Hay temporeros en Jaén durmiendo en las calles de la ciudad, lo que evidencia la falta de albergues para estos trabajadores y una "mala planificación" por parte de las instituciones públicas. Aunque no todos, la mayoría de ellos son inmigrantes que han llegado a la provincia para la recogida de la aceituna y que no tienen plazas suficientes en las 140 plazas de los centros de la capital. Además, están abiertos el de Porcuna y, la semana que viene, harán lo propio los de Úbeda y Alcalá la Real.
La voz de alerta la ha dado Cáritas Interparroquial de Jaén, que ha expresado su preocupación a través de su coordinador, Javier Porras, que ha asegurado que es una situación que se repite cada año. Porras ha expresado su malestar, ha condenado la "improvisación" y ha exigido soluciones estructurales. "Se necesita una respuesta planificada, adecuada y digna" para muchas de las personas que llegan a la provincia con el objetivo de trabajar en la campaña de la aceituna, ha afirmado Porras.
Desde Cáritas se lamenta que "año tras año se repitan situaciones similares de personas temporeras durmiendo en la calle con albergues cerrados a cal y canto" en varios municipios, lo que desborda la situación en la capital. Porras ha denunciado que "tal vez no se aprenda, o peor aún, no se quiera aprender de las experiencias pasadas". Ha señalado que la red de albergues está desacompasada con los ritmos de llegada de los temporeros, lo que genera culpas cruzadas sin soluciones concretas. "Desde Cáritas nos resulta incomprensible que se continúe parcheando en la gestión de esta situación y que las medidas se adopten siempre en el tiempo de descuento", ha manifestado Porras, criticando la falta de un enfoque preventivo y sostenible.
El dispositivo de atención a temporeros de Cáritas se enfrenta a situaciones complejas, según Porras. "Una vez más, son los mismos los que pagan la improvisación y la falta de planificación adecuada", ha denunciado. Entre el 8 y el 14 de noviembre, los temporeros que no pudieron acceder al albergue municipal debido al incumplimiento de los requisitos pudieron pernoctar en un pabellón deportivo de la capital, un recurso temporal que Cáritas considera insuficiente para abordar la magnitud del problema.
