España

El independentismo blindó a Lluís Llach a través del 'conseller' de Justicia tras las polémicas confesiones de su primo

El diputado de Junts Pel Sí se cubrió las espaldas con Carles Mundó, entonces abogado del prestigioso bufete Vallbé y poco después consejero de Puigdemont. Lluís Grande continúa redactando el libro sobre la “traumática” etapa de su vida junto al hoy icono independentista.

  • Lluís Llach, diputado de Junts Pel Sí, en el Parlamento catalán.

El famoso trovador catalán Lluís Llach, diputado de Junts Pel Sí (CDC y ERC) en el Parlament, no dudó en recurrir al hoy consejero de Justicia de la Generalitat, Carles Mundó, para cubrirse las espaldas de las confesiones de su primo Lluís Grande, cuyo caso publicó Vozpópuli el año pasado. El nerviosismo de Llach ante la revelación de Grande de estar preparando un libro sobre la “traumática” etapa que vivieron juntos fue tal, que el cantautor no pudo permanecer impasible y buscó la ayuda, que encontró, del letrado Mundó, entonces abogado del prestigioso bufete Vallbé de Barcelona.

El millonario cantautor, que pasa sus días entre Cataluña y Senegal, donde tiene residencia y una fundación de apoyo a la población infantil y juvenil, no digirió nada bien el hecho que su primo rompiera su silencio décadas después, movido sobre todo por las secuelas que han quedado en su mente, un "trastorno post-traumático" de tipo "crónico" a consecuencia de los años que compartió con el trovador.

Presa del desconcierto, Lluís Llach, acostumbrado a rodearse de la flor y nata del secesionismo burgués, no se puso en manos de cualquier letrado, sino de quien sería poco después consejero de Justicia del Gobierno de Carles Puigdemont. En concreto, el testimonio de Lluís Grande fue recogido por este diario un día antes de la elecciones del 27 del septiembre, a las que Llach concurrió como cabeza de lista de Junts Pel sí por Gerona, y el 11 de enero de 2016 aparecía el nombre de Mundó entre los integrantes del nuevo Govern.

Grande fue su chófer y su inseparable acompañante de giras, pero de aquella cohabitación guarda secuelas psicológicas

El patrimonio de Llach asciende a 1,3 millones de euros, que responden, según su declaración de bienes registrada en el Parlament, a siete viviendas, locales o fincas rústicas por un valor total de 569.375,62 euros, con 136.000 euros en cuentas y depósitos, participaciones en sociedades por 594.744,5 euros, 85.200 euros en otros valores mobiliarios, además de un velero Nordwind y 180.000 euros de deuda.

Lluís Grande compartió con Llach seis intensos años de su carrera artística. Era la época (1971 y siguientes) en que el símbolo de la Nova Cançó y padre de L'Estaca, letra emblema de la lucha contra el franquismo, ya se había abierto camino en el mundo de la música. Grande fue su chófer, su ayudante de montaje y sonido y su inseparable acompañante de giras. Sin embargo, de aquella cohabitación guarda secuelas psicológicas que le han acompañado hasta la fecha. Un perito forense, adscrito al Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña, llegó a redactar su diagnóstico en un informe pericial con fecha de 15 de febrero de 2015. Este analista preció trastornos relacionados con la ansiedad (puntación alta); ideaciones de suicidad (alta); depresión (medio-alta); estrés post-traumático (extrema) y depresión fisiológica (alta).

Sin embargo, a raíz de que Grande revelara que estaba escribiendo un libro autobiográfico con el título Yo tan sólo quería la independencia de mi cuerpo..., donde relataría su "dramática experiencia" y "oscuros episodios" del pasado de Lluís Llach, el perito forense no pudo con la presión del lobby secesionista y retiró su firma del informe para no perjudicar al independentismo, como reveló Vozpópuli. Desde entonces, el primo del cantautor ha intentado que algún otro psicólogo forense volviera a analizar su caso, pero la sombra del soberanismo es alargada. Nadie se ha atrevido hasta ahora. Ni siquiera del lado de los constitucionalistas.

El primo del cantautor ha intentado que algún otro psicólogo forense volviera a analizar su caso, pero la sombra del soberanismo es alargada

Pese a ello, Grande no desiste y continúa avanzando con su libro, de difícil publicación para una editorial si no cuenta con el aval de un informe pericial sobre los trastornos psicológicos que padece como consecuencia de aquellos años junto a Llach. El relato que está perfilando consta de tres partes: una primera, llamada Mis ancestros, que comprende desde 1917 hasta 1973 y donde Grande narra sus orígenes, sus problemas familiares y cómo siguió la invitación de su primo para dejar el pueblo e irse a vivir con él a aquella espléndida Barcelona que se revolvía contra el tardofranquismo; una segunda, que abarca desde el año 1973 hasta 1981 y que da título al libro en ciernes, Yo tan sólo quería la independencia de mi cuerpo...; y una tercera, desde 1981 hasta la actualidad, que denomina Los mitos también caen. En esta última parada, el autor tratará de desmontar la idolatría que todavía existe hacia personajes otrora influyentes en la vida sociopolítica de Cataluña, como el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol.

En la punta de lanza del desafío al Estado

El primo de Llach dio el paso de contar su historia, porque, a su juicio, el cantautor, al que pudo conocer muy de cerca, "no está legitimado moralmente para ser representante público", algo que consiguió el pasado 27S. El trovador es hoy el presidente de la Comisión de estudio de Proceso Constituyente en el Parlament, donde reemplazó a la expresidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, debido a su fallecimiento. Este órgano es la punta de lanza del desafío al Tribunal Constitucional. En una entrevista esta semana con el diario francés La Tribune, Llach se pronunciaba así: "Si el Gobierno español sigue haciendo frente a un problema político mediante recursos a la Justicia, entonces sí, habrá un choque. El Estado español no está acostumbrado a negociar. Ninguna colonia española ha conseguido la independencia mediante la negociación, siempre por la fuerza".

MUndó y el contrato adjudicado a su bufete

El bufete de abogados Vallbé recibió en 2008 una inyección de 189.000 euros por parte de la Generalitat para prestar un servicio de asesoramiento a un instituto autonómico de oncología. En el momento en que la empresa ganó ese contrato, Carles Mundó, vinculado a Esquerra Republicana (ERC), formaba parte del Ejecutivo tripartito, donde ostentaba el cargo de secretario general de Medios de Comunicación de Cataluña. Lo llamativo, como publicó Vozpópuli, es que para entonces Mundó había tenido ya relación con el bufete Vallbé, con el que trabajó por primera vez en 2006 y donde llegó a ser responsable del área de Derecho Civil.

La resolución de este concurso se publicó el 3 de julio de 2008 en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC). Según el documento, el objetivo del contrato era dar un "servicio de asesoramiento jurídico integral" al Instituto Catalán de Oncología. Estuvo remunerado con cerca de 200.000 euros. El hoy consejero de Justicia de la Generalitat también ha formado parte del colectivo Drets.cat, dedicado a llevar a los tribunales los episodios de "catalanofobia" que detectan sus asociados.

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