Luis Pineda, presidente de Ausbanc, designó tras su detención a un letrado de la asociación para que le asistiera en sus comparecencias en dependencias policiales y ante el juez instructor, Santiago Pedraz. Sin embargo, su falta de experiencia en temas penales hizo que el abogado solicitara la ayuda de su compañero José Ignacio Antolín, que llevaba un año y medio colaborando con Ausbanc como letrado externo, que se hizo cargo de la representación de Pineda y de Alfonso Solé, tesorero de la asociación.
Tras una visita a su cliente a la prisión de Estremera, ambos constataron que no coincidían en su estrategia de defensa, lo que llevó a Pineda a buscar a un nuevo letrado, con el que ha cerrado recientemente un acuerdo para que le represente en los tribunales. Se trata del abogado Rafael Escamilla. Antolín manifestó en su momento a este diario que en su decisión de renunciar a la defensa del presidente de Ausbanc había pesado también el hecho de que trabaja para varios clientes y no tiene la disponibilidad que requiere un caso como este.
El presidente de Ausbanc ha designado como abogado defensor a Rafael Escamilla y el secretario general de Manos Limpias a José Manuel Fonseca
En una situación similar se encuentra el otro detenido, Miguel Bernad, que en un primer momento designó para que le asistiera a un conocido, Manuel Muñoz, si bien la familia ha decidido prescindir de sus servicios a favor del letrado José Manuel Fonseca, que se ha hecho cargo de su defensa. “En aquel primer momento no había nadie para hacerse cargo de su asistencia y me llamaron a mí –señaló fechas atrás Muñoz a este diario-, pero en este momento la familia está cerrando un acuerdo para sustituirme por otro abogado”. Un acuerdo que se ha cerrado recientemente.
Luis Pineda fue detenido el pasado 15 de abril acusado de dirigir una organización criminal que se dedicaba a coaccionar a entidades bancarias y empresas para llegar a acuerdos económicos enmascarados como convenios publicitarios a cambio de un trato favorable en las publicaciones de Ausbanc o de retirar las demandas presentadas contra ellos en los tribunales, una labor para la que se servía del sindicato Manos Limpias. Pineda está acusado de los delitos de estafa, extorsión, amenazas, administración desleal, fraude en las subvenciones y pertenencia a organización criminal. Bernard, por su parte, es acusado por el juez de extorsión, amenazas y pertenencia a organización criminal.