El pasado año 2015 un total de 3.700 personas murieron en el mar en su intento de alcanzar la tierra prometida de Europa. Este año ha empezado mal. Sólo en la isla de Lesbos se han producido el pasado mes de enero más de 300 muertes, gran parte de ellos niños. El termómetro de ACNUR señalaba este domingo 366 fallecidos o desaparecidos.
Dice se que llama Jerem. Es un hombre de unos 40 años y estaba hace unos días en uno de los comedores del campamento de Moria, en Lesbos. "Me ha costado tres meses llegar hasta aquí desde Alepo y en poco tiempo estaré en Alemania", dice tras explicar que viaja con su mujer y sus tres hijos. Reconoce que pagó mucho dinero, unos mil euros por persona, por pasar desde Turquía a Grecia. Tras hacer la travesía, lo más arriesgado del trayecto, está feliz tomando un té ofrecido por una de las ONG que trabajan en la isla. Tiene ya los billetes del ferry a Atenas y preparadas sus mochilas.
Las ONG, tanto las oficiales como las autónomas creadas en Lesbos, creen que en pocas semanas, con la mejoría del tiempo se va a producir una avalancha de refugiados que será difícil de parar. Todos quieren llevar el mismo recorrido de Jerem: Grecia, Montenegro, Serbia, Croacia, Austria y, por fin, Alemania. La llegada de la primavera y de más lanchas de goma y motores disparará la llegada de los huidos y la necesidad de atenderles. Se calcula que en Turquía hay más de dos millones de refugiados a la espera de cruzar a Grecia y continuar su ruta hacia Alemania. Estos días la situación se ha agravado con una ligera mejoría del tiempo. "Nada con lo que vamos a tener cuando realmente se acerque la primavera", dice uno de los cooperantes que lleva desde diciembre recogiendo a personas en las playas.
Batalla en Alepo
Rusia y las fuerzas de regulares de Siria están bombardeando Alepo y han provocado la salida de miles de personas. Se calcula que hay unas 20.000 esperando a entrar en la frontera con Turquía y otras 50.000 de camino a ese país para continuar su huida. La Unión Europea ha aprobado estos días una ayuda de 3.000 millones de euros para Turquía que, teóricamente, deberían facilitar la atención de esos miles de personas huidas de la guerra de Siria. La UE quiere que una parte de esta ayuda, de la que España sólo ha aportado 9 millones de euros, vaya destinada a Sanidad y Educación de niños que forman parte de este terrible éxodo.
"No saben lo que les espera en las caminatas por las fronteras entre Serbia y Montenegro y el frío que van a pasar"
Un 25% de los que huyen, según datos de ACNUR, son niños. También uno de cada cuatro de los que mueren en la travesía desde Turquía a Grecia en los naufragios por Lesbos son menores. Uno de los bomberos españoles que trabaja en una ONG en la isla contaba hace unos días que si todo es terrible, ver la situación de los pequeños aumenta aún el drama. "No saben lo que les espera en las caminatas por las fronteras entre Serbia y Montenegro y el frío que van a pasar", afirma el representante de una ONG española que tiene puestos de apoyo en cinco puntos en Europa.
Otro bombero español relataba una de las historias humanas que circulan estos días por las playas de la isla. Un hombre realizó cuatro viajes con una de las lanchas hinchables, cuando lo normal es que al llegar pinchen las barcas. Cuando le preguntaron la razón de esos viajes contestó: "Tengo cuatro hijos y he hecho cuatro viajes. No quería que si se hubiera producido un naufragio hubiera desaparecido toda la familia".
Los campos paralelos
Además de los campos oficiales en Lesbos, se están formando campamentos paralelos con tiendas para recoger a los refugiados económicos. Las autoridades inscriben a los sirios y a los habitantes de países en guerra como Afganistán o Irak y les permiten la entrada en el campo. Pero junto a estas miles de personas están llegando argelinos, marroquíes y hasta dominicanos, que saben que el paso por Lesbos para llegar al continente es más fácil.
En algunos de estos campos paralelos funciona un sistema cooperativo de ayuda. El voluntario se apunta en una tienda y le envían a una misión (limpiar, cocinar, dar de comer,…). Los cooperantes creen que en pocas semanas las autoridades griegas procederán a limpiar estos campamentos que están fuera de la legalidad de ACNUR y el resto de ONG homologadas y cientos de personas quedarán sin una tienda donde cobijarse. Los refugiados son recogidos en las playas y trasladados en furgonetas de ACNUR a los campos donde se inscriben antes de pasar al continente en el ferry.
