Juan Manuel Moreno Bonilla debuta en una pugna electoral apenas desembarcado en Andalucía, de donde salió hace diez años rumbo al Congreso y a la Administración central. Pese a su origen malagueño, Moreno Bonilla es un 'Juan Nadie' para sus paisanos, ya que apenas le conoce un 30% de los andaluces, según las últimas encuestas. El nivel de conocimiento de Javier Arenas supera el 90% y el de Susana Díaz roza el 85%. Una diferencia abismal para quien aspira a la presidencia.
Meta inalcanzable
Aunque declare lo contrario, nobleza obliga, el líder de los populares andaluces no sueña con vencer en unos comicios tradicionalmente hostiles a su formación en esa comunidad. Nunca el PP ha ganado en Andalucía unas europeas. En 2009 se quedó a 8,5 puntos por debajo del PSOE. Sin embargo ha vencido en las tres últimas citas con las urnas, municipales, generales y autonómicas en ese territorio. El PP gobierna en los principales ayuntamientos de la región y venció en las últimas autonómicas aunque no logró la mayoría para formar gobierno. Lo que no logró Arenas, aspira a lograrlo su sucesor.
Moreno Bonilla, designado presidente del PP en un episodio tormentoso y enrevesado, se verá las caras el 25-M con otros dos debutantes en estas lides. Susana Díaz, la presidenta de la Junta, no ha encabezado hasta ahora una lista electoral y Antonio Maíllo, de IU, también se estrena. Tres novatos que intentarán hacer fente al cataclismo de la abstención que se anuncia ya masivo en todo el territorio nacional pero muy particularmente en esta demarcación. Tanto pavor hay en las tres grandes formaciones andaluzas que por vez primera y, pese a las supuestas dificultades presupuestarias, han puesto en marcha sus respectivas caravanas electorales para movilizar a los descontentos e indecisos y, de paso, asegurar su presencia cotidiana en los diferentes espacios informativos. Bonilla tiene muy presente la reciente exhortación de Mariano Rajoy a 'movilizar a nuestros votantes', factor fundamental para renovar la victoria en las europeas.
Cadena de escándalos
Los sondeos anuncian un repunte del candidato del PP merced, fundamentalmente, al tirón del candidato nacional, Miguel Arias Cañete, el exministro de Agricultura, uno de los políticos mejor valorados tanto en la escena andaluza como en la nacional. Juega también a su favor el rebrote de la epidemia de los escándalos que sacude al PSOE en Andalucía desde hace más de dos años, especialmente el de los cursos de formación, desvelado por Vozpópuli. Ahora han aparecido irregularidades de enorme calado que afectan a varias provincias de la comunidad, con su principal foco en Málaga, hasta el momento. Los socialistas han pretendido culpar al ministro del Interior de las filtraciones del nuevo escándalo, sin mayores argumentos que las meras sospechas.
Susana Díaz ha acusado el golpe, se ha negado por ahora a mantener un debate televisivo con su rival del PP y ha declarado que confía en la victoria 'aunque sea por un sólo voto'. La presidenta de la Junta es consciente de que en los grandes núcleos urbanos, donde sus colores están menos asentados, corre el riesgo de sufrir un batacazo a causa del acuerdo de Gobierno con IU, un partido que en la región aparece con características muy cercanas a los grupos antisistema.
¿Adelanto electoral?
El líder del PP andaluz confía en que el retroceso electoral de los socialistas pueda transformarse en una convocatoria anticipada de las autonómicas, quizás para después del verano, y para entonces su perfil será ya más conocido y, al tiempo, la degradación del Gobierno PSOE-IU sea ya insoportable.
Moreno Bonilla lleva a cabo una labor de oposición de maneras suaves, al estilo de Rajoy, sin estridencias y sin levantar la voz. Incluso ofreció sus escaños a Susana Díaz para que deje de apoyarse en los comunistas y pueda gobernar en solitario, al estilo de lo que en su momento hizo el PP vasco con Patxi López. Una experiencia, por cierto, que no resultó demasiado estimulante ni positiva.
"Las cosas le van muy mal al PSOE tanto en Andalucía como en Madrid. Aquí están contaminados por IU y en Ferraz apenas consiguen disimular las pésimas expectativas de la candidata Valenciano", dice un veterano del PP andaluz. Moreno Bonilla, empotrado tras la aureola de un Cañete arrollador y con las alforjas repletas del optimismo económico que emana desde Moncloa, tiene en esta campaña la gran oportunidad de darse a conocer con viento favorable y de abandonar definitivamente su imagen de "Juan Nadie".