El jefe superior de Policía en Castilla-La Mancha, Felix Antolín de Diego, se sentará el martes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Guadalajara acusado de un caso de acoso laboral cuando era responsable de la unidad de élite de los Grupo Especial de Operaciones (GEO). Junto a él, será juzgado también el que era su segundo en la unidad de élite de la Policía Nacional. Ambos fueron denunciados por un agente que sirvió a sus órdenes y que pide para ellos hasta dos años de cárcel por delitos de torturas y contra la integridad moral.
Según informan a Vozpópuli fuentes del Tribunal Superior de Castilla-La Mancha, este juicio estaba inicialmente previsto que se celebrase en julio y en el Juzgado de lo Penal número 2 de Guadalajara. Pero su titular devolvió las actuaciones al juez que había investigado los hechos al entender que debían ser enjuiciados en la Audiencia, como finalmente se ha decidido. Los GEO tienen su sede en la ciudad arriacense.
Por su parte la Fiscalía pide que ambos mandos policiales sean absueltos y no formula acusación alguna, según su escrito de calificación al que ha tenido acceso este periódico. informan fuentes del ministerio público. “Se aprecia claramente que el origen de la querella son unas supuestas discrepancias” del subordinado “y otros compañeros con sus superiores, por una disconformidad con las propuestas realizadas por los superiores en relación con unas medallas policiales”. Según la Fiscalía, eso llevó a que se perdiera la confianza mutua.
En ningún caso puede mantenerse que las expresiones transcritas en la querella y los hechos en ella relatados impliquen un grave menoscabo de la integridad moral
La Fiscalía zanja que los hechos no son constitutivos de infracción penal: “En ningún caso puede mantenerse que las expresiones transcritas en la querella y los hechos en ella relatados impliquen un grave menoscabo de la integridad moral del querellante, ni mucho menos que puedan crear sentimientos de terror, de angustia, de inferioridad susceptibles de humillarle, envilecerle y de quebrantar su resistencia física o moral”. En cualquier caso, las fuentes fiscales consultadas precisan que se reservan la posibilidad de cambiar de parecer en función de cómo se desarrolle el juicio.
La querella que dio origen a este caso se presentó el 25 de marzo de 2015 por un delito de acoso laboral. Los hechos se remontan a mayo de 2014 cuando el miembro de los GEO dice que fue apartado de todas sus funciones por parte de los acusados “sufriendo una situación humillante y discriminatoria”. Por ello, además de los dos años de condena, pide que se le indemnice con un total de 20.130 euros por las secuelas que le generó este acoso laboral. Dice haber padecido trastornos neuróticos y problemas derivados del estrés postraumático vivido.
En 2016 la Sala de lo Contencioso-Administrativo de Madrid obligó a readmitir a este policía mientras seguía la investigación de la denuncia por un posible delito penal por acoso laboral, que es lo que se va a dirimir este martes. El Juzgado de Instrucción número 1 de Guadalajara apreció "indicios de criminalidad" por parte de este mando policial y su segundo al menos desde el año 2014 mediante "actos de contenido vejatorio prevaliéndose de su cargo y de la posición jerárquica".
“El forense afirma que el querellante padece una sintomatología ansioso depresiva y un trastorno por estrés postraumático medio-bajo que es compatible con hechos denunciados"
Tal y como informó este periódico, a juicio del magistrado de Guadalajara, el objetivo era quebrar “la resistencia e integridad moral” del subordinado" para "forzar su salida de los GEOS". Entendía el juez que el denunciante fue aislado de sus compañeros "dejándole a entrenar solo" y le relevaron de "cualquier función". Este juez añadía en su auto que el policía denunciante sufría "un estado psíquico acorde con hechos de la naturaleza de los imputados”.
Explicaba que “el forense afirma que el querellante padece una sintomatología ansioso depresiva y un trastorno por estrés postraumático medio-bajo que es compatible con hechos denunciados". Por todo ello, consideraba "la existencia de indicios de una actuación continuada y reiterada de humillación y vejación". Antolín tomó posesión como jefe Superior de la Policía en Castilla-La Mancha el 8 de febrero de 2017 en un acto que contó con la presencia del entonces ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido y la entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.
José Miguel
Trabaje ocho duros años con el en una CRG y no veo yo a Félix acosando a nadie. Es más, no solo yo, sino el resto de unidad guardamos un muy grato recuerdo del él.
MIA
Vaya, para una denuncia en condiciones que pongo, no la ponéis. Nada de miedos, he sido testigo de lo que os he escrito. Tranquilos, hay papeles para llenar un baúl.
MIA
Si esta noticia les parece mucho, esperen: Comenzaré con un comentario del judío Flavio Josefo apropiado para el caso: <> Sucedió en 2019 en la Nacional II en las cercanías de Torija-Guadalajara. Una conductora muy experimentada se detiene en el arcén . El bolso se ha caído del asiento del copiloto. Ve pasar a una pareja de la Guardia Civil que sigue su camino. La tarde es tranquila y soleada, sin apenas tráfico. Tres minutos después y con nuestra conductora a punto de reiniciar su viaje , ve como un agente se dirige hacia ella a gran velocidad. El recorrido lo hace en sentido contrario hasta situarse a un metro del "morro" del coche. Sin mucho control, el agente se baja de la moto y como una fiera mete medio cuerpo por la ventanilla del coche de la conductora, ella mira atónita el comportamiento del policía y entra en pánico. Es experta en carreteras de todo tipo. En sus 35 años de conducción sólo suma multas por pasar 10 o 15 kilómetros de lo permitido. Nunca un accidente, ni siquiera un roce y en cualquier momento dispuesta a conducir 900 kilómetros en un día (comprobado). El comportamiento del agente es del todo anormal y la conductora teme por su seguridad, sensación que jamás había tenido al volante. Llama a Guadalajara y cuenta lo que está pasando, y hace ver que el agente no anda bien, la mandan a Toledo que lleva esos temas de ayuda, pero le dicen que esos casos no los lleva Toledo, y la envían de vuelta a Guadalajara y, naturalmente , las llamadas quedan grabadas. Mientras el agente se infla a poner multas, la conductora saca una foto al agente desde su asiento. Tras unos largos 25', el agente golpea con fuerza la ventanilla para que la conductora abra. Está temblando y no abre. <> Pocos días después, la conductora recibe en su domicilio una carta del Director General de Tráfico sugiriendo que se busque un "chevalier servant" mientras conduce. La conductora intuye que el estado del policía esta en boca de todos y todos lo quieren tapar. La comunicación mantenida con Toledo y Guadalajara ha sido rápidamente transmitida a Pere Navarro Olivella quien por cierto, no sabe conducir. Creo que en estos cuerpos tan gremiales y unidos, en sus plegarias matinales agradecen a Dios A partir de ese momento, los puntos desaparecen y la conductora es condenada a no sé cuantas jeringoncias sablistas. No se da por vencida ante la ilegalidad que se está cometiendo con ella y visita a la subjefa de Tráfico de Madrid, Paula Azcaray. La subjefa fuerza a la conductora a pagar, en el propio despacho, y con urgencia, los sablazos injustos y arbitrarios resultantes de tan ilícito abordaje. Paula finaliza la charla aconsejando a la conductora que se busque un chófer. Escribió, también, al Defensor del Pueblo que pasó del tema y al Delegado del Gobierno en Guadalajara que tras reunirse con toda la plana mayor de Tráfico, la mandaron a tomar viento. Y tras no poder conducir, se dirigió al Ministro Marlaska, pero contestaron que estaba muy ocupado con los emigrantes y que no tenia tiempo para asuntos menores. A nuestra conductora le han quitado su modo de vida, ya solo le queda escribir al Rey.