismo ante la actitud del investigado: “¡De retales, nada!”.

“La impresión que me da es que trata de enmascarar lo importante que era para usted la operación Bárcenas. Afectaba directamente al PP, a los que le habían nombrado a usted (...) Estamos hablando de la operación Bárcenas, de una importancia extraordinaria, parece ser, para los dirigentes del PP como después se ha demostrado en alguna sentencia que ha habido por ahí”, le espetó el juez Manuel García Castellón de forma irónica en relación a la sentencia del caso Gürtel que apeó del Gobierno a Mariano Rajoy.

“Que el director adjunto operativo diga que para él era un asunto más y que el encargado sería en su caso el comisario general o quien fuera, permítame que lo ponga en duda”, insistió el juez. Pero Pino se mantuvo en su postura de restar relevancia al caso y contestó que “aquello eran ya los retales del asunto Bárcenas”. “¡De retales, nada, perdóneme! ¡De retales nada”, le interrumpió el magistrado, quien le recordó que el chófer de Bárcenas al que habían captado sus comisarios acudió a la sede del PP y recogió “unos dispositivos”.

"Nunca existió" 

“Las respuestas que está usted dando, permítame pero tengo mis dudas”, zanjó el magistrado antes de devolver la palabra al fiscal para que continuase con su interrogatorio. Antes de este episodio, Pino había dicho que la operación Kitchen nunca existió porque no hay constancia de ese nombre en ningún documento oficial ni recibo de los fondos reservados. Aseguró que detrás del chófer de Bárcenas había muchos interesados, entre ellos la Guardia Civil, y regó sus respuestas de expresiones como “no me acuerdo”, “creo” o “no lo sé”. “Parece que no estuviéramos hablando con el director adjunto operativo”, se quejó también el fiscal. 

Pino negó haber sido la persona que decidió pagar con fondos reservados al chófer, llegó a utilizar la palabra “ayuda” para definir esos pagos porque el colaborador se había quedado sin trabajo. También admitió que sus comisarios le pidieron “apoyo” para que obtuviese una plaza en la Policía, pero Pino dijo no haber intercedido. Citó a los comisarios José Villarejo, Marcelino Martín Blas y Enrique García Castaño junto al jefe de seguridad de la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal como las personas encargadas de “controlar” al colaborador entre 2013 y 2015.    

Relató que, en su marcaje a Bárcenas, llegaron a ponerse en contacto con un compañero de celda para tratar de acceder a una nube informática establecida en Chile en la que podría haber información relevante. Sin embargo, más tarde dijo que en realidad nunca llegaron a espiar a Bárcenas. “Ya, entre otras cosas porque estaba en prisión”, le apuntó el fiscal. El que fuera máximo mando de la Policía durante todo el Gobierno de Mariano Rajoy, dijo que la idea era seguir al chófer de Bárcenas por si iba a Suiza a por dinero, razón por la que tenían preparada una flota de coches.

"Todo en el interés de España"

También apuntó a que detectaron una casa donde le daban dinero a la familia Bárcenas o que él fue quien determinó que se parase la operación Kitchen porque no estaba dando resultados. Fue cuando sus subordinados le propusieron seguir hasta Chile al hijo del extesorero. Pino involucró al secretario de Estado, el también investigado Francisco Martínez, ante quien reportaban sus comisarios o a quien le consultó el fin de los seguimientos. "Hemos hechos muchísimas operaciones. Algunas nos pondrían los pelos de punta, pero todo en interés nacional, la seguridad ciudadana y el interés de España", quiso dejar claro al arrancar sus explicaciones.

“Nosotros íbamos a por las cuentas”, comentó en otra fase de su declaración prestada durante hora y media el 8 de octubre de 2019 en la Audiencia Nacional. Luego explicó que Villarejo comentó que en Suiza había cuentas de los dirigentes populares Bárcenas, Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos. El fiscal le recordó entonces que para cuando empezó la operación Kitchen, Suiza ya había remitido vía comisión rogatoria las cuentas de Bárcenas a petición de los investigadores oficiales del caso. “Eran unas cuentas conjuntas”, matizó Pino. 

Al terminar, el fiscal pidió al juez que le impusiera una fianza de 50.000 euros para seguir en libertad. Pino usó su última palabra para presentarse como una víctima de la Fiscalía anticorrupción y aseguró que en su momento aportaría pruebas para demostrarlo.  

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